Gracias a que rompió el cristal del ventanal que daba a su dormitorio, no le fue difícil adentrarse al ático por el gran balcón.Suerte que ya no había ni un alma por la calle y pudo desplazarse con libertad por ella.Aún en su estado de bestia, con gran cuidado depositó el cuerpo del joven en la cama. Todavía olía la sangre por lo que con delicadeza tomó la mitad del cuerpo del chico y lo enderezó cuidadosamente.Haciendo que la cabeza cayera hacia abajo, rebuscó con sus afiladas garras por entre el cabello de Patryce.Hasta que dio con la herida.No era profunda pero estaba abierta.Con gruñido gutural, arrimó su boca, extendió la lengua y lamió la herida.Un par de veces.Luego vio cómo iba cicatrizando.Suavemente dejaba caer al chico sobre el lecho para una vez tumbarlo por completo moverse despacio. Y se le situó encima pero evitando dejar reposar su enorme cuerpo soné el débil del humano.Arrimando su nariz, olió profundamente el aroma del joven.Para enseguida mirarle a los
Palpando el lecho le resultó desconocido totalmente. Poco a poco comenzó a abrir los ojos para toparse con un techo que no era el de su dormitorio. De inmediato se incorporó dándose cuenta que no estaba en su habitación. Tampoco llevaba su ropa sino que vestía una amplia y holgada camiseta gris oscuro. Recordaba poco de la noche anterior y algunas imágenes le resultaban un tanto confusas. Oyó algo de ruido de la parte baja de aquel diáfano dormitorio tan innovador y moderno. Apartando la sábana y echando los pies al suelo, se levantó. Sintió una especie de malestar en sus partes íntimas pero no le dio demasiada importancia y bajó las escaleras. Conforme bajaba, podía oír la voz de alguien hablando. Se detuvo en el acto al reconocerla para de repente toparse frente a frente con el moreno pegado al móvil. Éste se lo quedó mirando. -He de dejarte, hoy no iré por las oficinas así que hazte cargo de lo que sea necesario- Elliot cortó la llamada y se dirigió al joven. -Buenos
Tras hacer que el joven regresara en sí, no dudó en acompañarlo hasta el hospital.Patryce, entre el pánico y los nervios, le contó lo que su madre le había dicho por teléfono.Siendo el primero en cruzar la puerta del hospital el chico y seguido por el hombre, fueron recibidos por la madre de Patryce.-¡Mamá, mamá, cómo está...- -Está bien, está bien- la mujer asió del rostro a su hijo y le miró fijamente -¿Dónde te metiste? Le he preguntado a él en cuanto ha salido de la inconsciencia y...¿Umm?- Quedó en silencio al ver al hombre de piel oscura a unos cuantos pasos alejado de ellos.Patryce logró liberarse de las manos de su madre para girando la cabeza darse cuenta que lo acababa de ver.-¿Y quién es...- -Mamá él es...te-te presento a Elliot...Bane- se dio prisa en presentarlo el joven.Elliot dio un paso adelante al mismo tiempo que extendió una mano hacia la mujer.-Es un placer conocerla, señora Connors- saludó educadamente.Ella, ojiplatica y sin pestañear, aceptó su mano pa
No le pasaba nada.Elliot observaba en silencio al joven terminando de abrocharse el zapato.Según los análisis, todo estaba bien salvo que tenía algo bajito el azúcar.Nada preocupante.Oía a la madre del chico hablar con otro médico fuera de la habitación hasta que oyó decir al joven:-Gracias por... quedarte- El moreno de piel avanzó hacia él.Lentamente.Hasta que se detuvo a pocos metros de su persona.-Has de cuidar tu salud- dijo.Patryce asintió al mismo tiempo que tragó saliva.-Nunca...he tenido el azúcar bajo- respondió. Elliot acortó un poco más la distancia entre ellos para sin cortarse acariciar su mejilla.-Sé lo que vas a decirme y de antemano te diré que no se observa en ningún lado o estatuto de la política de mi empresa que jefe y empleado no puedan tener relaciones fuera o dentro del ámbito laboral- repuso.Patryce abrió la boca para responder pero dos dedos del hombre se posaron en sus labios -Aún no he terminado de hablar- añadió.El joven asintió con la cabeza
