Su vida, su rutina, sus reglas.
Todo lo que conocía como su vida llegaría a su fin. Quizá se lo hubo imaginado un par de veces, pero no pensó que el día en que saliese de detrás de bambalinas, revelar su identidad, estaría tan cerca. Tal vez, incluso, al exponerse ante sus lectores, su fama cayese en picado si se diesen cuenta de que él no era la persona que, de seguro, la mayoría se habían imaginado. Él distaba olímpicamente de ser una persona elocuente, social, extrovertida, risueña… No, no era esa clase de persona. Sabía cómo era la sociedad, era consciente de que posterior a que todo se exhibiese, de que su identidad se revelase, vendrían consigo las consecuencias.
Habituado a las críticas que leía sobre sus libros y, sobre todo, como escritor, como persona arraigaría un desenlace completamente diferente una vez William Norba s
Aunque le costase admitirlo debía de ser sincero consigo mismo. Le agrada más de la cuenta la compañía de su editor porque las cosas sucedían si premeditaciones como aquella tarde que decidió ir a casa de Dominic a tomar ese té que con tanta ilusión este le ofreció y que, sin pensarlo dos veces, terminó aceptando. Y ahora, una semana después, aún no podía sacarse de la mente todo lo vivido esa tarde.Pese a toda la calma que lo rodeaba, había algo que poco a poco agrietaba la situación en general. Odette logró posponer la conferencia para el próximo mes y, si se lo preguntasen, él no tenía ni la más leve idea de cómo ella consiguió aquello. Era consciente de que la fémina tenía bastante influencia, pero se sorprendió al enterarse de la magnitud de ello. Lo bueno era que tenía casi un mes para ir p
Todo salió tal cual lo planeó. Se sintió liberado, por decirlo de alguna manera. Nunca pensó que hablar con un desconocido, bueno, ahora no tanto, le ayudaría a manejar ciertas cuestiones que lo mantenía en un estado de reflexión constante. Era la primera vez que hablaba con alguien —que no fuese Odette— de su vida en general, de su verdadera vida en realidad. Narrarle al chico casi todo sobre cómo comenzó a escribir, cómo fue descubriendo ese universo mágico que era la escritura en sí, resultó ser toda una revelación, incluso para sí mismo.La pasión con la que contó detalles de los primeros libros que publicó, de cómo nacieron ciertas historias, de los personajes, de la trama, lo sorprendió de grata manera. Fue como redescubrirse a sí mismo, de cómo era él en realidad y no esa máscara que utilizab
Albergar sentimientos encontrados dentro de su corazón no lo estaban ayudando en lo absoluto. Lo ínfimo de todo, para él, era el tiempo. Tan solo una semana y todo saldría al escenario. Los pensamientos fluían como si fuese un manantial de ideas, pero ninguna lo convencía. Nada lo conformaba. Él estaba batallando no solo con sus sentimientos, sino también con todo lo que hasta el momento fue. Una persona ermitaña, bohemia, asocial y pensar que su vida, su privacidad y su libertad llegaban a su fin, lo consumía. No dormía bien, no podía concentrarse en el trabajo y en todas estas semanas, más de una vez se le cruzó por la cabeza renunciar.Conversar con Odette lo apaciguaba a medias. Aun así, la fémina —por más que trataba de auxiliarlo con su enredado caos interno— no lograba mucho. Él se cerraba cada un poco más, al punto d
Oyó las diferentes voces que lo llamaban, personas que no conocía ahora sabían quién era él. Nunca imaginó el desenlace final de su debut. Respondió a muchas preguntas, calmó los nervios, no titubeó. Si tendría que resumir, diría que todo salió bien, pero él no lo estaba.—¿A dónde vas? —Giró sobre sí, hallando la mirada escéptica de su editora—. Sí, la prensa se ha ido, seguramente tendrán mucho que escribir en sus columnas de diarios y revistas, pero esto aún no finaliza.—¿No? —La fémina negó con la cabeza y él exhaló un suspiro—. Lo siento, Odette, tendrás que inventarte algo, no sé. Diles que me sentí mal o similar. Tengo que hacer algo urgente.—Ve, anda —El alivio lo envolvió—. Yo me encargo. T&u
Disfrutó el trayecto a casa, oyendo el monólogo del chico rizado. Únicamente lo interrumpió para despejar un par de cuestiones que nacieron producto de su casual encuentro y descubrió que los dueños del supermercado —bastante alejado de dónde vivía Dominic— eran conocidos de sus tíos (padres de Zacarías). Luego de la breve explicación, él optó por callarse, bueno, nunca fue de hablar mucho.Nunca se sintió tan resguardado del mundo al ingresar a la casa. Ayudado por un sonriente Dominic, organizó y acomodó cada cosa en su lugar. No supo en qué momento, pero, luego de unos minutos, el chico se perdió de su campo de visión. Una variedad de imágenes se moldearon en su mente. Y, entonces, cayó en la realidad… Mávros. Su gato se robó la atención de Dominic. Haciendo caso omiso a lo que fuese que s
“Es fácil encontrar una razón por la cual enervarte al punto de mandar al mismísimo carajo a todo el mundo. Es tan fácil enojarte cuando alguna cosa no te sale bien por más pequeña que esta sea. Es muy fácil estar encabronado por todo y todo es poco, pero no todo es la razón del enojo, no.Una vida tranquila, un buen empleo, un hogar propio, una familia a la cual visitar cada domingo, ¿qué mas podría pedir? Nada. Y todo el conjunto mutó cuando él apareció en mi vida. Fue él quien dio vueltas mi mundo. Pensé que lo tenía todo y me equivoqué de la peor manera porque esa tranquilidad y comodidad de la cual gozaba no se compara en lo absoluto con lo que viví a su lado. Él se transformó en mi todo.El tiempo no significaba nada estando a su lado, perdía completamente la noción de las hora
Aún le costaba asimilar todo lo que vivió en el último año de su vida. Aún le costaba digerir ciertos sucesos que experimentó en los últimos meses. Todo le resultaba nuevo y lo era.Desempeñarse como profesional fue el primer paso, fue el primer escalón que trepó de una larga escalera de trayectoria y, a medida que subía, absorbía conocimientos, adquiría experiencia, impregnándose de vivencias que jamás imaginó vivir. Sin embargo, con cada peldaño que escalaba, se acercaba cada un poco más al final y en ese último se encontraba la puerta hacia un mundo nuevo. Uno que tuvo la dicha y el honor de descubrir. Abrió la puerta, hallando al verdadero motivo que lo impulsó a querer superarse, a querer ser quién era hoy día. Ese motivo yacía a su lado: su escritor favorito de novelas románticas.Y le resul
Controlar los nervios, suprimir las ansias por querer dominar el burbujeo dentro del estómago —echó la culpa al té— y, sobre todo, poner un freno al aleteo de los latidos constantes de su corazón, le resultaba engorroso. Podría decirse que se encontraba hecho un manojo de sensaciones mezcladas, de sentimientos marañosos, de ideas alocadas que brotaban en su mente, de imaginarse posibles escenarios con distintos desenlaces y posibles finales trágicos. Sí, exageraba… como era habitúe.El viaje fue agradable a las vistas y, por supuesto, a la compañía. El destino fue Oviedo, cuidad en la cual nunca estuvo con anterioridad.Mientras Dominic se distrajo viendo puestos de a saber qué, aprovechó e indagó sobre hoteles cerca de la estación. No supo cómo lo hizo, pero al cabo de unos minutos hubo hecho las reservaciones en Eurostars Hotel