–¿Qué fue todo eso, Morgan? – me pregunta John.
Yo no quiero verlo a la cara, me niego a soportar la mirada acusadora de otra persona, suficiente tengo con la culpa que siento por dentro y con todo lo que me remuerde la conciencia saber que acabo de terminar con el matrimonio de mi hermana.
–Nada – sorbo por la nariz y me limpio las lagrimas que se siguen deslizando.
–¿Cómo que nada? – se acerca a mi – estoy seguro de que te llegó el memo, pero por si lo habías olvidado, ¡Todo el maldito barco te escuchó, y no estoy hablando solo de lo que dijiste, sino del resto!
–¿Cuál resto? – cuestiono, aun con la mirada fija en el agua sobre la que se mueve el bote.
–Los besos y los gemidos – gruñe entre dientes.
Abro los ojos y lo miro – tienes que estar bromeando, dime que solo quieres hacerme senti
Las luces rojas y blancas no me dejan ver bien, el sonido espantoso que hacen las sirenas de la ambulancia tampoco me deja concentrarme, todo lo veo borroso, todo se ve difuso a mi alrededor, yo solo quiero que él este bien, no me perdonaría saber que nada malo le pasó por no haber soportado la presión de una familia que como él dijo, está completamente loca.–¿Quién vendrá con él? – pregunta el paramédico después de haber subido la camilla en la ambulancia.–Yo, soy su esposa – Katrin se sube ayudada de otro paramédico que le tiende la mano.–Yo tambien necesito ir – susurro – yo debo asegurarme de que él este bien – las lagrimas me queman los ojos. Me subo en la ambulancia sin la ayuda de nadie, espero que mi madre me reproche y me diga que no tengo el derecho de estar aquí arriba, pero ella se q
–¿Quieres que te lleve a casa? Creo que en este momento te caería bien descansar un poco – dice Verónica.Llevamos aquí encerradas dentro del auto alrededor de veinte minutos en los que ninguna de los dos ha vuelto a decir nada, le agradezco que no hable, la verdad es que Verónica siempre fue parte de todo el plan de Jared y ya ni siquiera estoy muy segura de poder confiar en ella.–No, yo tengo que quedarme aquí – asevero.–¿Si te das cuenta de que tu madre no te quiere allá adentro? – señala el hospital – lamento ser tan ruda contigo, pero creo que deberías darle una patada en el culo a tu familia, Morgan, no han hecho mas que trapear el piso contigo, incluso a mí me enoja la forma en que te tratan y ni siquiera soy familia tuya – suelta.–Yo no estoy aquí por mi madre o Kate, estoy aquí por mi padre, él
Mi cuerpo se paraliza en cuanto lo veo, Jared está frente a mí, acercándose con cuidado como si tuviera miedo de que en cualquier instante yo pudiera golpearlo, me parece muy bien que sea prudente porque sinceramente si me creo capaz de matarlo con mis propias manos justo en este momento.–¿Sigues aqui? – me pregunta cuando termina de romper el espacio entre los dos.–¿Dónde más podría estar? – levanto los hombros – mi padre esta allá adentro, y después de todo lo que ha pasado, ya deberías saber que soy una jodida sensiblera, me pueden dar mil patadas en el culo que yo no voy a alejarme de mi familia – mucho menos después de lo que pasó con Kate, pienso.–Eso es algo que siempre he admirado de ti. Me muerdo el labio inferior al ver como la pupila de sus ojos se dilata, es de noche y aun asi hay un destello evidente e
–¡Morgan! – Oscar saca la cabeza por la ventanilla del asiento del piloto.Yo lo veo con intención de estacionarse, pero no es necesario, no hay nada más que yo tenga que hacer en este lugar, quiero marcharme, irme lejos y no volver a mirar atrás nunca mas en la vida. Quiero borrar esta historia de mi cabeza y fingir que los últimos quince días jamás sucedieron.–¡No te estaciones! – le grito y corro hasta su auto. Él lo deja encendido y en cuanto llego le quita el seguro a la puerta y me permite entrar – sácame de aquí lo antes posible, quiero irme – le ruego. –¿A dónde? – él me mira con algo muy parecido a la lastima, como se miraría a un cachorro abandonado bajo la lluvia – ¿Quieres que vayamos a mi casa? A Samuel le encantaría poder pasar más tiempo contigo, dijo que le ca&iac
