CAPÍTULO 87: UN CASTIGO DE LA DIOSAHazelEl beso entre Erik y yo se intensifica. De pronto se convierte en una explosión de deseo que finalmente encuentra su liberación. Sus manos ascienden hasta mi nuca, enredando sus dedos en mi cabello con suavidad y urgencia, como si temiera que este momento se desvaneciera. Me sostiene con una firmeza sensual, su cuerpo presiona contra el mío hasta que puedo sentir cada latido frenético de su corazón en ritmo con el mío.Yo también lo deseo. He intentado negarlo por tanto tiempo, por su seguridad… y por la mía. He querido aferrarme al enojo, a los recuerdos de todo lo que nos ha lastimado, pero ahora, con su boca devorando la mía y sus manos reclamándome, sé que nunca podría resistirme a él. No completamente.El mundo ha hecho todo lo posible para separarnos, pero en este momento, ninguno de esos obstáculos importa. Lo quiero. Lo amo como nunca, y siento que, finalmente, él también me reclama como suya.Erik profundiza el beso, y un gemid0 suave
CAPÍTULO 88: LA ÚLTIMA DECISIÓNHazel—Tenemos que llevarlo a mi cabaña —dice Kael con preocupación.Apenas lo escucho. Mis manos tiemblan mientras acaricio el rostro de Erik, tratando de encontrar algún signo de mejoría. Su piel está fría, demasiado para un lobo. Su respiración es débil, irregular.—Aún no hemos seguido el rastro de Winter —murmuro, obligándome a pensar con claridad. El tiempo es crucial. Si la dejamos escapar ahora, no sé si volveremos a encontrarla.—No te preocupes —responde Kael con seguridad—. Puedo encontrarla. Ya lo hice una vez.Levanto la mirada y lo encuentro observándome con determinación. Sus palabras deberían tranquilizarme, pero nada puede calmarme en este momento. Sin embargo, sé que tiene razón. Si Erik no despierta… No, no puedo permitirme pensar en eso.Asiento con la cabeza, sin energía para discutir más.Kael me ayuda a cargarlo y desaparecemos entre los árboles con velocidad sobrenatural. El bosque se convierte en un borrón de sombras y ramas que
CAPÍTULO 89: LIMBOErikEl eco de mis pasos se escucha muy claro en la inmensa mansión, cada sonido parece amplificarse por el silencio absoluto que la envuelve. Algo no está bien. Me detengo en medio del pasillo principal y miro a mi alrededor. No hay nadie. Ningún Beta, ningún Omega, ni siquiera el más leve murmullo de vida. Solo el latido pausado y profundo de mi propio corazón acompaña la penumbra que cubre cada rincón.Frunzo el ceño. La noche fuera es intensa y oscura parece un velo de sombras que se extiende sin límite en el horizonte. No hay luna, no hay estrellas, solo un vacío abismal que parece absorber toda luz y calor. Un escalofrío me recorre la espalda. Algo está fuera de lugar. Pero no sé qué.Avanzo por los pasillos, alerta. Cada fibra de mi ser me grita que hay algo observándome, algo que no puedo ver, pero que sin duda está allí. Siento su presencia, su aliento en mi nuca, la sombra de su mirada se clava en mi piel. Aprieto los puños, mis colmillos se alargan instin
CAPÍTULO 90: LOS ERRORES DE MI PASADOErikLa diosa me guía hacia afuera. Seguimos en la mansión, pero ahora es diferente. Ya no hay habitaciones, salones o pasillos familiares, solo este corredor interminable, flanqueado por puertas a ambos lados que se extienden hasta donde la vista no alcanza.Un escalofrío me recorre la espalda.—¿Qué es esto? —pregunto con firmeza, pero a la vez con un matiz de cautela.Lúa no me mira. Sus ojos plateados permanecen fijos en la inmensidad del pasillo.—Es tu vida —responde con la calma de quien lo sabe todo—. Trescientos años de existencia.Mi mandíbula se tensa. No necesito que me recuerden cuánto tiempo he caminado sobre esta tierra.—Diosa Lúa, sé que me equivoqué, pero Kara forzó ese lazo —gruño—. Yo no la quería, nunca la quise. Además…—Fingió su muerte y mintió —me interrumpe con un tono casi maternal—. Lo sé todo, pequeño lobo.Sus palabras deberían traerme alivio, pero en cambio, solo me dejan una sensación de vacío.—Pero no solo estamos
