Mis recuerdos de la vida pasada me hacen comprender quien es, por lo que, me asusto al tener una visita no permitida por el cielo. Aunque a ella le importa poco romper las reglas solo para hablar con nosotros.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto aturdida.— No deberías hablarle así a tu amiga. — dice Freynhea.— ¿Amiga? ¡Freynhea, estas a cargo del mundo de los humanos y mira lo que me has hecho sufrir!— Muy bien lo dijiste, estoy a cargo del destino de los humanos, pero, ¿tú eres humana?— Yo…Freynhea tiene razón. El hecho de que me vea como humana, no quiere decir que lo sea. Por eso, no debe sorprenderme que ella no pueda hacer algo por mí y aunque pudiera, la tendrían muy vigilada para hacerlo.— ¿Por qué no viniste antes? — digo intentando levantarme, pero, Reymond lo impide.&mdasEs el final. Debo despedirme de una vida que por siglos disfruté. La mujer que descendía a la tierra para deleitarse con los libros y obras románticas, ahora no solo no está viviendo una, si no que, ya no podrá escuchar o ver alguna.Mi castillo, todas las oraciones que los humanos me enviaban y cada dios o diosa que conocí, desaparecerán hasta que la muerta Elise no pueda siquiera pensar en ellos. Toda mi vida, la que si amé vivir, ya no podré tenerla.— No puede ser posible. — susurro mientras mi vista se nubla.— Mira el lado bueno…— ¡¿Qué es bueno en todo esto, Freynhea?! ¡Voy a morir, Freynhea!— Todos los que están en el planeta tierra mueren. Ningún ser vivo posee la inmortalidad. Así que, eso iba a suceder.— ¡No es justo! ¡Yo no dividí mi alma! ¡¿Por qué
La información que recién se me ha revelado, me ha dejado sin palabras, por lo que, solo me queda meditar todo lo que amar a la persona errónea… no, se supone que estábamos destinados, así que… en fin.No debí relacionarme con mi destino, porque no era del mismo lugar que yo. Por eso, ahora estoy en una situación, donde el hombre por el que he recibido el castigo, no es el hombre que estaba y tampoco puedo regresar a mi hogar y pedir disculpas, porque este es mi final, mi última estación antes de desaparecer.— Elise, reacciona, por favor. Deja de actuar como si estuvieras muriendo. Eso no es bueno para el bebé.— Vete, por favor. Quiero estar sola. — digo en un susurro.— Te quitaré la cadena, para que recorras todo el bunker si lo deseas, pero, deja de estar como si estuvieras en un trance donde solo sé que sigues viva porque lloras. —
Poco me importa todas las maravillas que me dicen que puedo ver al salir, tampoco me llama la atención irme de campamento, compras o cualquier tontería que se les ha ocurrido. Como no tengo amigas en este mundo, tampoco pueden tentarme al mencionarme que alguien conocido vendrá.Por lo que, sus esfuerzos en levantar el ánimo son en vano al punto que salimos del bunker con los suspiros de ellos y las quejas de todo lo que Reymond pudo haberme hecho y justifican porque estoy así.— Señora se ve muy hermosa, ¿Por qué no se concentra en eso y que va a salir del bunker? — dice Carolina cuando termina de arreglarme.— Ya nada me importa. Si salgo o no, no es mi problema. — murmuro.— Pensábamos que el señor Perasi exageraba cuando dijo que usted estaba actuando diferente y que no había forma de hacerla feliz, pero, ahora comprendo que solo estaba diciendo la verda
Aunque no quería reírme, por la noticia mortal de mi vida, con las chicas era imposible estar seria, porque solo pasan diez minutos cuando una nueva locura se les ocurre y por eso, terminan en un desastre.— Están locas. — digo mientras continuamos la caminata hacia un parque.— Siempre lo están, señora Perasi. Por eso, las tengo cerca. Ya que, mi vida es compleja y ellas hacen que las cosas sean soportable. — dice Korina.— Bueno, al menos no soy la única en que la diosa Luna se concentra para darle desgracias. — digo y Korina me observa confundida.— ¿Cree que la diosa Luna solo la observa para darle desgracias? — pregunta Korina y yo suspiro profundo.— Algo así.Korina va a decirme algo, pero, los chicos se acercan a mí, por eso, ella se queda en silencio. Jay, me informa un cambio de planes y por eso, subimos a los autos para ir a un
