El anochecer llegó y estaban de regreso a la cabaña, Sasha sentía su cuerpo cansado, y Arion la tomó en brazos y la llevó al interior de la habitación. Sasha lo miró fijamente y sonrió.
—Gracias, gracias por esta maravillosa noche tan maravillosa. —dijo Sasha sintiendo latir su corazón tan fuerte. —Es nuestra noche mi apestosa, somos uno solo en cuerpo y alma, me embriagas con tu aroma, eres única, siempre estaré para ti, deseo que sientas lo que yo siento, y tener libertad de ser tú mi loba. —respondió Arion acariciando el mechón blanco de su cabello. —Soy yo, a tu lado soy yo y me siento libre. —respondió Sasha sintiendo arder sus mejillas. —No quiero irme, Pero debo volver, prometo regresar lo antes posible. —dijo Arion y dejó un beso casi un roce en sus labios, se despidió, y salió para irse al palacio. —Estaré esperando por tí no tardes. — Sasha lo vio irse y Yashira rugió deseando que se quedara. Arion llegó nuevamente al palacio, fue hasta la habitación de Orión, tenía que dar una razón sin mencionar su encuentro con Sasha. —Padre, podemos hablar un momento. —Claro, me dirás por qué desapareces y no puedo sentir donde Estás. —respondió Orion furioso nuevamente. —Padre, no comprendo tus alianzas, no las necesitas, eres el Alfa Orión Romeo de Sibelius, y eso te hace poderoso, todos te obedecen, ¿Qué ganas con aliarte a los Betas? —Piensa Arion, piensa. —gruñó apretando los dientes y hundiendo su dedo índice en la cien de Arion. —Así tendré el poder absoluto, tú serás el jefe de esas tierras y por ende serán un solo imperio, serás grande y poderoso hijo. Serás el líder de los Alfas, los Betas, los Deltas, los omegas y pícaros no les quedará de otra más que reducirse a sirvientes. Arion miró a su padre, esa sed desmedida por el poder era irracional y sintió temor por Yashira, sentía que tenía que protegerla de la ira de su padre y su ambición desmedida. —Padre te recuerdo que los Deltas somos nosotros...—Arion fue interrumpido por un grito de su padre. —¡Cállate! Jamás vuelvas a decir que somos Deltas, tu madre es del linaje de los Alfas, y tú eres su heredero, yo cuidé de tu trono hasta que te sientes en el, y ya será muy pronto Arion, hijo, no lo arruines. Arion miró a su padre. ¿Como podía ser tan ambicioso? De pronto a su mente llegó un leve recuerdo de su tio Adolphus, miró a su padre achicando los ojos y preguntó para despejar esa duda que nació en el.. —Padre, recuerdo a mi tío Adolphus, el y la tía Otzana eran muy cercanos a nosotros, recuerdo que la tía.... Orión miró a su hijo. ¿Como recordaba eso si apenas tenía tres años de edad? —Hijo. ¿recuerdas a tus tíos? —preguntó intrigado. —Si padre, ellos eran muy amables conmigo, y cuando nos fuimos jamás volví a saber de ellos hasta que supe de su muerte un año después. —No vuelvas hablar de ellos, ¡Jamás! Me oíste, ¡Jamás! —Orión salió furioso de la oficina dejando a su hijo lleno de dudas. Orión fue a la habitación secreta que tenía y sirvió un vaso de whisky y lo bebió de un solo sorbo, sirvió otro y luego otro. Deseaba enterrar ese recuerdo que lo atormentaba, cerró los ojos y a su mente llegaron los recuerdos. Flashback Orión y Adolphus estaban listos para ir a la fiesta de graduación, Dreagan de Farkas padre de Adolphus le había pedido a su hijo que escogiera a la mujer que sería su luna, que no lo impondría en un matrimonio comercial, y Adolphus se enamoró de Otzana, y esa noche se confesaría ante ella. —Mira el anillo que escogí para la mujer más hermosa de estás tierra. —dijo Adolphus mostrando loa Orión que también declararía su amor a la mujer escogida. —Mostró su anillo a