Tres días después
Narra EliseCada minuto que pasa, el hombre que tanto quise en mi vida pasada, desaparece con las acciones de la actualidad. Porque aunque es evidente que no podía esperar que fuera igual a mí en mi vida pasada, en esta vida, somos similares.Los dos hacemos parte de una misma especie y aunque él sea un alfa y yo una omega, no debería mostrarse ello con su posesividad y agresividad al hacer las cosas. Porque aunque no me ha golpeado, si considero una violencia que Reymond haya limitado mis movimientos encerrándome aquí.— ¿Cuándo me dejarán salir de aquí? — pregunto a Carolina, mi acompañante a este calvario.— Bueno, señora Perasi, no sabría decirle. A mí solo me dieron la orden de quedarme con usted hasta que me dieran una nueva orden. Así que, no sabría decirle.— Ni siquiera séMe parece sorprendente que alguien pueda cambiar tanto. Se supone que lo único que no cambia es el alma y que es esta quien hace que tengamos pensamientos similares aunque reencarnemos varias veces.Lo he visto cuando era una diosa y por eso, uno suspiraba profundo, porque los humanos cometían el mismo error en cada vida en la que reencarnaban. Por eso, me sorprende tanto que Reymond sea tan diferente a como era en su vida pasada.‘¿Acaso fue programado para que se comportará así? Quizás este sea mi castigo real.’ Me digo mentalmente.— ¿Estás bien con esto? — pregunto incrédula.— Yo lo estoy. — dice él rompiendo mi ropa para inhalar el olor de mi cuerpo.— ¡Pues yo no lo estoy! — exclamo molesta, con muchas ganas de apartarlo de mi cuerpo, pero, como antes… como siempre, no responde a mis ordenes cuando Reymond está
Mis recuerdos de la vida pasada me hacen comprender quien es, por lo que, me asusto al tener una visita no permitida por el cielo. Aunque a ella le importa poco romper las reglas solo para hablar con nosotros.— ¿Qué haces aquí? — pregunto aturdida.— No deberías hablarle así a tu amiga. — dice Freynhea.— ¿Amiga? ¡Freynhea, estas a cargo del mundo de los humanos y mira lo que me has hecho sufrir!— Muy bien lo dijiste, estoy a cargo del destino de los humanos, pero, ¿tú eres humana?— Yo…Freynhea tiene razón. El hecho de que me vea como humana, no quiere decir que lo sea. Por eso, no debe sorprenderme que ella no pueda hacer algo por mí y aunque pudiera, la tendrían muy vigilada para hacerlo.— ¿Por qué no viniste antes? — digo intentando levantarme, pero, Reymond lo impide.&mdas
Es el final. Debo despedirme de una vida que por siglos disfruté. La mujer que descendía a la tierra para deleitarse con los libros y obras románticas, ahora no solo no está viviendo una, si no que, ya no podrá escuchar o ver alguna.Mi castillo, todas las oraciones que los humanos me enviaban y cada dios o diosa que conocí, desaparecerán hasta que la muerta Elise no pueda siquiera pensar en ellos. Toda mi vida, la que si amé vivir, ya no podré tenerla.— No puede ser posible. — susurro mientras mi vista se nubla.— Mira el lado bueno…— ¡¿Qué es bueno en todo esto, Freynhea?! ¡Voy a morir, Freynhea!— Todos los que están en el planeta tierra mueren. Ningún ser vivo posee la inmortalidad. Así que, eso iba a suceder.— ¡No es justo! ¡Yo no dividí mi alma! ¡¿Por qué
La información que recién se me ha revelado, me ha dejado sin palabras, por lo que, solo me queda meditar todo lo que amar a la persona errónea… no, se supone que estábamos destinados, así que… en fin.No debí relacionarme con mi destino, porque no era del mismo lugar que yo. Por eso, ahora estoy en una situación, donde el hombre por el que he recibido el castigo, no es el hombre que estaba y tampoco puedo regresar a mi hogar y pedir disculpas, porque este es mi final, mi última estación antes de desaparecer.— Elise, reacciona, por favor. Deja de actuar como si estuvieras muriendo. Eso no es bueno para el bebé.— Vete, por favor. Quiero estar sola. — digo en un susurro.— Te quitaré la cadena, para que recorras todo el bunker si lo deseas, pero, deja de estar como si estuvieras en un trance donde solo sé que sigues viva porque lloras. —
