Azzula
Sus brazos se aferran a mi cadera mientras que su olor me transmite tranquilidad total, no sé cuantos minutos han pasado pero siento que es una eternidad, lo escucho suspirar y de a poco se separa de mí.
—Creo que es momento de entrar o vendrán por nosotros —me dice asiento para mirar su rostro y sentir mis mejillas sonrojarse por lo vulnerable que me he mostrado ante él.
—Gracias por tus palabras y disculpa por lo del abrazo, solo fue…
—No tienes por qué disculparte estaré aquí cuando necesites otro abrazo —su linda sonrisa me deja embobada, asiento a lo que me dijo para ir junto hasta la casa donde entro yo primero y él lo hace después de unos minutos. La noche transcurre muy tranquila y todos hacemos nuestros ambientes, excepto Sebastián el cual se fue a su habitación porque según &eacut
MíaNo puedo dejar de reír por los chistes que me cuenta Erick sin duda alguna es muy gracioso, su expresión tan relajada al reír me permite verlo de una manera muy juvenil a pesar de tener sus 36 años. Debo hacer que Erick se enamore lo antes posible de mi porque Sebastián tiene razón mientras tiempo duro sin marcarlo, menor será su vitalidad y quizás hasta pueda morir por la mordida.— ¿Otro? —Niego porque ahora solo muero por besar esos finos labios que me llaman como la luz a la polilla, su mirada cae sobre mi por unos minutos y así nos quedamos mirándonos—Eres muy hermosa Mía —eso me toma por sorpresa y me sonrojo ganando que su mano vayan hasta mis mejillas. Poco a poco su rostro se acerca al mío hasta que siento su respiración un poco agitada sobre mis labios puedo oler su nerviosismo. Desespera por sentir la calidez d
OmniscienteErick y Mía llegan al restaurante más lujoso de toda California, el restaurante derrocha lujo por doquier y las reservaciones son complicadas de hacer pero Erick cuenta con la suerte de que el dueño del restaurante fue un compañero suyo de la universidad.—Buenas noches, bienvenido al Gastor —saluda la recesionista cuando llega el turno de la pareja— ¿Al nombre de quien esta su reservación?—Al nombre de Erick De Brascra —la chica sonríe para buscar en su registro la mesa reservada.—Paolo será su mesero y quien los guie a su mesa —informa señalando a un chico que llega a hasta donde ellos están.—Gracias —agradece Erick con toda la cortesía del mundo para luego proceder a ser guiado por el chico hacia su mesa, sin duda alguna la mesa otorgada fue una de
OmniscienteLlegan Erick y Mía a uno de los hoteles más lujosos de California donde Erick solicita una de las suite disponibles, solo pasan algunos minutos para que tengan todo listo en la suite que el empresario solicito.—Que tengan una feliz noche —les dice el recepcionista al entregar la llave, Erick con su rostro serio asiente para llevar de a Mía de la mano hacia el ascensor, el mayor esta ansioso y loco por al fin estar solo con la loba. En un lugar donde solo él pueda apreciar la belleza de esta mientras que Mía y su loba está excitada por el dulce olor que emana desde Erick, si, su excitación expulsa un olor dulce con una pisca de algo picante.Estando la pareja dentro de la suite el mayor de manera desesperada empuja a la joven loba contra la puerta quedando atrapada entre el gran cuerpo musculoso del mayor y a puerta, revoloteando de esa manera las hormonas de Mía.
