Bien, quienes me han seguido saben, como ya mencioné, que todas mis historias están conectadas, Alexandra Tcherassi es la hermana de Eduardo, el protagonista de destinada a ti, que la pueden encontrar en mi perfil, y adivinen, será la protagonista de próxima historia si todo sale bien. A ver su un lobo si es capaz de bajarle los humos a la periodista, guiño guiño
Helene apretó la mano de Itsac con fuerza, sentía que el hombre la necesitaba como nunca antes y se veía en su mirada una mezcla entre rabia y preocupación. — Cuando papá murió — comenzó a contarle — y después de que me rescataran de la jungla, llegué a México sin nada. Alexander me había robado la empresa y lo único que me quedó en la vida fue mi tío. »Era un hombre altivo, como ya lo viste, pero era mi familia, lo único que me quedaba en la vida y después de que Val me ayudó a recuperar Aeromaya de las manos de su padre, yo necesitaba inversionistas y bueno, ¿Quién mejor que mi familia? — Pero demostró su verdadera cara de tirano manipulador — añadió Toro mientras conducía y apretó el volante — yo lo vi desde el principio, desde que Itsac le dijo que quería vengar la muerte de su padre a como diera lugar para recuperar la aerolínea, y él no sólo lo permitió, lo alentó a hacerlo. — Lo que quería era sacar su tajada — Itsac apretó la mano de Helene con fuerza y ella se aguantó el
La clase fue bastante entretenida, Itsac subió a todos los estudiantes a un avión de Aeromaya y les enseñó en una clase magistral todo lo que debían saber sobre cada minúsculo botón que tenía el aparato, para qué servía y cómo sortear los obstáculos. Les contó la historia de la vez que uno de los motores explotó en pleno vuelo y les dejó como tarea ver la película de un piloto que acuatizó después de perder dos motores y otra donde el piloto volteó el avión al revés en pleno vuelo.— En estas vacaciones no crean que se librarán de mí — les dijo — las clases seguirán de forma virtual un par de veces por semana y les seguiré enviando trabajos… después del regreso los que tengan los puntajes más bajos tendrán que abandonar el curso como lo acordamos desde el primer día — les dijo Itsac y muchas caras se apagaron y Helene sintió pena por ellos — ahora, descansen, a dios a dios — los despachó y todos comenzaron a salir. Cuando estaban solos en el avión Itsac invitó a Helene a la cabina de
Helene no entendía del todo las repercusiones catastróficas que podía significar para Aeromaya lo que había pasado, e Itsac estaba demasiado estresado como para preguntarle, pero de que era algo malo era algo malo, y lo entendió cuando bajó del auto siguiendo a su esposo y lo primero que se encontró fue a Aurora en la sala. La periodista le dio un abrazo fuerte y Helene la miró confundida. — ¿Qué haces aquí? — le preguntó y ella se encogió de hombros. — Toro me contó, Franco tiene a alguien trabajando para investigar si hubo algunas irregularidades en las ventas de las acciones de Aeromaya, debieron avisar a Itsac de eso — Helene le agradeció con un asentimiento de cabeza y se sentó con ella en el mueble grande mientras Itsac se servía una copa grande de whisky. Toro llegó unos minutos después y le quitó el vaso a Itsac bebiéndoselo de un trago grande. — Es lo que planea el idiota de Amadeus — les dijo — no sé como convenció a los demás inversionistas de que le vendieran su parte
— Alexandra Tcherassi — comentó Aurora poniéndose de pie y tendiendole la mano a la mujer y Alexandra la miró apretando el entrecejo. — Aurora Belalcazar — dijo Alexandra — ¿Vienes a robarme otra noticia? — Aurora sonrió de lado y Helene sintió la tensión que se formó en el ambiente, Itsac se cruzó de brazos y encaró a Alexandra. — ¿Qué es lo que quieres? Te dijimos que no publicaríamos nada. — y yo les dije que no me daría por vencida — se sentó cómoda y descaradamente en el mueble y todos la miraron — tú tío saldrá de la cárcel mañana si no encuentran las pruebas, yo puedo ayudar en eso — Helene se puso de pie y observó a la periodista.— ¿A qué te refieres? — Alexandra disfrutó por un momento de tener la expectativa puesta en ella, luego se aclaró la garganta. — Mi hermano hizo su gestión, es bastante bueno, y creemos que podemos encontrar a alguno de sus socios comerciales en Europa. Lo que Amadeus quiere de Aeromaya es transportar armas y drogas de los carteles mexicanos — H