CAPÍTULO 91: EMBOSCADAHazelUna semana ha pasado desde que dejamos a Erik solo en la cabaña. Intento concentrarme en lo importante en este momento: encontrar a mi hijo. Ni siquiera he tenido la oportunidad de ponerle un nombre, no porque no quiera, sino porque algo dentro de mí me impide hacerlo. ¿Cómo puedo darle un nombre sin saber si está bien? ¿Sin tener a Erik a mi lado? Pero por más que trato de enfocarme en mi misión, mi mente sigue atrapada en otro lugar, preguntándose si Erik está a salvo, si ha despertado… o si en cambio…Sacudo la cabeza con fuerza, obligándome a detener esos pensamientos.—Hazel, concéntrate —me gruñe Kael, con la mirada fija en el camino—. Estamos cerca.Nos hemos alejado tanto que ni siquiera sé dónde estamos. Este mundo de lobos, brujas y dioses ha consumido todo lo que era antes, hasta el punto en que mi antigua vida humana se siente irreal. Apenas tengo recuerdos del exterior, más allá del orfanato donde crecí. El mundo solo se abrió para mí cuando E
CAPÍTULO 92: MI ALMA POR ELLAErikEl tiempo pierde significado en este limbo. Podrían haber pasado horas o siglos, y aun así, sigo atrapado en esta neblina etérea, guiado por la diosa Lúa a través de puertas que se abren hacia mis recuerdos. Cada una de ellas es un pasaje a mi pasado, obligándome a revivir momentos clave de mi vida.Veo el día en que me convertí en Alfa tras la muerte de mi padre. El instante en que Axel juró lealtad y se convirtió en mi primer Beta. Éramos hermanos, aunque no de sangre, pero inseparables… ¿Cómo llegamos a esto?Desde las sombras, Winter siempre estuvo allí, observándome. Manipulándome. Midiendo cada decisión, cada movimiento. Me conocía mejor de lo que yo jamás la conoceré a ella.—Winter quería destruir lo que más amabas —dice Lúa con su voz impasible—. Pero como en ese entonces no habías encontrado a tu Mate, decidió ir por lo más valioso para ti en ese momento.Un nudo de rabia y amargura se forma en mi garganta.—Axel —susurro.El mismo Axel que
CAPÍTULO 93: LA MUERTE DE CERCAHazelEl aire entra en mis pulmones de golpe, como si emergiera de las profundidades de un mar oscuro y gélido. Mi pecho se sacude con violencia mientras mi cuerpo reacciona al dolor ardiente que me devora por completo.Las cuerdas envenenadas con acónito aprietan mis muñecas y tobillos con una fuerza cruel. Un escalofrío me recorre la espalda cuando me doy cuenta de que no solo estoy atada… sino pegada a un poste de plata. Un gemido de agonía se me escapa cuando intento moverme. La plata quema mi piel como brasas vivas, y las cuerdas hacen que cada intento de liberación sea aún peor.«Respira, Hazel. Mantén la calma».Levanto la cabeza, apenas logro enfocar la mirada en el lugar donde estoy. La habitación es una caja vacía de paredes frías y sombrías, sin ventanas, sin puertas visibles. Solo hay otra cosa además de mí.—¡Kael! —grito llena de pánico—. ¡Despierta!Él gim3 y se remueve en el suelo, su respiración es un jade0 entrecortado antes de que abr
CAPÍTULO 94: TIEMPO MEDIDOErikLa diosa me dijo exactamente dónde encontrarla. Incluso me aseguró que podía hacer que apareciera en el lugar antes de que fuera demasiado tarde. Y cumplió. Si no lo hubiera hecho, no habría llegado a tiempo.Percibí su aroma en cuanto crucé el umbral, la mezcla inconfundible de su esencia y sangre. Pero me retrasé un poco mientras me deshacía de los guardias de la entrada. Cuando finalmente irrumpí en la habitación, lo único que vi fue a ese bastardo levantando la garra para acabar con ella. No dudé. No vacilé.Ahora, la cabeza del Alfa rueda hasta el otro extremo de la pared con un golpe sordo, pero no me importa. Mi mirada está fija en Hazel.—¿Estás bien? Mi amor, mi loba… —Mi voz es apenas un murmullo cuando la envuelvo entre mis brazos. Le sujeto con firmeza y cuidado al mismo tiempo, como si pudiera romperse en cualquier momento. Me aferro a ella con la desesperación de un hombre que ha estado a punto de perderlo todo.—¡Erik! —jadea, y su voz se