–¡Morgan! – Oscar saca la cabeza por la ventanilla del asiento del piloto.
Yo lo veo con intención de estacionarse, pero no es necesario, no hay nada más que yo tenga que hacer en este lugar, quiero marcharme, irme lejos y no volver a mirar atrás nunca mas en la vida. Quiero borrar esta historia de mi cabeza y fingir que los últimos quince días jamás sucedieron.
–¡No te estaciones! – le grito y corro hasta su auto. Él lo deja encendido y en cuanto llego le quita el seguro a la puerta y me permite entrar – sácame de aquí lo antes posible, quiero irme – le ruego.
–¿A dónde? – él me mira con algo muy parecido a la lastima, como se miraría a un cachorro abandonado bajo la lluvia – ¿Quieres que vayamos a mi casa? A Samuel le encantaría poder pasar más tiempo contigo, dijo que le ca&iac
Algunos meses después… Me detengo en frente del espejo de mi departamento y me cierro yo misma la cremallera del vestido que estoy usando, cuando eres mujer y vives sola aprendes ciertos trucos para no necesitar de la ayuda de nadie. Quito el clip con el que he halado la cremallera y la tiro sobre la cama, aliso la tela roja que me cubre el cuerpo y le sonrío a mi reflejo.El vestido es preciso, sobrio y un poco mas cubierto de lo que usaría normalmente, pero está bastante bien, después de todo, no es como si fuera para un bar, esto es una celebración de oficina y prefiero mantenerme un poco recatada, sobre todo porque Malcolm el de contabilidad, no deja de echarme el ojo y de hablar de mis atractivas piernas, ¡Agh! Me enferma que haga eso, quisiera gritarle en la cara que ¡A ninguna mujer le gusta que hablen de su cuerpo con otros hombres!Me siento en la cama y me calzo con las sand
–Buenos días, cariño – me saluda John cuando salgo del baño con los zapatos en la mano. –Buenos días – le sonrío y me siento en la esquina de la cama para terminar de vestirme, se me hizo tarde, ¡joder! Últimamente estoy llegando muy tarde a la oficina, y no me ayuda en nada el hecho de que el departamento de John quede tan lejos de mi lugar de trabajo.–La próxima vez nos quedamos en mi casa – le aviso en medio de un gruñido – vives muy lejos, ¿Por qué no puedes ser una persona normal y vivir en el centro como todo el mundo?Él suelta un quejido, pero sigue concentrado en su periódico. Si, John es el único hombre que aun medio de pleno siglo veintiuno sigue comprando periódicos de papel, yo le digo que eso ya paso de moda y que además hay que cuidar al medio ambiente, pero el dice que nada va a cambiar s
Creo que nunca había tomado tanto café como en este momento, ya llevo cinco expresos encima porque todavía me niego a volver al edificio, no quiero verlo, no quiero escuchar sus palabras ni mucho menos oler el aroma de su perfume, Jared Walker es como una hipnosis para mí, él me hace débil, vulnerable, me pone a sus pies y yo ni siquiera me doy cuenta de que forma lo hace, me niego a ser parte de este juego otra vez, las cosas ya están lo suficientemente jodidas como para agregar más presión.Mi celular vibra en el bolsillo de mi blazer, yo me termino el café y boto el vasito en la caneca.–¿Dónde demonios estás metida, Morgan? – es un mensaje del jefe, no debe estar muy contento, además de que llego tarde, he estado ausente toda la mañana. –En el carrito de café – respondo – ¿Quiere uno? – espero que s
–Jared, no, yo no puedo estar aquí contigo – trato de quitarme de encima el impacto que siento por esta sorpresa, ¡Joder! No puedo creer que él recuerde lo que hablamos en ese bote, ha pasado demasiado tiempo, ni siquiera yo misma recordaba haberle hablado de este sueño infantil que siempre tuve.–¿No que, Morgan? – él me mira con ojos inocentes.Esto no está bien, no se suponía que asi debían ser las cosas, se suponía que él debía olvidarme y yo tambien a él, se suponía que cada uno tomaría un rumbo diferente y nos olvidaríamos de todo lo que pasó. No entiendo cual es su necesidad de aparecer en el momento en que menos lo espero, Jared es como una caja llena de sorpresas y no sé si soy capaz de soportarlo, el tiempo, la distancia y nuestras decisiones han marcado un rumbo del camino para cada uno de nosotros, el mí
