Capítulo 8

Mía

—Creo que ya es momento de entrar —propongo al ver a Azzula abrazar sus brazos cuando pasa una fría brisa, no quiero que se enferme o Sebastián me dará un sermón más largo que el de las siete palabras. Entramos para volver junto a los chicos a la mesa, Erick me mira de reojo mientras sonríe a su hija.

Están lindo —alaga mi loba Oleya—Ya quiero marcarlo —añade provocando que imágenes sexuales lleguen, las elimino para evitar sonrojarme.

Primero debemos hacerlo que se enamore de nosotras —respondo para cerrar nuestro enlace.

—Bien, Mía tú te encargarás de explicarle a Erick los materiales que necesitamos para nuestra construcción pero eso ya será para mañana —informa Sebastián asiento y luego nos despedimos de Erick

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