En la madrugada, un sueño junto a mi madre me despertó. Me senté en la cama asustada. Siempre me pasaba. Arthur sintió el movimiento y se despertó. Me miró confundido y luego se asustó.—Cariño ¿estás bien?—Sí, solo tuve una pesadilla— Le respondí. Me acercó hacia él y me abrazó fuerte.—Todo está bien, estás acá conmigo, yo te cuidaré y velaré tus sueños esta noche.—Gracias, Arthur— Subí mi cabeza para mirarlo y noté en sus ojos el deseo latente. Me acerqué y le di un beso. Sus manos comenzaron a acariciar mi espalda, mi trasero y mis muslos. Sus caricias encendían mi cuerpo. Estaba perdida en sus brazos. Hicimos el amor nuevamente. Qué exquisito era sentirlo. Estaba enamorada, ya no temía pensarlo.A la mañana siguiente, me desperté por el ruido de un despertador. Arthur me soltó la cintura y se dio vuelta para apagar el despertador de su teléfono. Eran las seis con treinta minutos de la mañana.—Buenos días, hermoso.—Buenos días, preciosa— Me respondió, dándome un beso suave en
Llegamos a la enorme casa y subieron mis maletas al dormitorio de Arthur. Milly me dijo que, por la hora, dejara todo en las maletas. Al día siguiente ella me ayudaría a desempacar y a ordenar todo. Le agradecí con un abrazo y le di las buenas noches. Estaba agotada físicamente. Subí la escalera y fui hacia la habitación de Arthur, quien venía saliendo del enorme armario que tenía. Había dejado mis maletas ahí.—Son las doce de la noche, acostémonos y mañana Milly te ayudará a desempacar.—Sí, estoy muerta, hoy ha sido agotador— Le dije, mientras me tiraba boca abajo sobre la cama de Arthur, exagerando mi reacción.—No seas dramática, Ivanna— Se carcajeó. Se tiró a mi lado y apoyó la cabeza en su mano y con la otra acarició mi espalda con suavidad.—Debes colocarte pijama, no te vayas a quedar dormida con ropa.—Prefiero dormir sin nada de ropa, no tengo fuerzas para levantarme y buscar en la maleta,—Bueno, no me molesta que duermas desnuda, puedes hacerlo todas las noches si quieres
A la semana siguiente, Arthur fue por mí al restaurante un sábado por la noche. Cuando subí al auto, lo noté inquieto y nervioso. — ¿Qué sucede, Arthur? —Este… mmm— balbuceó. Noté que miraba a Henry por el retrovisor. — ¡Arthur! ¿Qué sucede? — Le pregunté levantando un poco la voz, su actitud me estaba irritando un poco. —Mañana domingo, mis hermanos vendrán a visitarnos— Me respondió, vomitando las palabras, como si las tuviese atragantadas. — ¿Tus hermanos? No recordaba que tenías hermanos. Nunca los mencionas. —Bueno, no quería incomodarte y que sintieras que íbamos muy rápido. Presentar a la familia es algo serio. —Bueno… Está bien— Le dije, esbozando mi mejor sonrisa para tratar de calmar su nerviosismo. Definitivamente, no me esperaba eso, al menos no todavía. A la mañana siguiente, nos levantamos relajados y con mucho ánimo. Arthur estaba realmente emocionado. —Te encantarán mis hermanos, bueno… Ya los conociste. — ¿No?... No sé quiénes son— Le dije, porque estaba segu
Así pasaron las semanas, entre conversaciones, desayunos, almuerzos y cenas todos juntos en la casa. Fines de semana con sus hermanos y sobrinos, mucho sexo en las noches y en las mañanas. Vivía en un cuento de hadas y temía despertar en cualquier momento de ese sueño tan hermoso que me estaba regalando la vida.Una semana antes de volver a mi último año en la universidad, regresaron mis amigas de sus vacaciones. Decidimos juntarnos el domingo anterior a comenzar las clases, porque el lunes sería un caos. Nos encontramos en una cafetería después de la hora de almuerzo. Cuando me vieron bajar de la camioneta de Arthur, no se lo podían creer. Henry abrió mi puerta y yo le agradecí con un abrazo. Arthur bajó por el otro lado y me alcanzó enseguida. No quiso quedarse en casa, e insistió en que él iría a dejarme. Quería conocer a las chicas, porque le hablaba mucho de ellas. Tomó mi mano y avanzamos al encuentro. Las chicas estaban afuera de la cafetería esperándome.— ¡Ivanna! — Gritaron