Siento como si algo me estuviera halando el corazón afuera del pecho, como si estuviera siendo desgarrado o peor aún, como si me estuvieran matando con un cuchillo filado que entra por mi espalda de forma dolorosamente lenta. Sé que sueno un poco exagerada, pero asi es como me siento justo ahora, este es el problema de la nostalgia, que puede llegar a ser más dolorosa que la misma tristeza, esta nostalgia me ha traído a todo lo que vivimos juntos y a lo mucho que estuve echándolo de menos.Patino como puedo hasta las gradas y me quito los patines, los dejo a un lado y me pongo los zapatos que estaba usando, no tengo nada que agarrar porque he entrado sin nada en las manos, asi que lo único que me resta es decir adiós por una ultima vez.Jared se acerca a mi en silencio, yo lo miro y frunzo el ceño, ¡Diablos! Nunca he sido buena con esto de las despedidas, en un mundo tan grande me cuesta creer que nun
–¡Cariño! Ábreme la puerta – toco al timbre del departamento de John mientras busco la copia de las llaves que me dio. Mi bolso es un completo desastre, es grande y tiene espacio para toda la basura que me gusta coleccionar – ¡John! – grito desde afuera, a riesgo de que los vecinos salgan a regañarme por escandalosa.¡Agh! Tiro el bolso al piso y me pongo en cuclillas mientras busco las malditas llaves, ¿Dónde están? Lo único que veo son cajas vacías de chicles de menta, bolígrafos, colores que hace mucho estaba buscando, toallitas Kleenex, y …–¿Qué estás haciendo allá abajo? – la puerta se abre y John asoma la cabeza.–Buscando las llaves, no sé dónde las metí – estoy frustrada, cansada y desde todo lo que pasó con Jared me he sentido caminando sobre arena movediza,
Llego a mi edificio y me quito los zapatos, los tacones me matan los pies a pesar de que son bajitos, pero es que el dia de hoy estuve haciendo mil cosas diferentes, corriendo de un lado a otro, esto de la popularidad con todo lo del concurso comienza a ser un poco tedioso, todo el mundo quiere trabajar conmigo y yo no sé cómo explicarles que no puedo multiplicarme y que por desgracia ya tengo todos los cupos llenos hasta dentro de dos meses. Por lo menos el jefe está contento y me lleva café a la oficina a diario.Abro la puerta del departamento y dejo las llaves sobre la mesita de la entrada, me quito el blazer del sastre que estoy usando y tiro mi bolso en cualquier sitio, necesito ir hasta la habitación para darme un buen baño de burbujas, me lo merezco, ha sido una buena semana, pero tambien me siento cansada.Cuando llego a la habitación frunzo el ceño al ver una caja de color blanco sobre la cama, ¿S
–No tienes que hacerlo si no quieres – escucho la voz de Oscar que se acerca a mi por detrás. –¿De qué hablas? – le doy un sorbo a la copa de champaña y me quedo admirando el paisaje al tiempo en que él se une a mí. –No tienes que casarte si no quieres hacerlo.–¿Quién te dice que no quiero hacerlo?–Tal vez el hecho de que todos están allá celebrando y bebiendo champaña como si se hubieran ganado la lotería y tu estás aquí a solas, mirando a la nada mientras te embriagas.–Solo necesito un minuto para poner todo en orden – chasqueo la lengua.–Ni siquiera todo el tiempo del mundo hará que lo ames – lo miro con el rabillo del ojo, no puedo creer que me este diciendo esto justo ahora – ¡No me mires asi! Y perdóname por ser tan sincero, Morgan