Poco me importa todas las maravillas que me dicen que puedo ver al salir, tampoco me llama la atención irme de campamento, compras o cualquier tontería que se les ha ocurrido. Como no tengo amigas en este mundo, tampoco pueden tentarme al mencionarme que alguien conocido vendrá.Por lo que, sus esfuerzos en levantar el ánimo son en vano al punto que salimos del bunker con los suspiros de ellos y las quejas de todo lo que Reymond pudo haberme hecho y justifican porque estoy así.— Señora se ve muy hermosa, ¿Por qué no se concentra en eso y que va a salir del bunker? — dice Carolina cuando termina de arreglarme.— Ya nada me importa. Si salgo o no, no es mi problema. — murmuro.— Pensábamos que el señor Perasi exageraba cuando dijo que usted estaba actuando diferente y que no había forma de hacerla feliz, pero, ahora comprendo que solo estaba diciendo la verda
Aunque no quería reírme, por la noticia mortal de mi vida, con las chicas era imposible estar seria, porque solo pasan diez minutos cuando una nueva locura se les ocurre y por eso, terminan en un desastre.— Están locas. — digo mientras continuamos la caminata hacia un parque.— Siempre lo están, señora Perasi. Por eso, las tengo cerca. Ya que, mi vida es compleja y ellas hacen que las cosas sean soportable. — dice Korina.— Bueno, al menos no soy la única en que la diosa Luna se concentra para darle desgracias. — digo y Korina me observa confundida.— ¿Cree que la diosa Luna solo la observa para darle desgracias? — pregunta Korina y yo suspiro profundo.— Algo así.Korina va a decirme algo, pero, los chicos se acercan a mí, por eso, ella se queda en silencio. Jay, me informa un cambio de planes y por eso, subimos a los autos para ir a un
Me quedo en el baño, porque no tengo la energía para salir ni mucho menos, el valor para enfrentarlo. Pero, eso no quiere decir que quedándome sola reúno eso que tanto necesito para salir siquiera del baño.No es posible para mí, por mucho que quiera decir que puedo con esto. Porque el amor toxico de Reymond y las decisiones de los cielos por mi futuro, hacen que cualquier fortaleza que tenga para enfrentar los problemas, sea destruido en pocos segundos.— No es fácil. Seguir después de esto, no es fácil. — susurro.— Señora, disculpe, ¿se encuentra bien? — pregunta Carolina.— Dame unos segundos, por favor, necesito respirar un poco.— La cena está lista. El señor se ha ido. — dice Carolina comprendiendo la causa de mi malestar.— No puedo hacerlo.— Al menos, coma un poco con las chicas, ellas la est&aac
Sabiendo que descansar no será algo sencillo, me quito la ropa y preparo el jacuzzi para poder relajarme gracias a las esencias. Por eso, en el interior del agua, intento relajar mi cuerpo mientras mi mente se relaja por lo bien que me siento. — Esto se siente bien. — susurro sintiendo como todas las tensiones en mi cuerpo se sienten menos. Aunque esto no soluciona los problemas en los que me encuentro, puedo decir que puedo enfrentarlos con una energía que se había drenado mientras estaba en el bunker. Por eso, me debilito en la tina donde el sueño parece apoderarse de mí. Sin poderlo evitar, mis ojos poco a poco se cierran dejando en el olvido todas las preocupaciones que siento porque mi última oportunidad de vivir, sea esta. Cada una de las frustraciones y molestias, abandonan mi cuerpo, hasta que siento que estoy libre, que peso menos porque la carga que llevaba ha desaparecido. No sé cuánto tiempo pasa, pero, alguien se acerca al baño, su aroma, que había comenzado a sentir