OmniscienteUn molesto Sebastián suelta un resoplido desde sus fauces al llegar a una manada a las afueras de california que pueden tener alguna idea de quien pudo a ver se llevado a su luna. En la frontera de la manada enseguida le dan el paso al ver que es un rey alfa y lo escoltan hasta la casa manada donde ya el alfa y la luna de este lo esperan con una manta en mano.—Rey alfa Sebastián, no sabe cuánto nos honra con su presencia en nuestra manada —alaga el alfa cuando el enorme lobo hace presencia, Sebastián suelta un bajo gruñido al no estar de humor para alago y vuelve a su forma humana quedando desnudo antes los líderes de la manada.—Necesito que dos de sus mejores rastreadores me acompañen —su ronca voz derrocha enojo y el aura que se carga somete al alfa.—Como diga, alfa —responde sumiso pero sin abandonar su vocaci&oacu
Sebastián Sigo el olor de Azzula por el bosque mientras me concentro en escuchar el latido acelerado de su corazón, puedo oler su miedo, angustia y desesperación.—Azzula, déjame sacarte de aquí —suelto casi gritando para que pueda escucharme, su corazón solo se acelera más al escuchar mi proximidad a ella —No te voy hacer daño —prometo sin recibir ningún tipo de respuesta, suspiro por la terquedad de mi luna.—Deberíamos sacarla de este bosque —suelta Orus por nuestra conexión.—Muy inteligente tu idea, si no me lo dices no me doy cuenta —respondo con sarcasmo, gruñe.—Déjame tomar el control —intenta tomarlo pero no se lo permito —Estas jugando al gato y el ratón donde puedes correr hasta ella y sacarla de este bosque
AzzulaDespierto desorientada sin saber dónde me encuentro pero a la vez siento la presencia de alguien que me hace sentir segura, no se cómo puedo hacer pero me hace confiar en que estoy a salvo. Abro mis ojos para recorrer la habitación hasta detenerlo en el sofá donde Sebastián esta dormido con la colcha desparramada en el pio alfombrado dejando a la vista su cuerpo desnudo ¿Por qué mierda duerme desnudo? Pero no me importa a mí que lo haga pero algo muy dentro de mí se siente ¿Celoso? De que el Dios griego duerma desnudo.Observo su cuerpo desnudo y desde donde estoy puedo ver perfectamente como su pene erecto descansa sobre su abdomen, joder sí que llego temprano a la repartición. Otra vez algo dentro de mi se remueve de una manera que no logro describir.—Si te gusta tanto lo que miras puedes tomarlo cuando guste —esa voz tan ronca me trae de vu
AZZULA—Entonces las lunas son la pareja eterna de un alfa —recapitulo lo que ya me ha contado mientras tejo su cabello.—Así es, tú eres mi luna, mi pareja destina por la diosa luna —se encarga de aclararme.—Pero ¿Cómo sabes que soy yo y no otra persona? —cuestiono.—Porque para eso la diosa luna le otorgó a los mates un olor distinto y sobretodo un olor que nos gusta más que cualquier otro.— ¿A que huelo yo? —se gira para colocar su nariz en mi cuello, la desliza de arriba hacia abajo provocando que todo el vello de mi cuerpo se erice por esa suave caricia.—Flores silvestre, fresa y especias —susurra lentamente dejando salir el aire caliente de su boca sobre la piel sensible de mi cuello.— ¿Cuál es tu favorito? —muerde la piel de mi cuello, suspiro porque sin duda alguna es
MíaRespiro su olor mientras él esta entretenido viendo la serie y jugando con mi cabello, el calor de su fuerte pecho lo puedo sentir en mi mejilla, su corazón late normal y puedo sentir lo relajado que se encuentra. Sonrió al pensar en manera tan infantil que me escabullí en su casa, Erick me sonrió y dijo ¨No debes temer de que Azzula te vea, ella estaría encantada de saber que estas aquí¨ pero aun así solo lo hice por él y la relación que tiene con su hija, no se cómo tomara Azzula que una mujer profane su casa.— ¿Crees en esos seres sobrenatural? —pregunto indiferente al ver la serie de hombres lobos que mira.—Supongo que no somos la única raza en este mundo —es lo que dice. No sigo preguntando porque su respuesta es suficiente para saber que si cree que puede a ver seres diferentes en algún lado del mun