A la mañana siguiente, desayunamos todos juntos como cada día. Adoraba a mi nueva familia. Hace dos meses solo era yo. Ahora tenía a dos personas a mi lado que me querían como a una hija y tenía a un hombre que cuidaba de mí y velaba mis sueños cada noche. Arthur se despidió de mí con mucho amor, besándome tiernamente y deseándome un buen regreso a clases.—Que tengas un excelente día, Arthur.—No estés nerviosa, cariño. Eres una mujer inteligente, capaz de cualquier cosa. Serás la mejor de la clase.— ¡Pero, claro! Siempre he sido la mejor— Le dije con un tono de orgullo.—Nunca lo he puesto en duda, tienes todo para llegar muy lejos, mi vida— Me respondió sonriendo. Al decir esas dos simples palabras, “mi vida”, mi corazón se llenó de amor. Sonaban tan bien en sus labios.—Tú también eres mi vida, Arthur — Le contesté dándole un beso en los labios y acariciando su cuello con delicadeza.— Entonces ¿Tienes todo lo que necesitas? ¿Necesitas algo? Mmm… ¿Quizás dinero para el día? — Me
Un mes después, un domingo por la mañana, estábamos preparando todo en la casa de Arthur, porque era un día muy importante. Al fin Arthur conocería a las chicas como era debido. Él mismo me había dicho que las invitara ese día y que él haría lo mismo con sus hermanos. Quería que todo el mundo se conociera y formara parte de nuestras vidas. Cada día lo amaba más. Me tenía loca, pero loca de amor. Pasadas las doce del día, llegaron las chicas y los hermanos de Arthur, casi al mismo tiempo. El abrazo de las tres chicas hacia Arthur se había vuelto una rutina, por lo visto. Él disfrutaba del abrazo de ellas y mientras todas juntas lo abrazaban, él les daba un beso en la cabeza a cada una. Parecía un padre con sus tres hermosas hijas. Eso me hizo reír mucho.Ese día fue hermoso. Todos se conocieron y compartieron juntos. Se agradaron al instante y disfrutaron de la compañía que cada uno entregaba. Los hijos de Gregory no dejaban de mirar a las chicas, ellas eran hermosas, altas y esbeltas,
El año pasó extremadamente rápido. No me di cuenta, cuando ya estaba dando mi último examen. Se lo entregué al profesor y salí al pasillo, esperando a que Jazmín terminara. Una vez listas, nos reunimos con Laura y Lilly en la entrada, puesto que también habían dado su último examen en el campus. Nos miramos seriamente unos segundos y luego nos abrazamos, reímos y lloramos de felicidad. ¡Habíamos terminado al fin! Nos habíamos preparado mucho para los últimos exámenes, por lo tanto, sabíamos que nos había ido bien. Un par de días después, un lunes por la tarde, teníamos los resultados de los exámenes. Ese día, se lo había pedido libre a Gerardo para saber sobre mis notas. Estábamos en una videollamada las cuatro. Yo estaba en la oficina de Arthur junto a él, Henry y Milly, esperando por los resultados de mis notas y de la palabra final “aprobado”. Los resultados estarían listos a partir de las ocho de la tarde. La página web de la universidad estaba colapsada, nos costó mucho entrar a
Al día siguiente, fui temprano en la mañana al restaurante y le entregué mi carta de renuncia a Gerardo. Se lamentó el perderme, pero me deseó toda la suerte del mundo. Me despedí de cada compañero con un abrazo y Luis fue el que lloró. Nos llevábamos muy bien, lo consideraba un buen amigo. Me prometió que no se alejaría de mí y yo hice lo mismo. No quería perder su amistad.El miércoles por la mañana, comencé mis vacaciones. No había usado la piscina que tenía Arthur en su casa, desde que me había mudado, así que, esa mañana, decidí colocarme un bikini muy pequeño y salir a tomar sol en una reposadera. Después de un rato, Milly me llevó un jugo de piña natural, mi favorito, y se fue a hacer sus cosas dentro de la casa. Me sentía tan bien, tan feliz, tan guapa con este bikini. Arthur no estaba en casa. Se había ido temprano a la oficina, porque tenía mucho trabajo. Decidí meterme a la piscina. Me encantaba saber que al fin iba a poder disfrutar de mis días, sin tener nada qué hacer, s