Adolphus y juntos salieron a la recepción. Kira y Otzana llegaron y eran las mujeres más hermosas de la temporada, Adolphus miró en su dirección y Orión hizo lo mismo. —Mira llegaron nuestras futuras esposas. —dijo Orión mirando a las hermosas jóvenes. —Vamos... vamos a acercarnos antes de que alguien más lo haga. —dijo Adolphus mientras Orión respondió. —Voy por un vaso de whisky para tener el valor de declararme a esa mujer con tan imponente belleza. Adolphus se adelantó y se acercó a Otzana. En el momento en que Orión se gira su sonrisa se borró de sus labios, sus ojos se oscurecieron y su corazón se llenó de odio. En cuestión de segundos Adolphus le había arrebatado el mundo entero llamado Otzana." Fin flashback. —Kira, eres una copia barata de tu hermana, jamás te amé y jamás te voy amar, maldigo esa noche. —habló apretando el vaso que terminó roto en sus manos causando heridas. Arion después de enfrentar a su padre y dejarlo lleno de dudas, salió del despacho y fue a su habitación, se desplomó sobre su cama, y mirando a lo alto de su habitación cerró los ojos y recordó a Sasha en el momento en que salió de la cama desnuda, y una leve sonrisa se dibujó en sus labios, de pronto sintió que una mano se deslizaba por su pecho y la agarró tan fuerte que un gruñido se escuchó. —¿Que haces aquí Romina? —preguntó. —Eres mi prometido, así que puedo deleitarme con tu cuerpo cuando me plazca. Arion de un salto se puso de pie, la tomó del brazo y la sacó arrastras de la habitación. —Tienes prohibido entrar aquí sin mi permiso, no lo vuelvas hacer. Habló apretando sus dientes y empujando la fuera de la habitación. —¿Que te pasa Arion? —Respeta mi privacidad, porque no voy a cumplir con el deseo de mi padre. —habló fríamente y entró de nuevo. Romina se quedó ahí mirando la puerta cerrarse en sus narices y su coraje hacia él crecía más cada día. —Vas a pagar cada una de tus humillaciones Arion, ya verás me las pagarás muy caro, voy acabar contigo y tu familia completa y también con la razón de esa decisión. —Vociferó furiosa en voz baja. Romina salió del Palacio y caminó por el sendero que la conducía al invernadero, ahí la esperaba siempre su amante. —¡Hola mi lobo feroz! ¿Llevas mucho tiempo esperando? —preguntó Romina con voz seductora y caminando muy despacio. —Muy poco, pero sé que vale la pena esperar, por que siempre me das lo mejor de ti. —Susurraba a su oído y dejando besos por su cuello, y bajando por su pecho. Unieron sus labios en un intenso beso apasionado y se entregaron a la lujuria de sus deseos desenfrenados. Mientras en palacio, Arion arregló la cesta que dejó Belio, con un poco más de alimento y ropa, salió en su carruaje con dirección a la cabaña donde estaba Sasha esperando. El recorrido fue rápido y cuando llegó la encontró sumergida en el arroyo. La observó por un rato y luego la vio salir, y sigilosamente se adentró en la cabaña a esperar su regreso. Sasha se vistió y fue a la cabaña, entró y Arion salió a recibirla. —¡Hola mi apestosa hermosita!. —saludó él. —Creí que vendrías en la noche. —dijo Sasha. —Mira, te traje algo de comer y ropa, espero que te quede bien. —habló Arion. —Gracias por la ropa, Pero empezaré a trabajar, no puedo depender todo el tiempo de ti. —Eres..no me molesta cuidar de ti, eres mi mujer. —desvió las palabras que diría. Sasha miró lo que Arion tenía en mano, preparó la mesa y sirvió para los dos, comieron entre conversas y risas, después guardó el resto de los alimentos y usó la ropa que él llevó. Modeló cada prenda frente a él mientras ambos reían. —Pareces una reina, te ves hermosa, si muy hermosa. —Dijo