Estimadas lectoras y lectores ¿Será que Ana pueda comenzar algo con Alexis? ¿Será cosa de más tiempo o solo de un fin de semana?
--- Alexis Betancourt ---Tomamos un baño tranquilamente, cuando salimos, ayude a Ana a secarse su larga cabellera, hoy quise que saliéramos de casa, hay un lugar que me gustaría compartir con ella.- Te veo en la cocina, voy a calentar el desayuno, no tardes. – Le digo cuando salgo de la habitación.- ¡Sí! En un momento voy…- ¡Por cierto…! Tu ropa ya está en el guardarropa, ponte algo abrigador, hoy hace un poco de frío y quiero llevarte a un lugar, me gustaría mostrarte algo.Veo cómo Ana se queda sorprendida, me gusta ver esa mirada de sorpresa, me gusta ver la curiosidad que muestra.- ¿A dónde vamos a ir?- ¡Es una sorpresa! Te espero en la cocina para desayunar.Algo de la habitación y me dirijo a la cocina, caliento nuevamente nuestro desayuno, dejo que Ana se prepare. No le he dicho aún a dónde la llevaré, hoy quiero que salgamos de casa, debe ser aburrido para ella permanecer todo el fin de semana en este apartamento, así que hoy planeo que vayamos a un lugar que por años he
Veo el rostro de la mujer que tengo delante de mí, ella se muestra incrédula, aún no puede creer lo que acabo de decirle, por lo que solo me limito a sonreír y reafirmar lo dicho.- Ana, esta casa es tuya… ¡Acéptala por favor!- Alexis… ¿De verdad? ¡No! Nadie regala una casa como está a una completa extraña…Esas palabras me sacan de mis casillas, la volteo para tenerla de frente, la sujeto firmemente y digo:- Si fueras una delincuente te aseguro que ya hubieras asaltado mi casa, por favor, acéptala, es algo que quiero que tengas…- ¿Sabes cuál ridículo suena esto? Llevas una semana de conocerme y ya me estás regalando una casa, ¿Qué sigue? ¿Un auto?- De hecho… Sí… Tú puedes pedirme el auto que quieras y lo tendrás…- Alexis, no sé por qué siento que eso es una compensación, siento que algo vendrá después… Siendo sincera, no me gusta esta sensación.Esa sospecha me mata, ella es una buena mujer, le puedo y quiero dar todo, pero solo hay una cosa que no podré darle, bueno son dos cosa
Luego de unos minutos, la voz de Alexis me despierta, él me mira y sonríe, debo ser honesta, cada vez que sonríe, se le hacen algunas arrugas en su rostro, pero luce tan atractivo con esas líneas de expresión. De verdad, ahora que lo veo, me gustaría, realmente me gustaría por lo menos tener unos 5 años más, veo que no le molesta mi edad, a mí tampoco me molesta, pero me da miedo que él crea que soy demasiado joven para continuar.La voz de este hombre me saca de mis pensamientos… - Ana, ¡Quiero conocer tu casa!- ¿Cómo? ¿Dónde vivo? – Respondo con sorpresa, mi casa, en comparación a la suya, es una ratonera.- Me has dicho que tienes un apartamento que estás pagando, ¡Quiero conocerlo!- Pero no tiene nada de atractivo. – Respondo con un poco de pena.Para mí, ese es mi lugar seguro, es mi hogar, es el lugar donde soy feliz o donde lloro cuando así tengo la necesidad, sin embargo, el lugar no tiene ni una pisca que se pueda comparar con la casa de Alexis.- Eso solo yo lo puedo defin
--- Ana Teyssier ---Al bajar de la camioneta, Alexis toma mi mano y me lleva dentro, veo que observa el lugar, cada vez que hace aquello, me hace dudar, siento como si escudriñara el lugar, como si buscara algún detalle, no dice nada, pero su mirada dice todo.Sin darme cuenta, Leo está frente a mí, no lo veo venir, pero cuando menos lo imagino, me abraza.- ¡Ana! – Dijo Leo alegremente. – ¡Vaya, mujer! ¡Qué increíble sorpresa!No entendía su expresión, el viernes me vio y ahora verme de nuevo, no debería ser una sorpresa. Me suelta y en ese momento volteo a ver a Alexis, quien observaba atento al hombre que me soltaba.- ¡Ana! Nuevamente, ¡qué maravillosa suerte tenemos de que nos visites dos veces esta semana!- ¡Leo, no seas tan condescendiente!- Bueno, la última vez saliste corriendo y ya veo por qué.- ¿Quieren tomar asiento en el jardín o dentro?- ¡Oh, Leo! Te presento a Alexis, él es…Antes de que pudiera decir palabra, el hombre que apretaba mi mano extiende la suya y dice:
--- Diego Sánchez ---Tomo la mano de Cassandra y hago como que no vi nada, sé que ella entendió mi cambio de actitud, pero hoy era un día para Cassandra, no podía fallarle.Al menos eso cruza mi mente, al menos eso quiero pensar, el que Isa esté aquí es mi puta culpa, bien pude escoger un lugar diferente, pero no ¡Maldita sea! Viene aquí o vengo aquí porque sé que en algún momento esperaba encontrármela, esperaba hablar con ella, esperaba poder regresar con ella.- ¡Diego! ¡Tanto tiempo sin verte! – Me recibe Leo de manera sarcástica.Sé claramente que lo hizo a propósito, está claro de qué lado se encuentra, sé que disfruta de mi reacción, este maldito es amigo fiel de Isa. Obviamente, disfruto del espectáculo, prefiero hacerme el ciego y comienzo a caminar.- Por aquí… - Extiendo mi mano para señalar la dirección de la sala donde será la sorpresa.Mientras nos acercamos a dónde será el evento, veo que Leo se acerca a Isa, ella le sonríe y es en ese preciso momento donde aquella bell
--- Alexis Betancourt ---Ana se levanta de la mesa y va al tocador, debo reconocer que el chef sabe cocinar deliciosos platillos aquí. Tal vez es la costumbre, pero, los días que tengo libres o más bien, que encuentro un espacio para comer, siempre voy a lugares que ya conozco, prefiero eso a andar experimentado, no me gusta llevarme sorpresas; sin embargo, este lugar, definitivamente ahora entró en mi lista de sitios a visitar.Hago una nota mental para recordarme que, mañana, durante el transcurso del día, necesito hablar con Edgar Díaz, mi abogado, necesito que trabaje en la cesión de derechos de la casa que he decidido regalarle a Ana. Además de que necesito que revise el status del apartamento en donde actualmente vive, sé que no le agradará lo que voy a hacer, pero quiero y puedo, así que le pediré que revise cuánto es lo que se adeuda, para finiquitarlo.Estoy meditando como será mi día, cuando una voz masculina y no es la de Leo, me saca de mis pensamientos, sacudo de mi cabez
La idea de venir a mi estudio era tomar un trago y tranquilizarme, no quería que Ana se percatara de que ese idiota había logrado cabrearme, además, consideré que ella necesitaba un momento a solas. Desconozco que sé algo que haya ocurrido, pero si ella quiere decirme, la escucharé; si no, no la voy a obligar, solo ella sabe contra qué está luchando y no quiero parecer insistente.Cuando me doy cuenta es media noche, esto siempre me ocurre, comienzo a revisar mis mails y se me va media noche, incluso hay ocasiones en las que amanece y yo estoy dormido en mi escritorio, el trato que fui a cerrar esta semana es bastante jugoso, debo reconocer que el que Camila me presentara con aquel hombre del gobierno me ha traído bastantes beneficios.Dejo caer mi espalda en el respaldo de mi silla, me masajeo un poco la sien, no he podido sacarme de la cabeza la mirada y actitud de Ana, me molesta que no pueda entender qué es lo que le sucede, pero no quiero irrumpir en su privacidad.Precisamente es
--- Cassandra Riva ---Toparme con esa zorra me puso de mal humor, pero no podía permitir que nuestros invitados se dieran cuenta, estaba molesta, estaba lo que le sigue de molesta, Diego, mi Diego, se atrevió a dudar de mi palabra, ¿Por qué? ¡No lo sé! Pero por un segundo lo hizo, eso me dolió, no soy idiota, él realmente llegó a sentir cosas por ella, pero debo soportarlo, mi familia depende de esa fusión, las cosas no van bien y si perdemos esa unión, perdemos todo.Me compongo para regresar a la sala donde es mi cumpleaños, me limpio las lágrimas, agarro fuerza y dibujo la mejor sonrisa que puedo. Todos ahí nos hacen burla del porqué nos desaparecimos por casi 30 minutos, solo sonrío y hago como si nada hubiese ocurrido.Por un momento creo que ya todo se calmó y que la fiesta seguirá como si nada, cuando la voz de Diego me saca de mi tranquilidad.- Cassandra, ¿Qué hace él aquí?Volteo y veo a Joan, él y Diego eran muy buenos amigos hasta hace algunos años, luego de que me fui del