Itsac no entendía bien las emociones que lo embargaban, era una sensación agridulce. Por un lado estaba feliz por todo lo que había hecho Helene, lo había rescatado, había salvado su vida a un costo muy caro, pero estaban juntos nuevamente a pesar de que había algo en ella que había cambiado.Sentía Cómo se resistía, como si le ocultara algo, algo profundo que la llenaba de temor.Le había dado su espacio, pero creyó que ya era momento de hablar del tema, por otro lado la situación con su tío se hacía cada vez más compleja y complicada. le dolía en el alma todo lo que estaba pasando a pesar del rencor que había despertado en los últimos meses, era lo único que podía llamar familia en su vida, familia de sangre, y ahora lo quería muerto, tal vez lo conseguiría.Pensó que tal vez lo mejor que podía hacer en ese momento era quedarse en México, allí podría cuidar a Helene, allí tal vez estuvieran a salvo si nadie se enteraba, pero ¿por cuánto tiempo tendrían que vivir así? En medio de un
Helene no había creído completamente la excusa que itsac le había ofrecido sobre el aterrizaje del avión, él era el piloto y si de verdad hubiera estado estresado como se lo dijo y le hubiera dicho a Saúl desde antes no un momento antes de aterrizar, como si algo repentino lo hubiera detenido, pero el Helene no preguntó más, sería una cínica sí le pidiera que le contara todo cuando ella le ocultaba algo tan grave, así que le dio su tiempo. Después de contarle que estaba embarazada tal vez tocara nuevamente el tema y le preguntara qué había pasado antes de aterrizar, pero por el momento estaba feliz y él también parecía estarlo, la agarró de la mano y desembarcaron juntos el avión y cuando el aire de la ciudad los tocó itsac respiró profundo, como si sintiera en el aire un aroma conocido que le trajera recuerdos.— Esta noche nos quedaremos en un hotel que nos dará Aeromaya, mañana iremos a visitar la sede de la aerolínea aquí en Ciudad de México y después tendremos todo el tiempo para
Helene había perdido la noción del tiempo, el dolor en el vientre aumentó más, hasta convertirse en una punzada insostenible que la hizo gritar un par de veces. Se mordió la mejilla con tanta fuerza que la sangre le manchó la lengua y solo cuando sintió que la camilla en la que estaba entró a una habitación del hospital abrió los ojos.Itsac estaba a su lado, agarrando con fuerza su mano y le dio un beso en la frente, un médico entró con una bata blanca y unos lentes sucios.— Sáquenlo de aquí — dijo y un par de enfermeras tomaron el hombre de sus fuertes brazos y lo sacaron de la habitación dejando la sola al doctor con Helene y un par de enfermeras más — Es mi bebé — dijo Helene — el hombre le palpó el vientre y cuánto la tocó ella dio un salto.— ¿cuánto tiene de embarazo? — le preguntó el doctor, pero Helene no sabía ciertamente la respuesta, de hecho, no tenía ni idea.Desde que se había enterado que estaba embarazada, no había hecho nada más que intentar sobrevivir, no había te
Helene sintió como las fuerzas del cuerpo se le escaparon, como una pizca de polvo espantada por un ventarrón. El rostro de Itsac estaba turbado, con las mejillas enrojecida y el cabello despeinado. La miraba como un animal herido, con los ojos vidriosos y el puño apretado sobre la hoja arrugada. — ¿Cómo pudiste? — le preguntó él con la voz rota — ¿Pensabas decírmelo? — se quedó ahí plantado, esperando la respuesta de Helene, esperando que se defendiera, que le explicara con lógica y sentido, pero Helene se quedó paralizada en el lugar, como si una energía le agarrotara todos los músculos — Dímelo — murmuró con la voz cargada de sentimientos — ¡contéstame! — le gritó — Helene dio un salto, como si lo hubiera atravesado una corriente eléctrica, luego sin fuerzas , se sentó pesadamente en una silla bajita que había tras ella — yo — se quedó callada sin saber muy bien qué decir, no tenía una excusa para lo que había hecho, de hecho, sí la tenía, pero era incomprensible aún para ella as