Al igual que la primera vez que lo acompañó, ninguno cruzaba palabras entre ellos. Patryce, más pendiente de sus manos, no se daba cuenta de cómo las fosas nasales del hombre se abrían todo cuanto podían para atrapar esa rica fragancia que desprendía el chico. Lo peor de eso era que, debido a su primer encuentro íntimo todavía en su modo híbrido, a Elliot le sería un poquito más difícil dejarlo solo. Por eso mismo, y a pesar de que estaba seguro que se negaría, tenía pensado pedirle que se fuera con él a su ático. -Te...te pasas mi apart...- señaló Patryce viendo como pasaban de largo el edificio donde tenía su casa -¿Por qué no me has dejado...- -Iremos directos a cenar- decretó Elliot sin tan siquiera mirarle. Patryce, algo contrariado, replicó: -Acabo de salir del... hospital y necesito darme una ducha, cambiarme de ropa y...- -Pararemos en alguna boutique y te compras lo que te haga falta- apuntó Elliot, ésta vez, mirándole. El joven achicó los ojos también mirando al ho
Tuvo que admitir que durante la cena se lo pasó bien.Elliot solo se dedicó a preguntarle cosas tales sobre él un tanto más personales.Patryce, sintiéndose cómodo aunque algo cohibido, trató de ser lo más sincero con respecto a su vida y los problemas que, al ser un chico diferente del resto, había pasado.Elliot, atento, prestaba la mayor atención a sus palabras.Dejaron el restaurante en torno a las ocho y Elliot puso rumbo a su ático.El joven empezó a notarse nervioso.Una mano se posó en su muslo provocando que diera un ligero sobresalto y oyó la voz del hombre:-No deberías estar nervioso- dijo.Patryce giró la cabeza y le miró, tímidamente.-¿Vamos...tú y yo vamos...a...- Elliot le miró por una fracción de segundo e inmediatamente regresó la vista al frente.Llevó de nuevo su mano al volante e hizo un giro suave.-Haremos lo que tú quieras que hagamos- fue su respuesta.Patryce alzó las cejas denotando sorpresa.-Nada- respondió.Elliot volvió a mirarle.-¿Algo que te dé mied
Tal y como dijo Elliot, no pasaron más allá de simplemente besos y profundas caricias. Éstas, obviamente, más por su parte que por la del joven, siendo quien alcanzara el máximo placer con tan solo los dedos y la boca del hombre. Si con únicamente dándole uso a las manos y boca llegó a la cima del éxtasis, ni quería pensar cuando usara otra cosa.Gustó como loco de sentirse tan mimado y recibiendo toda la atención de parte de Elliot.Éste, aún despierto, observaba dormir a Patryce.Había disfrutado de su cuerpo durante más de una hora logrando llevarlo a más de un estallido para finalmente dejarlo en el borde del agotamiento.Ahora, viéndolo dormir, se entretenía en juguetear con una onda del cabello del joven que caía por su frente.Su deseo animal le estaba llamando pero quería quedarse un poco más con él.Cuando se notó que ya no podía contenerlo más se apartó del chico y se levantó de la cama.Apenas si puso un pie en el suelo, contuvo un rugido.Sus huesos comenzaron a crujir, p
Se movió en la cama. Notaba el calor emanar de ese otro cuerpo bien cercano al suyo y sin nada que se interpusiera entre ellos. Ni tela ni prenda impedía que ambas pieles se tocaran entre ellas. Ni siquiera que cierta parte se presionara entre sus glúteos pudiendo distinguir la típica reacción natural que sufría. Patryce, abriendo los ojos, permanecía inmóvil y en la misma postura. Sabía que si se movía, no evitaría el no tocarla... Un suspiro brotó de sus labios al notarla acomodarse entre sus nalgas. Un bostezo seguido de un murmullo precedió a un suave beso que aterrizó en su mejilla acompañado por una voz grave. -Buenos días- Patryce giró la cabeza topándose con la mirada oliva del afroamericano junto con una dulce sonrisa. -Buenos...buenos días- respondió de vuelta el joven. Elliot asió su mentón para libremente inclinar su rostro y besar lánguidamente sus labios. Patryce no se negó a contestarle de la misma manera. Moviéndose, acabó bocarriba para con mejor acceso a