Willy no era un mal hombre simplemente estaba cansado de todo lo que le había pasado en la vida. Después del accidente era como si ni teniendo puesto ese traje que le daba poder seguiría siendo un bueno para nada. No había nada bueno en el mundo para él, todo se mantenía siendo lo mismo, solo desgracias, solo la gente que estaba en contra suya, los mismos accionistas que no soportaban tener aún CEO inválido como ellos lo llamaban, llevándolos así a ver simplemente la vida en Julio, creyendo que en su cuerpo sano, lo tenía todo.Tal vez era cierto, un cuerpo que servía, una mente que podía ser tan inteligente como la de su hermano Willy pero nunca teniendo la fuerza de voluntad ni de liderazgo que tenía Willy. Julio prefiriendo gastar todo ese intelecto y ese cuerpo joven simplemente en alcohol, amigos, fiestas, vistiendo lo mejor como si las marcas importaran, usando los mejores carros y Emilia protegiéndolo siempre.Willy y Julio eran diferentes pero, ¿por qué de Emilia no había reci
Era ya la mañana para la familia Rocha. Todo había salido como Emilia había planeado, cada paso dado no era más que un paso más cerca de su meta, la meta que ya podía saborear junto con su hijo menor Julio y el único que estaba en su recámara recostada en su cama mientras recostado la cabeza en el regazo de su madre. Ninguno de los dos sabía qué decir exactamente, tenía la mirada perdida en aquel lugar en la cima, en el país donde todos sus sueños se habían hecho realidad y ahora solo tenían que cuidarlo.— ¿Mamá?—Dime, Julio. —La verdad es que no puedo creer que hemos llegado hasta aquí y claro, siendo más por ti que por mí. Solo bastó que Willy se fuera una semana para que tú dieras el golpe final.Emilia comenzó a reír con esas palabras que su hijo le decía. —Hijo, no lo digas así, no soy tan mala madre también quiero mucho a Willy, él es tu hermano después de todo, pero no me parecía muy justo que él fuera el CEO de las empresas que tu padre siempre quiso para ti.—Me hubiera g
En ese gran comedor familiar solo se escuchaban los cubiertos golpeando contra la cerámica de los platos que tenían frente a ellos, también se lograba escuchar los diferentes sonidos de líquidos que estaba resguardado en cada una de las tazas de los presentes. No se habían dicho nada decía más de 5 minutos. Es que la verdad era que Julio no sabía qué decir y Emilia no quería presionar más a su hijo de lo que ya lo había hecho. Pero al final él tenía que saberlo, ahora que tenía el puesto en sus manos no debía darles ninguna excusa a los accionistas para romper con el trato. Todos los movimientos adelante eran más sencillos, ¿qué le hacía detener a Julio sus pasos? —Julio —, preguntó ella mientras se limpiaba la boca con su servilleta blanca. — ¿Sí, mamá? — ¿Ya has pensado en lo que te dije ayer en la noche?— ¿Mamá, podríamos por favor, desayunar en paz? —Ya, ya pensaré en eso después, ahorita solo quiero disfrutar un poco de este poder mientras sigo siendo yo.—No les puedes dar
Cuando todo estuvo listo para que todos juntos tomaran asiento, en silencio Luna y Mercedes continuaron comiendo. No había nada que se pudieran decir así que esa fue la oportunidad de Willy romper el hielo habiendo terminado de llevarse la cuchara llena de sopa de verduras hacía su boca.—Para no tener en qué caerse muertas debo decir que cocinan muy bien —dijo Willy.—La verdad es que yo no sé cocinar, todo el crédito es de Mercedes —dijo Luna al momento.Mercedes volteó a ver al hombre cómo si él se estuviera burlando de ella, lo que ella no sabía es que él estaba siendo totalmente honesto con ella.—¿Lo dice para burlarse de que seguramente usted tiene una enorme casa con sirvientes las veinticuatro horas o lo di-—Lo digo de manera honesta, señorita Mercedes. ¿O usted tiene la autoestima tan abajo que no puede considerar este como un verdadero cumplido?Mercedes estaba a punto de perder los estribos pero no lo iba a hacer. No en ese momento.—Como sea, muchas gracias por la comida
