Poco me importa todas las maravillas que me dicen que puedo ver al salir, tampoco me llama la atención irme de campamento, compras o cualquier tontería que se les ha ocurrido. Como no tengo amigas en este mundo, tampoco pueden tentarme al mencionarme que alguien conocido vendrá.
Por lo que, sus esfuerzos en levantar el ánimo son en vano al punto que salimos del bunker con los suspiros de ellos y las quejas de todo lo que Reymond pudo haberme hecho y justifican porque estoy así.— Señora se ve muy hermosa, ¿Por qué no se concentra en eso y que va a salir del bunker? — dice Carolina cuando termina de arreglarme.— Ya nada me importa. Si salgo o no, no es mi problema. — murmuro.— Pensábamos que el señor Perasi exageraba cuando dijo que usted estaba actuando diferente y que no había forma de hacerla feliz, pero, ahora comprendo que solo estaba diciendo la verdaAunque no quería reírme, por la noticia mortal de mi vida, con las chicas era imposible estar seria, porque solo pasan diez minutos cuando una nueva locura se les ocurre y por eso, terminan en un desastre.— Están locas. — digo mientras continuamos la caminata hacia un parque.— Siempre lo están, señora Perasi. Por eso, las tengo cerca. Ya que, mi vida es compleja y ellas hacen que las cosas sean soportable. — dice Korina.— Bueno, al menos no soy la única en que la diosa Luna se concentra para darle desgracias. — digo y Korina me observa confundida.— ¿Cree que la diosa Luna solo la observa para darle desgracias? — pregunta Korina y yo suspiro profundo.— Algo así.Korina va a decirme algo, pero, los chicos se acercan a mí, por eso, ella se queda en silencio. Jay, me informa un cambio de planes y por eso, subimos a los autos para ir a un
Me quedo en el baño, porque no tengo la energía para salir ni mucho menos, el valor para enfrentarlo. Pero, eso no quiere decir que quedándome sola reúno eso que tanto necesito para salir siquiera del baño.No es posible para mí, por mucho que quiera decir que puedo con esto. Porque el amor toxico de Reymond y las decisiones de los cielos por mi futuro, hacen que cualquier fortaleza que tenga para enfrentar los problemas, sea destruido en pocos segundos.— No es fácil. Seguir después de esto, no es fácil. — susurro.— Señora, disculpe, ¿se encuentra bien? — pregunta Carolina.— Dame unos segundos, por favor, necesito respirar un poco.— La cena está lista. El señor se ha ido. — dice Carolina comprendiendo la causa de mi malestar.— No puedo hacerlo.— Al menos, coma un poco con las chicas, ellas la est&aac
Sabiendo que descansar no será algo sencillo, me quito la ropa y preparo el jacuzzi para poder relajarme gracias a las esencias. Por eso, en el interior del agua, intento relajar mi cuerpo mientras mi mente se relaja por lo bien que me siento. — Esto se siente bien. — susurro sintiendo como todas las tensiones en mi cuerpo se sienten menos. Aunque esto no soluciona los problemas en los que me encuentro, puedo decir que puedo enfrentarlos con una energía que se había drenado mientras estaba en el bunker. Por eso, me debilito en la tina donde el sueño parece apoderarse de mí. Sin poderlo evitar, mis ojos poco a poco se cierran dejando en el olvido todas las preocupaciones que siento porque mi última oportunidad de vivir, sea esta. Cada una de las frustraciones y molestias, abandonan mi cuerpo, hasta que siento que estoy libre, que peso menos porque la carga que llevaba ha desaparecido. No sé cuánto tiempo pasa, pero, alguien se acerca al baño, su aroma, que había comenzado a sentir
Me encuentro completamente aturdida por lo que recién escucho, ya que, Reymond sigue siendo alguien frio, oscuro y tenebroso, pero, sus palabras… esas que recién he escuchado, no me dan esa sensación. Lo que dijo que no quería darme, parece mostrarse sonriéndome como si me dijera que la noticia del fin de nuestra inmortalidad y la discusión en el baño, le hiciera recapacitar, por eso, miro seriamente al hombre frente a mí, deseando que sea diferente. — Reymond… — Yo te amo, Elise. Sé que mi amor es posesivo, oscuro y demandante, pero, es amor. — No, un momento, no quiero conformarme con eso, Reymond. — Te lo he dicho antes, soy un villano. — Sé que es así, Reymond, mi vida es la prueba de ello. Eres mi villano, porque después de cruzarme contigo, todo lo malo he ha sucedido. Yo soy tu cautiva en una torre que no está a la vista de alguien. >> Por eso, estoy condenada a tenerte cerca aunque no lo desee. Ya que, eso fue lo que causaste al marcarme sin mi consentimiento. Por eso y