Me quedo en el baño, porque no tengo la energía para salir ni mucho menos, el valor para enfrentarlo. Pero, eso no quiere decir que quedándome sola reúno eso que tanto necesito para salir siquiera del baño.No es posible para mí, por mucho que quiera decir que puedo con esto. Porque el amor toxico de Reymond y las decisiones de los cielos por mi futuro, hacen que cualquier fortaleza que tenga para enfrentar los problemas, sea destruido en pocos segundos.— No es fácil. Seguir después de esto, no es fácil. — susurro.— Señora, disculpe, ¿se encuentra bien? — pregunta Carolina.— Dame unos segundos, por favor, necesito respirar un poco.— La cena está lista. El señor se ha ido. — dice Carolina comprendiendo la causa de mi malestar.— No puedo hacerlo.— Al menos, coma un poco con las chicas, ellas la est&aac
Sabiendo que descansar no será algo sencillo, me quito la ropa y preparo el jacuzzi para poder relajarme gracias a las esencias. Por eso, en el interior del agua, intento relajar mi cuerpo mientras mi mente se relaja por lo bien que me siento. — Esto se siente bien. — susurro sintiendo como todas las tensiones en mi cuerpo se sienten menos. Aunque esto no soluciona los problemas en los que me encuentro, puedo decir que puedo enfrentarlos con una energía que se había drenado mientras estaba en el bunker. Por eso, me debilito en la tina donde el sueño parece apoderarse de mí. Sin poderlo evitar, mis ojos poco a poco se cierran dejando en el olvido todas las preocupaciones que siento porque mi última oportunidad de vivir, sea esta. Cada una de las frustraciones y molestias, abandonan mi cuerpo, hasta que siento que estoy libre, que peso menos porque la carga que llevaba ha desaparecido. No sé cuánto tiempo pasa, pero, alguien se acerca al baño, su aroma, que había comenzado a sentir
Me encuentro completamente aturdida por lo que recién escucho, ya que, Reymond sigue siendo alguien frio, oscuro y tenebroso, pero, sus palabras… esas que recién he escuchado, no me dan esa sensación. Lo que dijo que no quería darme, parece mostrarse sonriéndome como si me dijera que la noticia del fin de nuestra inmortalidad y la discusión en el baño, le hiciera recapacitar, por eso, miro seriamente al hombre frente a mí, deseando que sea diferente. — Reymond… — Yo te amo, Elise. Sé que mi amor es posesivo, oscuro y demandante, pero, es amor. — No, un momento, no quiero conformarme con eso, Reymond. — Te lo he dicho antes, soy un villano. — Sé que es así, Reymond, mi vida es la prueba de ello. Eres mi villano, porque después de cruzarme contigo, todo lo malo he ha sucedido. Yo soy tu cautiva en una torre que no está a la vista de alguien. >> Por eso, estoy condenada a tenerte cerca aunque no lo desee. Ya que, eso fue lo que causaste al marcarme sin mi consentimiento. Por eso y
Así que, me quedo abrazándolo, mientras me quejo por no ser posible tener ambas cosas cuando otras parejas si lo tienen. Pero, si algo he comprendido es que quien nace en la tierra, está destinado a sufrir y que quejarse, solo hará que el sufrimiento sea más largo y pesado. Por eso, intento alejarme de Reymond para intentar encontrar una solución a todo esto que nos está afectando. Pero, él impide que yo aleje, ya que, inhala mi aroma mientras mi calor corporal se mezcla con el suyo. — No te des por vencida. No lo hemos perdido todo, porque nos tenemos. No tendremos inmortalidad, pero, si podremos ser una familia. Aquí no tenemos lo que haya nos prohibieron, Elise. >> Concentrémonos en disfrutar lo que allá era imposible y entonces, el tiempo siendo inmortal escasamente será un precio en comparación a todo lo que ganaremos siendo felices. Así que, por favor, vuelve a mí, ámame, mi Luna. — ¿Sabías que estar juntos nos daría este castigo? — pregunto y él suspira profundo — Tenía c