Pero no solo era Mercedes la que quería hablar todo el tiempo, o la que le quería decir al hombre frente a ella lo triste que había sido su vida, por supuesto que también quería escuchar al hombre que tenía frente ahí, en una silla de ruedas, había tanto que quería preguntar como por ejemplo; ¿cómo llegó hasta esa silla de ruedas? ¿Tuvo un accidente que lo hacía llenar sus ojos de lágrimas de la misma manera en que se llenaban de odio? ¿Por qué había insistido tanto en ella? ¿Por qué ella y su amiga? ¿En verdad estaba dispuesto a entregarlo todo, y que era eso por lo que había perdido a quiénes estaban detrás de todo eso? Ya se daba cuenta que ni todo el dinero del mundo iba a ser capaz de comprar la tranquilidad porque si algo estaba segura Mercedes, es que si ella tuviera su hijo con ella, lo pudiera abrazar, lo pudiera ver crecer, estaba segura que no habría nada en la vida que le pudiera faltar, trabajaría muy duro para que su hijo hasta que no le faltara nada, trabajaría siempre
La angelical voz de su madre se escuchó del otro lado de la línea, era una pena que ni ella se hubiera molestado hablarle a su propio hijo y decirle que todo lo que había hecho lo había hecho por una razón. No lo sabía, aunque fuera una tonta excusa que le pudiera dar pero ella nunca se dignó en preguntar si él siquiera ya sabía y que si estaba bien con eso.—Es un milagro que marques, Willy —fueron las primeras palabras de Emilia.El corazón de Willy se hizo pequeño al darse cuenta que quizá a ella ni siquiera le había matado su ausencia, seguramente para ella la vida seguía pasando de la misma manera mientras tuviera a su otro hijo, Julio.—Madre ni siquiera preguntarás dónde estoy, cómo estoy, qué es lo que ha pasado conmigo en este mes que casi se ha ido.—No tengo que preguntarlo cuando le pediste a uno de tus hombres que me mantuvieran al tanto de todo.— ¿Y acaso has sido tú la que me llamara para saber cómo estoy o qué es lo que vine a buscar aquí con tanta necesidad?—Por fav
Tan solo 6 meses ya habían pasado desde el momento en que Mercedes, Luna, Renato y Willy habían partido de aquel lugar donde Willy había prometido que sus vidas iban a cambiar de alguna manera. Seis meses que se iban muy rápido para algunos, seis meses que demostraba que el tiempo no se iba en vano, y era lo que propiciaba los demás cambios. Seis meses en los que pudieron haber pasado tanto mientras que para algunos seguian disfrutando de la victoria de haber hecho mal a otras personas. Sin saber que a esos a los que les había hecho mal y que seguían caminando con el pie adelante iba a llegar un punto en que esas personas se iban a arrepentir de todo lo que habían hecho, ¿qué se podía decir de 6 meses que se iban como si nada, como si solamente se tratara de el tiempo que corría entre la noche y la mañana siguiente? Quizá no se podía decir mucho si se trataba de Willy.Pero, ¿qué había de Emilia y de Julio? Como él mismo lo había dicho, Willy no se había reportado en ese tiempo, de v
Pero no solo seis meses se habían ido para la familia de los Rocha, también 6 meses se habían ido para aquellas cuatro personas que habían estado prendiendo todo desde un principio, desde el momento en que la dulce Mercedes había dado su palabra que ayudaría a Willy en todo lo que pudiera y este siendo el primer paso que diera adelante, sería cambiar el nombre de ella a uno más sofisticado, uno que cualquiera que lo escuchara sintiera temblar el suelo que pisaba, las cosas a veces marchaban bien, a veces marchaban mal también para Luna junto con su mejor amiga Mercedes. Habían logrado llevar esa vida adelante, la que siempre quisieron, una donde no les preocupara nada, donde la gente afuera no las juzgara más y ahora que estaban viviendo ese sueño, no había nada que quisiera más excepto por el hecho de querer tener a su hijo con ella lo más pronto posible.Pero eso no iba a suceder, al menos no en un largo tiempo ya que como el mismo Willy se lo había dicho a Mercedes, todo llevaba su