Hola :D espero que le vaya gustando la novela, comenten y puntuen <3 los quiero y los veo en un rato.
Después de interrumpir nuestro beso, su respiración chocaba con mis labios, únicamente éramos él y yo. Su fragancia varonil se fundía con su distintiva colonia de madera combinada con notas cítricas. Su suave toque con sus dedos en mi mejilla me hizo estremecer. —Dory, no estoy seguro de que me permitas, pero deseo formalizar lo nuestro...es decir...bueno—despegó un poco la mirada y después de esto, volvió a mirarme con mayor seguridad. —Mi intención era conquistarte, planeo hacerlo a diario, deseo pelear por tu amor, permíteme luchar por ti, pero anhelo tenerte a mi lado. Quiero que seas mi pareja, que todos se enteren que me mueves el piso. —Alexander, no puedo aceptarte…—murmure. —No arriesgaré mi equilibrio emocional ni los de mis hijos al estar a tu lado, con todo lo que tienes en tu pasado. Además, no tengo intención de aceptarte a menos que logres hacerme cambiar mi opinión.—¿En serio? —Una leve sonrisa se dibujó en sus labios. —Así que dispongo de tres meses para lograr que
POV Alexander LennoxMe levantaba mientras arrascaba ligeramente mi cabello. Al verme solo en la cama solo pude imaginar que ella estaba en un solo sitio, y al bajar me di cuenta que estaba en lo correcto. Con el cabello un poco alborotado, se encontraba completamente enfocada en preparar el desayuno de los pequeños. Durante dos semanas, me las arreglé para dormir en su casa. A pesar de que seguía colocando almohadas entre nosotros, argumentaba que no se entregaría por completo hasta que la conquistara plenamente. Estaba determinado a lograrlo. Me acerqué a ella rodeándola con mis brazos desde atrás, provocando que soltara un suave suspiro al notar mi erección matutina.—Buenos días Dory…—Mi voz ronca de recién levantado le arranco una leve sonrisa.—Alex, pensé que estarías durmiendo.—Pues no.—la abrazaba entre mis brazos para pegarla mas a mi. —No podría hacerlo si no estas a mi lado.La sonrisa delicada que ella mostraba era como música para mis oídos. Mientras sonreía, observaba
Embarazada…Para mí, en ese instante, esa palabra que alegraba a tantos era como vivir en un tormento.—No estás diciendo la verdad. —Mi voz era tan aterradora que podría helar el mismísimo averno.—¿Mentir? Para nada, tu y yo estamos esperando un bebe.El tono estridente de su voz me resultaba sumamente irritante. La agarraba de la mano y la llevaba afuera, alejándola de la vista de la casa.—Deseo que te mantengas alejado de Dorothea ¿Comprendes? No permitiré que tú y tus necedades arruinen mis esfuerzos por solucionar las cosas, ya tengo bastantes preocupaciones con mi madre.—Sin embargo....—Una sonrisa sensual se dibujó en sus labios. —Es inevitable que ambos vayamos a convertirnos en padres.—Deja de mentir Cassidy.—No lo hago. —Con suavidad, introdujo la mano en su cartera de marca y extrajo un test de embarazo. Al cogerla, me di cuenta de que tenía dos marcas. Mientras mi mente se sumergía en el recuerdo de esa noche, sentía un nudo en la garganta, incapaz de recordar algo.
