CAPÍTULO 57: ALFA ROSIERosieJuro que lo voy a matar. Si los Alfas no encuentran a Erik pronto, voy a buscarlo yo misma, pero no para salvarlo… sino para arrancarle la cabeza.¿En qué estaba pensando ese imbécil? Me dejó al mando de esta manada como si fuera una tarea sencilla. La realidad es que esto es un caos. Nadie me respeta, algunos lobos ya están hablando de desafiarme abiertamente, y si eso pasa, no tengo idea de si podré mantenerme como Alfa.—¡¿Por qué demonios me hizo esto?! —grito al aire, dejando que mi frustración rebote en las paredes de la oficina.Camino de un lado a otro, pasando las manos por mi cabello, intentando no volverme loca. Una semana ha pasado, pero se siente como si fueran meses. Entre intentar mantener esta manada de pie y preocuparme por Kelan, estoy al borde del colapso.Marcel y Daxon dijeron que lo salvarían, que sus médicos eran los mejores, pero Kelan sigue igual de mal. La herida con acónito lo tiene al borde de la muerte, y como no es un lobo pu
CAPÍTULO 58: ALIADO INESPERADOErikEl sonido del viento silbando entre los árboles y el crujir de la madera al expandirse por el frío me despiertan. Abro los ojos lentamente y me encuentro con un techo de madera toscamente trabajado. Una cabaña. Me incorporo de golpe, alarmado, y un mareo me golpea con fuerza. Llevo una mano a mi costado, donde la herida del veneno debería estar, pero todo lo que siento es la piel regenerada, aunque un ardor residual me recuerda que aún no estoy del todo bien.Mi mirada recorre la estancia. Una chimenea apagada, muebles viejos y un aire que huele a madera quemada y tierra húmeda. Estoy sin camisa, y mi cuerpo aún luce los estragos de mi huida.Un chirrido rompe el silencio cuando la puerta de la cabaña se abre. Un hombre entra, grande como un roble, con el cabello entrecano recogido en una coleta baja y una barba que le cubre el rostro. Sus ojos grises me observan con calma, pero hay algo en su postura que me hace mantenerme alerta.Me pongo de pie d
CAPÍTULO 59: HUIDAHazelMi respiración es irregular, cada jadeo arde en mi garganta como si inhalara fuego. No puedo parar, aunque el esfuerzo sea un castigo para mi cuerpo débil. Ya no sé cuánto tiempo llevo aquí, atrapada en esta oscuridad. Horas, días… se sienten como meses, como si el tiempo se hubiera detenido para devorarme lentamente.El veneno o droga que Kara me dio sigue enturbiando mis sentidos. Mi mente racional es apenas un murmullo distante, aplastado bajo una bruma tóxica. Pero aun así, algo dentro de mí se aferra con desesperación a una sola idea: Kara no volverá. Y si lo hace, será para recoger mi cadáver.No debí confiar en ella. Fue el peor error. Pero ya no importa. Lamentarme no va a sacarme de aquí. Tengo que salir, de alguna manera. Si no lo hago, este lugar será mi tumba.Con las pocas fuerzas que me quedan, jalo de las cadenas de plata que sujetan mis muñecas. El metal quema mi piel, enviando punzadas de dolor que recorren todo mi cuerpo. Mi loba interior est
CAPÍTULO 60: EFÍMEROErik¿Será posible que tenerla entre mis brazos de nuevo sea un sueño?La calidez de su cuerpo contra el mío es tan real como el aire que respiro, veo sus ojos aun inocentes, perdidos. Es Hazel, mi Hazel. Pero parece que para ella solo soy un desconocido. No tiene idea de quién soy.«¿A eso se refería la diosa de la luna?», pienso. «¿Es esta otra prueba? ¿O mi castigo por lo mal que la traté al principio?».El silencio se alarga entre nosotros, como si el tiempo mismo se detuviera. Cada fibra de mi ser quiere exigirle respuestas, pero me obligo a controlarme.Cuando Rosie me dijo que Hazel estaba viva, no dudé ni un segundo. Ni en confiar en ella, ni en salir a buscarla. Pero las palabras de Marcel y Daxon… no. Ni por un instante creí en esas promesas de mierd4. ¿Qué sentido tiene decir que no me matarían y que la tenían segura? Ambos me odian, en especial Carmila, que seguro querrá matarme después de lo que le hice, y yo no apuesto la vida de Hazel ni la de mi ca
