Reymond vuelve a levantarme en sus brazos como si todo lo que yo le pidiera solo fuera un chiste para él, porque antes le pedía que me soltará y ahora que le pido una explicación, hace lo mismo que antes: ignorarme.
— Sin duda, te esfuerzas mucho en ser el peor villano del mundo.— ¿Quién te dijo que me esfuerzo, Elise? Cada cosa que hago me sale natural, porque no la medito mucho, si no, que actúo. Porque la maldad no se improvisa. — dice Reymond y yo intento alejarme de él, pero, mi cuerpo no responde.— Esto no está bien, al menos deberías dejarme moverme.— Lo haré, después que te ate a la cama, para comprobar que no serias capaz de escaparte y exponerte a un peligro innecesario. — dice Reymond.Observo seriamente a Reymond, porque solamente eso le faltaría a él para que lo odie aún más. Pero, eso no parece iNarra ReymondSalgo de la propiedad dejando solamente a dos lobas para que se encarguen de vigilar y ayudar a mi esposa. Porque ahora lo que necesito es a mi gente para contraatacar sin piedad, teniendo como objetivo la destrucción total de Nate.Por eso, me preparo para el fin del mundo que Nate conoce y es eso lo que hacen mis hombres. Utilizando los teléfonos, convoco a una reunión a cada uno de los lobos que saben usar un arma o pelear en combates cuerpo a cuerpo, para atacan con fuerza a Nate.Aunque puedo usar a mis empleados y solo ponerle precio a cada cabeza, lo mejor es ir directamente al alfa y dejar que los lobos que siguen sus órdenes tomen una decisión después de la caída de su líder.— Todos deben usar los canales subterráneos para reunirnos en la casa de los Flores. Allí nos prepararemos para enfrenta.— Señor…— No dejaré desprot
Todos avanzamos acabando con los lobos usando nuestra energía para golpes contundentes que reduce los lobos luchando. Como les ordene a mis hombres, ellos son despiadados, al punto que cuando no son capaces de luchar con los lobos, se transforman en su versión humana, para dispararles.Por eso, dejo a mi gente a cargo de todo el caos, mientras yo busco a Nate quien es el único que me interesa ahora. Aunque su olor puede percibirse, al estar en zonas abiertas, el aroma se disipa con el aire y es rápidamente reemplazado por las aromas de cada lobo que aquí se encuentra.Causando ello que sea difícil para mí encontrar al hombre que tanto deseo matar. Varios lobos se interponen en mi camino, pero, fácilmente los asesino, porque por mucho que sean buenos peleando, no pueden compararse a mí, quien trabaja matando a lobos.— No gasten su energía protegiendo al líder que cobardemente se ha ocul
Camino sonriendo satisfecho porque todo ha terminado con esos desgraciados, pero, mis lobos aúllan anunciando que hay algo mal. Por eso, corro a su encuentro implorando que no esté relacionado con mi esposa.— ¡Señor! — dice uno de los lobos.— ¡¿Qué sucede?! ¡¿Qué ha pasado?! — pregunto alterado.— Uno de los lobos que asesinamos nos dio una información que…— ¡¿Qué dijo?!— Sabían que haríamos esto, por eso, su sobrino se marchó con sus mejores lobos.— ¿A dónde?— Al territorio de la luna dorada. — dice Aarón.De inmediato, corro hacia Elise deseando que ella este bien, porque si algo le sucede, no lograré vivir más tiempo. Porque sea que la vuelva a ver o no en el cielo, debo asegurarme de que ella no me odie por no haberla pr