Arion acercándose a ella y colocando un mechón de cabello húmedo tras su oreja. Ese roce erizó la piel de Sasha, y Arion no estaba diferente a lo que sentía ella. Sasha lo miró a los ojos, vio sus pupilas dilatadas, ella tragó el nudo en su garganta y muy despacio Arion bajó hasta sus labios. Un roce de ellos encendió la chispa que no tenían intensión de apagar, Sasha rodeó sus manos en el cuello de Arion mientras este rodeaba su cintura y la apretaba a él. —Eres mía, eres mia, tú eres mi elegida Sasha. —Susurró entre sus labios, para luego profundizar ese beso mientras Sasha enredaba sus piernas en la cintura de Arion y este caminaba con ella a la habitación. La dejó muy despacio en la cama y poco a poco fue despojándose de sus prendas y se entregaron a la pasión que despertó en ellos, la diosa luna salió nuevamente y con ellos resurgió Yashira y Lowell, su lado salvaje afloró y fue una entrega total. El día los sorprendió entregándose una y otra vez a su pasión. Ahora estaban unidos, no solo en cuerpo y alma, Arion y Sasha en cada entrega sellaban ese vínculo entre ellos, ahora había una conexión más fuerte entre los dos. Sasha durmió plácidamente y Arion salió para regresar a palacio, dispuesto a enfrentar a su padre, subió a su coche sin ante dejar una nota de despedida a Sasha, todo el trayecto fue idear las palabras con las que hablaría a su padre sobre Sasha, llegó y justo en el momento en que llegaba, lo hacía también Romina. —¿Romina? ¿Que haces aquí afuera? Romina se sobresaltó al escuchar a Arion tras de ella, se giró y quedó frente a él. —¡Arion! Yo.. yo estoy esperando te, anoche fuí a tu habitación y no estabas, le pregunté a Belio y me dijo que saliste temprano y no regresaste.¿Donde estabas?. —interrogó. —De cacería Romina. ¿Por qué.? —Respondió fríamente. —Arion, Soy tu prometida, merezco una explicación, desapareces sin dejar rastro y luego apareces muy fresco como si nada. Arion la miró, mientras caminaba, y haciendo una mueca de sonrisa. —Romina, no estamos casados, y por lo tanto, puedo salir a cazar. ¿O deseas venir conmigo? —No, eso no me gusta, solo dímelo cuando lo hagas. Arion se adelantó y Romina fue tras de él, tenía que saber dónde y para que necesitaba cada día esa cesta que ordenaba preparar.Año 1568.El caos y la muerte reinaba en Pensilvania, la familia del Alfa Farkas y su manada habían sido exterminadas, los habían atacado por sorpresa los miembros de la manada Sibelius, la rivalidad que existía entre esos dos linaje era ancestral, los Sibelius querían las tierras de los Farkas, y ahora las tenían. Eliminaron a cada uno del linaje para que nadie reclame el Territorio, y nadie pudiera decir de su verdadera estirpe.Toda aquella masacre la hicieron las manadas de pícaros lideradas secreta mente por Orión, jefe de la manada Sibelius.—Es un bebé, cuando crezca no sabrá de su linaje. —Expresó con un poco de remordimiento Ethan.—¡No! Mátalo y lanzarlo al río así el agua limpia toda la escoria Farkas. —Ordenó Orión creyendo que era un niño recién nacido, el que llora a en brazos de su madre muerta .Veinte años después.Sasha era una joven criada por una anciana humana, lejos de Pennsilvania.Ahora residentes en un pueblo de Stanford, lleva una vida como toda humano.—