CAPÍTULO 61: REGRESANDO CON EL RABO ENTRE LAS PATASHazelCorro desesperadamente, con el corazón desbocado y la garganta quemándome con cada respiración. Siento las ramas arañar mi piel y las sombras del bosque cerrándose a mi alrededor, pero no me detengo. No puedo. Estoy segura de que mi vida depende de ello.Kara tenía razón.Era Erik. Lo que más me aterra no es que me haya encontrado, sino que probablemente ya sabe que no recuerdo nada. Que no sé quién es él, quién soy yo realmente.Mi mente se llena de las palabras de Kara. “Te destruirá.” Ahora, no tengo ninguna duda de que estaba diciendo la verdad.Sin darme cuenta, mis pasos me llevan de regreso a la cabaña. Lo primero que noto son las luces encendidas. Mi corazón se acelera aún más. ¿Es Kara? ¿O es Erik quien me está esperando?Abro la puerta sin pensarlo, un impulso más fuerte que la lógica. En cuanto lo hago, me doy cuenta de mi error. Qué estúpida soy. Podría haber caído directamente en una trampa.Kara se voltea hacia mí
CAPÍTULO 62: ESTRATEGIAErikEl aroma a humo llega antes de que podamos rastrear cualquier otra cosa. Una nube espesa de cenizas y brasas inunda mis fosas nasales, enterrando el tenue rastro de Hazel que hasta hace unos segundos seguíamos. No puede ser.—¡Hazel! —grito, mi voz reverbera en el aire nocturno mientras mis piernas se mueven por instinto, llevándome hacia el origen del humo.—Erik, espera. —La voz de Rosie apenas llega a mis oídos. No me detengo. No puedo.Cuando cruzo la última línea de árboles, el fuego me golpea como un muro viviente. La cabaña está envuelta en llamas, el calor es insoportable incluso a esta distancia. Mis pulmones arden con cada respiración mientras busco desesperadamente entre el caos.—¡Hazel! —Mi voz es un rugido que apenas supera el crepitar del fuego.—Erik, ¡no puedes entrar ahí! —grita Rosie detrás de mí con sus palabras teñidas de pánico.—¡Hazel debe estar ahí! —le espeto sin detenerme, mi cuerpo ya se mueve hacia las llamas. No me importa el
CAPÍTULO 63: UN NUEVO FESTIVALHazelEl lugar al que Kara me lleva es peor que el anterior, y no lo digo por la precariedad de la cabaña, sino por las dos figuras imponentes que esperan en su interior. Alfas. Dos hombres que parecen salidos de un cuento de terror, y no del tipo que termina con un "felices para siempre".El primero, Daxon, es tan alto que me siento como una niña frente a él. Su piel es pálida, su cabello castaño cae desordenado alrededor de un rostro endurecido por una barba tupida que solo resalta sus ojos fríos y vacíos. Su cuerpo es una masa de músculos que parece diseñada para destruir, y cada movimiento suyo grita peligro.El segundo, Marcel, es completamente diferente, pero no menos intimidante. Su piel oscura resplandece bajo la tenue luz, y su cabello, trenzado en intrincados diseños, le da un aire de realeza peligrosa. Es menos musculoso que Daxon, pero sus ojos rojos ardientes me atraviesan con una intensidad que hace que mi piel se erice. Hay algo en su postu
CAPÍTULO 64: EL LAZO LICÁNTROPOHazel—¡Sabía que aparecerías, maldit0 lobo! —ruge la mujer morena, sus ojos ardientes de odio se clavan en Erik. Sin pensarlo, se transforma. Su cuerpo se distorsiona con rapidez, adoptando la forma de una loba imponente lista para atacar.Antes de que pueda lanzarse, Rosie se interpone, extendiendo los brazos como un escudo.—¡Prometiste que no lo lastimarías! —grita con desesperación.La loba detiene su avance por un instante, pero sus labios se curvan en una sonrisa feroz.—Eso acaba de cambiar —gruñe con malicia—. Mejor los matamos a los dos y...Su amenaza queda inconclusa. Antes de que la loba pueda reaccionar, Kara aparece detrás de ella y le clava una especie de inyectadora en el cuello. El líquido amarillento en su interior brilla bajo la luz de la luna, espeso como el aceite.La loba suelta un rugido aterrador, una mezcla de furia y agonía. Sus ojos se abren desmesuradamente mientras su cuerpo comienza a fallarle. En cuestión de segundos, cae