Con cuidado, Marcia avanzó hasta la orilla de aquella cumbre antes de girarse hacia Ragnar, quien la observaba con duda.

―Ven, acércate ―

―Marcia, por favor, ten cuidado ―pidió Ragnar al notar que Marcia había llegado al límite

―Tranquilo, es seguro, acércate ―le pidió ella a la vez que le tendía su mano

Aún algo dudoso, Ragnar la aceptó, sin embargo, al dirigir su mirada al horizonte, el antiguo mayor quedó maravillado con la vista.

Gracias a la altura a la que se encontraban, el territorio podía verse en todo su esplendor, desde el pueblo, hasta la casa de la manada, la cual, en ese momento, era el lugar más iluminado.

―Es… Hermoso ―dijo Ragnar quedamente ―No queda nada de aquel lugar que conocí ―

―No, del antiguo Loto de Luna, solo quedaron las ruinas ―dijo Marcia señalando una zona muy alejada al este de la casa del alfa ―Después de su primer ataque, Alastor jamás volvió a tener un solo minuto de paz, él se ha sacrificado por todos nosotros ―dijo la gamma con tristeza ―Sacrificó s