Así que, me quedo abrazándolo, mientras me quejo por no ser posible tener ambas cosas cuando otras parejas si lo tienen. Pero, si algo he comprendido es que quien nace en la tierra, está destinado a sufrir y que quejarse, solo hará que el sufrimiento sea más largo y pesado. Por eso, intento alejarme de Reymond para intentar encontrar una solución a todo esto que nos está afectando. Pero, él impide que yo aleje, ya que, inhala mi aroma mientras mi calor corporal se mezcla con el suyo. — No te des por vencida. No lo hemos perdido todo, porque nos tenemos. No tendremos inmortalidad, pero, si podremos ser una familia. Aquí no tenemos lo que haya nos prohibieron, Elise. >> Concentrémonos en disfrutar lo que allá era imposible y entonces, el tiempo siendo inmortal escasamente será un precio en comparación a todo lo que ganaremos siendo felices. Así que, por favor, vuelve a mí, ámame, mi Luna. — ¿Sabías que estar juntos nos daría este castigo? — pregunto y él suspira profundo — Tenía c
La vergüenza me invade porque Reymond está en el suelo inconsciente, pero, su entrepierna sigue tan firme y recta que parece el mástil o asta perfecta que solo espera la bandera adecuada para poder ondear esta con ayuda del aire. De inmediato, entro a la habitación y tomo una toalla para colocarla encima de su cuerpo, mientras Jay aúlla por ayuda, pero, lo que hago es crear con la toalla que lo que parecía un mástil ahora parezca un palo en una carpa de campaña o campamento, que sostiene el refugio donde el campista dormirá. ‘Yo quisiera estar en esa carpa.’ Me digo mentalmente y de inmediato, niego golpeándome mentalmente por dicho comentario inapropiado. Jay espera a los lobos cerca del ascensor, mientras yo me regaño por pensar algo así cuando no hay una sola feromona de Reymond que me haga desearlo de esa manera. Pero, debo reconocer que lo que veo y sé cómo se siente, me hacen caer en tentación. — Ya hemos llegado. — dicen los lobos, aunque sus aromas se anuncian antes que el
Los chicos se encargan de Reymond, que cumple las cuatro fases justo como lo dijo Jay. Pero, hay algo adicional y es que aunque este muriendo por vomitar tanto, sigue llamándome. Por eso, me alejo un poco porque incluso se atreve a liberar esas feromonas que me hacen abrir la ventana aunque estamos en un piso muy alto, confiando que así mi cuerpo no va a reaccionar. — Realmente no estaba exagerando Jay. Así es Reymond ebrio. Justo cuando creo que todo ha terminado, él vuelve a vomitar, por lo que, los médicos aparecen intentando comprender porque la medicina que tanto le sirvió en el pasado, ahora no funciona. El miedo me invade al pensar que ello sea porque ha perdido su inmortalidad, pero, es normal no ser inmortal en el mundo humano. Por lo que, las medicinas no deberían dejar de funcionar porque alguien que podía reencarnar ya no puede hacerlo. Preocupada, entro a la habitación mientras los doctores lo revisan, entonces, noto que todo su cuerpo está lleno de un brote rojizo q
Algo me está tocando. No sé qué puede ser, pero, puedo sentir su toque húmedo en mi pierna, porque parece que me recorre con una lengua o algo parecido a una. Intento despertarme, pero, no es posible para mí, por lo que intento hablar, pero, las palabras no salen. ‘¿Acaso ha entrado algún perro?’ me pregunto mentalmente al poder oler humedad en un pelaje. Nuevamente, intento despertar al sentir como una pata se presiona mis mulos, pero, sigo sin poder despertarme, es como si el agotamiento fuera más grande que la curiosidad que siento por saber que puede estar sucediendo. Mis sentidos, despiertan y yo puedo notar que quien está tocándome sin mi consentimiento, mueve con un nariz fría la toalla para tener acceso a mi intimidad. Su larga lengua, pasa por mi parte íntima y yo gimoteo mientras lucho con el deseo de despertarme. Sin embargo, la invasión de su lengua hace que todo lo que luche por despertar quede en el olvido y de golpe abra mis ojos encontrándome a Reymond en su versió