Algunos meses después… Me detengo en frente del espejo de mi departamento y me cierro yo misma la cremallera del vestido que estoy usando, cuando eres mujer y vives sola aprendes ciertos trucos para no necesitar de la ayuda de nadie. Quito el clip con el que he halado la cremallera y la tiro sobre la cama, aliso la tela roja que me cubre el cuerpo y le sonrío a mi reflejo.El vestido es preciso, sobrio y un poco mas cubierto de lo que usaría normalmente, pero está bastante bien, después de todo, no es como si fuera para un bar, esto es una celebración de oficina y prefiero mantenerme un poco recatada, sobre todo porque Malcolm el de contabilidad, no deja de echarme el ojo y de hablar de mis atractivas piernas, ¡Agh! Me enferma que haga eso, quisiera gritarle en la cara que ¡A ninguna mujer le gusta que hablen de su cuerpo con otros hombres!Me siento en la cama y me calzo con las sand
–Buenos días, cariño – me saluda John cuando salgo del baño con los zapatos en la mano. –Buenos días – le sonrío y me siento en la esquina de la cama para terminar de vestirme, se me hizo tarde, ¡joder! Últimamente estoy llegando muy tarde a la oficina, y no me ayuda en nada el hecho de que el departamento de John quede tan lejos de mi lugar de trabajo.–La próxima vez nos quedamos en mi casa – le aviso en medio de un gruñido – vives muy lejos, ¿Por qué no puedes ser una persona normal y vivir en el centro como todo el mundo?Él suelta un quejido, pero sigue concentrado en su periódico. Si, John es el único hombre que aun medio de pleno siglo veintiuno sigue comprando periódicos de papel, yo le digo que eso ya paso de moda y que además hay que cuidar al medio ambiente, pero el dice que nada va a cambiar s
Creo que nunca había tomado tanto café como en este momento, ya llevo cinco expresos encima porque todavía me niego a volver al edificio, no quiero verlo, no quiero escuchar sus palabras ni mucho menos oler el aroma de su perfume, Jared Walker es como una hipnosis para mí, él me hace débil, vulnerable, me pone a sus pies y yo ni siquiera me doy cuenta de que forma lo hace, me niego a ser parte de este juego otra vez, las cosas ya están lo suficientemente jodidas como para agregar más presión.Mi celular vibra en el bolsillo de mi blazer, yo me termino el café y boto el vasito en la caneca.–¿Dónde demonios estás metida, Morgan? – es un mensaje del jefe, no debe estar muy contento, además de que llego tarde, he estado ausente toda la mañana. –En el carrito de café – respondo – ¿Quiere uno? – espero que s
–Jared, no, yo no puedo estar aquí contigo – trato de quitarme de encima el impacto que siento por esta sorpresa, ¡Joder! No puedo creer que él recuerde lo que hablamos en ese bote, ha pasado demasiado tiempo, ni siquiera yo misma recordaba haberle hablado de este sueño infantil que siempre tuve.–¿No que, Morgan? – él me mira con ojos inocentes.Esto no está bien, no se suponía que asi debían ser las cosas, se suponía que él debía olvidarme y yo tambien a él, se suponía que cada uno tomaría un rumbo diferente y nos olvidaríamos de todo lo que pasó. No entiendo cual es su necesidad de aparecer en el momento en que menos lo espero, Jared es como una caja llena de sorpresas y no sé si soy capaz de soportarlo, el tiempo, la distancia y nuestras decisiones han marcado un rumbo del camino para cada uno de nosotros, el mí