Azzula
—Kicky tus amigas te buscan —termino de recoger mi cabello en una cola para mirar a mi padre con una de mis cejas alzada.
— ¿Sabes qué las puertas se tocan antes de ingresar? —cuestiono dejando mi mano derecha en el aire estilo diva mientras que cruzo mis piernas.
—Soy tu padre.
—Y esta es mi habitación, mi área restringida, mi espacio privado, mi madriguera...
—Si, si, como sea ya entendí tu punto —sale de mi habitación a veces no sé dónde quedo la madures de este hombre pero bueno supongo que tener 36 años y no parecer de esa edad es un motivo para comportase de esa manera.
Mi padre sin duda alguna es un bombón con su cuerpo bien formado por sus estresantes largas horas de gimnasio y su obsesión de que una dieta balanceada es la mejor para verse como él se ve creo
Sebastián— ¡Minimi apúrate!—Ya voy hombre —la escucho decir y luego el sonido de sus tacones resonar en las escaleras, elevo la mirada hasta ella y esta despampanante como siempre.—Ni idea de porque vestirte con si fueras a una fiesta —sermoneó ayudándola a bajar los últimos escalones.—Una mujer siempre debe de estar presentable y más si se trata de la hermana del jefe de los jefes de la mejor empresa de arquitectos —alaga con una sonrisa.—Bien, bien basta de alago, vamos que el jet espera por nosotros en el aeropuerto —salimos de la casa para ir directo al auto el cual lo manejara el chofer.Hace unos días se cumplió el plazo de un mes de estadía en la manada mi luna nunca llego cosa que ha dejado a Orus triste pero le hice prometer a mis padres de que si tienen a
Azzula—Chantall ese vestido sin duda alguna no es tu estilo —hago una mueca hacia el vestido el cual para mi es muy vulgar pero claro, Chantall no entiende eso porque para ella mientras más muestra más hombre llegan a ti y eso para mi es indiscutiblemente inaudito porque los hombres que te ven vestir de esa manera:1-Te ven como una presa fácil.2-La sociedad te juzga aunque a mi me vale muy poco la sociedad pero debo mantener una imagen, se lo debo a Erick.3-Sin ofender cuando una mujer muestra tanto dejando de ser sexual para caer en lo vulgar todos la ven como una ramera que se abre de pierna a cualquiera que tenga un lindo físico y un pito entre las piernas añadiendo claro una coquetería nivel Dios.—Pero me gusta y además está aún buen precio, es el único que queda y se ven mis tetas muy bien &mdas
ErickEscucho la alarma de mi teléfono sonar sacándome de mi sueño devuelta a la realidad, suspiro para pasar una mano por mi rostro y luego estirar la mano para tomar el teléfono y apagar a la alarma para evitar que Azzula se despierte la cual esta dormida a mi lado con su cabello desparramado por todo lado mientras que su mano descansa sobre mi pecho. La admiro por un rato para luego despacio salir de la cama e ir hasta el baño donde me desnudo para tomar una ducha fría y despejar el sueño que tengo.Estando ya aseado y con frescura en mi boca salgo del baño envuelto en una toalla para entrar a mi closet donde me visto con un traje azul marino, una camisa blanca de bajo de este, un pantalón que se ajusta mi pierna del mismo color del traje y peino mi cabello de manera formal para luego colocar un poco de perfume, salgo del closet para acercarme a la cama acaricio el rostro de mi hija y ac
Sebastián—No puedo creer que aún no tengan ninguna información de mi luna —gruño al investigador.—Señor Wolfs las cámaras del centro comercial son de baja resolución por lo tanto la búsqueda ha sido complicada —explica el señor.—Esfuércese más, salga de aquí ahora —asiente y sale de mi oficina mientras dejo salir un gruñido y llevo mis manos a mi cabello el cual desarreglo.— ¿Cómo puede ser posible que no, nos reconozca? —cuestiona Orus con voz lastimosa.—Algo extraño sucede, además no sabemos nada de las reencarnaciones —en esa parte esta de acuerdo conmigo porque es primera vez que vemos una reencarnación.Mi luna al fin la encontré pero también la perdí
Azzula— ¿Enserio tengo que ir a esa fiesta? —pregunto mirando a mi padre a través del espejo mientras me sujeto el cabello en una cola para que verme elegante y sofisticada con el vestido liso hasta mis rodillas con un pequeño escote en los senos y con hombros cubiertos por las cortas mangas que trae.—Cena de negocio —aclara.—Es lo mismo —él rueda los ojos intentando que el nudo de su corbata esté correcto, no, nos vestimos en la misma habitación sino que él vino a darse los últimos toque en la mía.—No es lo mismo y ya te explique el porque debes ir, no lo haré otra vez —suspiro frustrada por mi intento de escapar de esta cenas de negocios. No sé qué rayos tengo que ver yo con todo esto, ni siquiera soy parte de la empresa.—Ven, deja que te ayude con eso &m
Mía—Creo que ya es momento de entrar —propongo al ver a Azzula abrazar sus brazos cuando pasa una fría brisa, no quiero que se enferme o Sebastián me dará un sermón más largo que el de las siete palabras. Entramos para volver junto a los chicos a la mesa, Erick me mira de reojo mientras sonríe a su hija.—Están lindo —alaga mi loba Oleya—Ya quiero marcarlo —añade provocando que imágenes sexuales lleguen, las elimino para evitar sonrojarme.—Primero debemos hacerlo que se enamore de nosotras —respondo para cerrar nuestro enlace.—Bien, Mía tú te encargarás de explicarle a Erick los materiales que necesitamos para nuestra construcción pero eso ya será para mañana —informa Sebastián asiento y luego nos despedimos de Erick
Azzula—Estas son las mañanitas que cantaba el rey David —así es, esa voz ronca, molestosa y mal entonada es Erick—Despierta, Azzula despierta mirad que ya amaneció...—Dios —susurro para estirarme en la cama y abrir un ojo, Erick está colocando la bandeja con mi desayuno especial para luego venir hasta mi cama con una enorme sonrisa.—M
AzzulaSus brazos se aferran a mi cadera mientras que su olor me transmite tranquilidad total, no sé cuantos minutos han pasado pero siento que es una eternidad, lo escucho suspirar y de a poco se separa de mí.—Creo que es momento de entrar o vendrán por nosotros —me dice asiento para mirar su rostro y sentir mis mejillas sonrojarse por lo vulnerable que me he mostrado ante él.—Gracias por tus palabras y disculpa por lo del abrazo, solo fue…—No tienes por qué disculparte estaré aquí cuando necesites otro abrazo —su linda sonrisa me deja embobada, asiento a lo que me dijo para ir junto hasta la casa donde entro yo primero y él lo hace después de unos minutos. La noche transcurre muy tranquila y todos hacemos nuestros ambientes, excepto Sebastián el cual se fue a su habitación porque según &eacut