Tres días despuésNarra EliseCada minuto que pasa, el hombre que tanto quise en mi vida pasada, desaparece con las acciones de la actualidad. Porque aunque es evidente que no podía esperar que fuera igual a mí en mi vida pasada, en esta vida, somos similares.Los dos hacemos parte de una misma especie y aunque él sea un alfa y yo una omega, no debería mostrarse ello con su posesividad y agresividad al hacer las cosas. Porque aunque no me ha golpeado, si considero una violencia que Reymond haya limitado mis movimientos encerrándome aquí.— ¿Cuándo me dejarán salir de aquí? — pregunto a Carolina, mi acompañante a este calvario.— Bueno, señora Perasi, no sabría decirle. A mí solo me dieron la orden de quedarme con usted hasta que me dieran una nueva orden. Así que, no sabría decirle.— Ni siquiera sé
Me parece sorprendente que alguien pueda cambiar tanto. Se supone que lo único que no cambia es el alma y que es esta quien hace que tengamos pensamientos similares aunque reencarnemos varias veces.Lo he visto cuando era una diosa y por eso, uno suspiraba profundo, porque los humanos cometían el mismo error en cada vida en la que reencarnaban. Por eso, me sorprende tanto que Reymond sea tan diferente a como era en su vida pasada.‘¿Acaso fue programado para que se comportará así? Quizás este sea mi castigo real.’ Me digo mentalmente.— ¿Estás bien con esto? — pregunto incrédula.— Yo lo estoy. — dice él rompiendo mi ropa para inhalar el olor de mi cuerpo.— ¡Pues yo no lo estoy! — exclamo molesta, con muchas ganas de apartarlo de mi cuerpo, pero, como antes… como siempre, no responde a mis ordenes cuando Reymond está
Mis recuerdos de la vida pasada me hacen comprender quien es, por lo que, me asusto al tener una visita no permitida por el cielo. Aunque a ella le importa poco romper las reglas solo para hablar con nosotros.— ¿Qué haces aquí? — pregunto aturdida.— No deberías hablarle así a tu amiga. — dice Freynhea.— ¿Amiga? ¡Freynhea, estas a cargo del mundo de los humanos y mira lo que me has hecho sufrir!— Muy bien lo dijiste, estoy a cargo del destino de los humanos, pero, ¿tú eres humana?— Yo…Freynhea tiene razón. El hecho de que me vea como humana, no quiere decir que lo sea. Por eso, no debe sorprenderme que ella no pueda hacer algo por mí y aunque pudiera, la tendrían muy vigilada para hacerlo.— ¿Por qué no viniste antes? — digo intentando levantarme, pero, Reymond lo impide.&mdas
Es el final. Debo despedirme de una vida que por siglos disfruté. La mujer que descendía a la tierra para deleitarse con los libros y obras románticas, ahora no solo no está viviendo una, si no que, ya no podrá escuchar o ver alguna.Mi castillo, todas las oraciones que los humanos me enviaban y cada dios o diosa que conocí, desaparecerán hasta que la muerta Elise no pueda siquiera pensar en ellos. Toda mi vida, la que si amé vivir, ya no podré tenerla.— No puede ser posible. — susurro mientras mi vista se nubla.— Mira el lado bueno…— ¡¿Qué es bueno en todo esto, Freynhea?! ¡Voy a morir, Freynhea!— Todos los que están en el planeta tierra mueren. Ningún ser vivo posee la inmortalidad. Así que, eso iba a suceder.— ¡No es justo! ¡Yo no dividí mi alma! ¡¿Por qué
La información que recién se me ha revelado, me ha dejado sin palabras, por lo que, solo me queda meditar todo lo que amar a la persona errónea… no, se supone que estábamos destinados, así que… en fin.No debí relacionarme con mi destino, porque no era del mismo lugar que yo. Por eso, ahora estoy en una situación, donde el hombre por el que he recibido el castigo, no es el hombre que estaba y tampoco puedo regresar a mi hogar y pedir disculpas, porque este es mi final, mi última estación antes de desaparecer.— Elise, reacciona, por favor. Deja de actuar como si estuvieras muriendo. Eso no es bueno para el bebé.— Vete, por favor. Quiero estar sola. — digo en un susurro.— Te quitaré la cadena, para que recorras todo el bunker si lo deseas, pero, deja de estar como si estuvieras en un trance donde solo sé que sigues viva porque lloras. —