Como una prostituta a la cual visitaba cuando tenía necesidades carnales cada vez, asi me sentia actualmente junto a mi esposo. Hoy era el día en que llegaría para pasar un breve fin de semana conmigo, para luego marcharse y dejarme sola una vez más sin mirar atrás. Ya se habia hecho tan repetitivo que para mi era el pan de cada mes. Para muchas personas, el día de su boda representa uno de los momentos más especiales de su vida. ¿Y para mí? Así fue. Tantas sonrisas, tanto amor, nuestras miradas dejaban entre ver que nuestro matrimonio, a pesar de que fue por contrato para beneficiar a nuestras familias estaba repleto de amor. Un amor de papel… Un amor de beneficios… Un amor donde el y yo éramos meros objetos para aumentar el dinero de nuestras familias…aunque yo llegue a sentir un profundo amor por él. Alexander Lennox era propietario de una prestigiosa cadena de restaurantes a nivel global, mientras que mi familia era dueña de una cadena hotelera lujosa y elegante que
Seis años despuésFinalizaba rápidamente de escribir en mi ordenador mientras mandaba algunos correos. Hace aproximadamente dos años, fui nombrada CEO en el negocio familiar. Al percatarme de que mi padre seguía realizando acuerdos con Alexander, me sentí muy alterada. Me encontraba en una ida y vuelta de correos con el departamento de contratos, tratando de dar por finalizados sus servicios en mis hoteles, pero no mostraban disposición, eran ya que eran muy tercos.Al finalizar la redacción del correo, apretaba con intensidad mi nariz con el propósito de reducir la tensión. La puerta de mi despacho se abría con delicadeza mientras observaba de reojo a Michael, el subdirector general de mis hoteles, quien también era mi más cercano amigo.—Por tu cara veo que no pudiste terminar los contratos todavía.—Asi es, incluso me propusieron una reunión con Alexander, pero eso quiero evitarlo a toda costa. No quiero que pise un pie en mi hotel ni aunque su vida dependiera de eso.—Por cierto ¿Q
—Sabia que eras tu. —Un enorme rugido brotaba. —En serio… ¿Te gusta hacerme esto? Tuve que aguantarme verte con un maldito hombre tras nuestro divorcio —Rio de manera irónica. —Te mande a investigar porque no lo entendía, y al verte con otro hombre en esas fotos ¡Porque lo haces! —Vocifero sumamente enojado.—Esto debe ser una maldita pesadilla. —Murmure ignorando aquellos gritos queriendo obligarme a pensar que era solo mi imaginación.—¿De verdad, Dorothea? ¡No puede ser! ¿Acaso pretendes presumir de un hombre delante de mí? ¡Por Dios!—rugía de una manera tan fuerte que invadió el baño.Sin comprender la disputa, me acomodaba con una mirada desafiante.—¿Disculpa? Se te zafaron los tornillos, porque es lo único que me explico para que me grites asi.La atmósfera estaba cargada de tensión, la mirada penetrante de Alexander me impactaba como cuchillos. Notaba cómo su enojo crecía como una tempestad a punto de desatarse. La última vez que nos habíamos visto, las cosas habían acabado en
La disputa se volvió más acalorada, las palabras hirientes se cruzaban entre nosotros como cuchillos afilados. —Eh, chicos —interrumpió Michael, un tanto aturdido—. Nuestra única finalidad aquí es discutir acerca de este acuerdo. Alexander me observo con rabia, con un tono visceral murmuro —Por supuesto, es fácil hablar de negocios. Al menos esta vez Dorothea tiene la decencia de venir a terminar el contrato, no como su divorcio. —Nunca quise hablarte porque tú no vales la pena ni para eso, Alexander.—Sabia que debia alejarlo para poder estar tranquila. Me acercaba a el, olfateando su perfume tomando el papel que tenia Michael colocandolo delante de Alexander.— Firma esto. No quiero que tus restaurantes sigan enlazados a mis hoteles. Alexander observó el documento con desprecio, como si fuera una criatura repugnante. —Me niego a hacerlo, Dorothea. Mis restaurantes van a estar enlazados con tus hoteles, te guste o no. —No me interesa lo que desees —retumbaba mi voz en el salón.
Durante la próxima semana me la pase enviando mensajes uno tras otro peleando con Alexander por correo electrónico. Mi atención estaba completamente centrada en finalizar nuestro acuerdo comercial, ya que pensaba que tenerlo cerca sería un desorden. Alexander siempre fue la fuerza sísmica que sacudía mis bases, la tormenta que dejaba ruinas a su paso, así que sabia era imprescindible expulsarlo de mi vida. Empecé a masajear mi sien con las puntas de los dedos, sintiendo un intenso dolor de cabeza. Tenía la sensación de que Alexander se estaba convirtiendo en una amenaza para mi bienestar emocional si no conseguía apartarlo de mi vida de una vez por todas. La puerta de mi oficina se abrió con un crujido casi teatral, donde entraron dos abogados. Los trajes perfectamente confeccionados y sus rostros imperturbables daban la impresión de haber sido extraídos de un libro de misterio. Uno de ellos, el individuo de mayor estatura, acomodó sus anteojos al tiempo que arqueaba una ceja, una ac