Llegó a casa, fue donde estaba Adela, tenía que contar lo sucedido y más todo lo que ella sintió.Adela la vio llegar al pequeño jardín,, más bien un pequeño huerto, donde recolectaba gotas de rocío, dejó todo y fue a su encuentro.—¡Hija! ¿Estás bien? ¡Tus ojos! —preguntó al verla algo confundida y contrariada.—¿Que tienen mis ojos abuela? —preguntó sintiendo una mezcla de temor y angustia.—Tu naturaleza está aflorando hija.—¿Mi naturaleza? ¿A que te refieres? Abuela, habla.. me asustas.—Llegó la hora de contarte la verdad de tu origen hija.—No comprendo a qué te refieres abuela, hoy a Sido un día muy extraño, abuela estuve secuestrada y tengo miedo que vengan por mi.—Ven.. tranquila, yo estoy contigo como siempre.—Tengo miedo Abuela, nunca antes me sentí así, creo que me estoy volviendo loca. Escuchaba los insectos, cada ruido por más pequeño me molestaba. —Sasha sentía arder su cuerpo, y el miedo se apoderaba de ella, su oído estaba muy agudo. Esa sensación era algo nuevo
El día llegó y Arion estaba a su lado completamente dormido, Sasha levantó la manta y se vio con una camisa de Arion puesta.—¡Oh por dios! —dijo llevándose sus manos a la boca, sin recordar muy bien lo sucedido.—¿Que me hiciste? —gritó dando un golpe a Arion despertando lo y haciendo que caiga al suelo .Arion despertó sobresaltado y se puso de pie.—¿Cómo te sientes? —fue lo primero que preguntó.—¿Que como me siento? ¡Abusaste de mi! Me siento muy adolorida. —dijo algo dudosa.—¿Te puedes calmar..no...yo, nunca te haría algo que tú no desees. ¿Acaso no recuerdas lo que sucedió. —preguntó Arion al ver que no recordó nada.—¿No recuerdo muy bien que sucedió, solo fragmentos que no relaciono conmigo mismo.—Es normal que sientas confusión, Ven te prepararé algo de comer y te respondo todo lo que quieras saber. —dijo Arion y media hora después estaba llevando el desayuno a Sasha.—Toma, bebe un poco de té, te hará sentir mejor.—Gracias, no se que me pasó, todo es muy confuso en mi
Llegó y fue directo a su habitación, Belio caminó junto a él y le contó lo ocurrido después de su desaparición.—No comprendo, por qué hicieron eso, cambian las tradiciones según su conveniencia, ahora eres tu quien está comprometido con ella, porque era yo quien tenía que hacer eso, yo tenía que ponerle el anillo en ese ritual, y fuiste tu. ¿Estás consiente de eso cierto? —habló con sorna al ver que su padre cambiaba las costumbres, y preguntando seriamente a Belio.—Y que querías que hiciera, como tú sirviente tu padre me lo ordenó, y los ancianos estuvieron de acuerdo, estos rituales de compromiso son muy extraños a como mi padre me contaba que eran antes, tu padre cambia las costumbres según su conveniencia.—Está bien Belio, yo no me enojo, si ellos lo aprobaron así será, ahora quiero que prepares una cesta de alimentos que saldré nuevamente.—¡Te volviste loco! Tu padre por poco y me degolló anoche, ahora no tengo escapatoria si vuelves a desaparecer, y es más, que le diré a Rom
Los días seguían pasando sasha continuó con su vida tratando de ser normal, tenía trabajo pero en el silencio de su soledad, anhelaba tener su vida de antes, normal y sin temor a lo nuevo de cada día.Estaba ensimismada en sus pensamientos cuando nuevamente esa voz que ya conocía la trajo a la realidad.—Pero miren a quien tenemos aquí...a la Pícara. —habló Romina con sarcasmo. Sasha la miró, suspiró profundo cerrando los ojos, no entendía el porqué esa mujer se había empeñado en hacerle la vida miserable.—¿En qué le puedo ayudar señora.? —preguntó Sasha pasando por alto su burla y ofensa.—A mi no me ayudas en nada. —dijo caminando muy despacio de un lugar a otro mirando cada artículo en la estantería..—No volveré a comprar nada en esta tienda, mientras esa pícara esté aquí. —habló Romina mirando a Sasha. La dueña del local miró a Sasha y luego a Romina, su dilema entre perder a una buena empleada, y perder una muy solvente cliente no había nada más que pensar.—Sasha..lo siento