Bueno bueno, parece que Emma está trazando su propio plan!! Gracias por leer, cariñitos!
DamianEntro al apartamento y me desplomo en el sofá sin siquiera quitarme la chaqueta. Todo en mi interior parece arder. Apenas noto a Alex, que se gira desde el escritorio donde estaba trabajando, con una expresión alerta en su rostro.—¿Qué ocurre? —pregunta de inmediato.Mi mandíbula se tensa, y aunque quiero responderle, las imágenes que llenan mi mente son demasiado vívidas. El rostro de Emma con el moretón en su mejilla... pero no es Emma lo que mi mente recuerda. No. No es su rostro el que veo cuando cierro los ojos. Es ella, mi madre.—¿Damian? —Alex insiste, y me siento obligado a romper el silencio antes de que siga preguntando.—La vi... —logro decir al fin, mi voz ronca y cargada de rabia contenida—. A Emma. Jhon la golpeó.El silencio en la habitación se hace más espeso. Alex siempre ha sabido cómo lidiar conmigo, cómo dejarme respirar cuando lo necesito, pero esta vez no lo entiendo del todo. Mi reacción... no es solo sobre Emma. Es mucho más profundo que eso. Mis
SofíaEstoy caminando de un lado a otro del apartamento que Jhon me compró, esperando que este se digne a llegar. No puedo creer que anoche me haya dejado plantada solo porque tenía una supuesta cena familiar y de negocios.¡Yo debería haber estado en esa cena! Llegando colgada de su brazo y ser la dueña del m4ldito mundo.En cambio ahora estoy embarazada y el hijo que llevo en vientre será visto como un bastardo y yo como la otra cuando soy quien tendría que estar sentada a su lado y disfrutando de cada uno de los beneficios que el apellido Blackthorn pueda darme,eso es lo que me prometieron, pero en mi lugar está la mosca muerta esa de Emma.Aún cinco años después no puedo creer que él siga casado con ella, cuando dice amarme a mi. Escucho pasos fuera de la puerta y me obligo a calmarme y sentarme para fingir una tranquilidad que no siento.Jhon entra al apartamento con una sonrisa en el rostro, cargando un par de bolsas. Lo veo desde el sillón, ya casi no me molesto en fingir sorpre
EmmaHan pasado algunos días desde que me encontré con Melissa y Damian White. Las cosas han estado extrañamente tranquilas. Jhon no ha vuelto a levantarme la mano, pero esa calma me resulta sospechosa. La única razón por la que no ha explotado es porque pasa muy poco tiempo en la casa. Casi no lo veo, y aunque eso debería darme paz, solo me llena de ansiedad. Vivo con el miedo constante de que en cualquier momento vuelva, furioso, y yo termine herida nuevamente.Me siento en la mesa del comedor, frente a mi portátil, intentando concentrarme en algo que me haga sentir útil. Si me voy a divorciar, lo primero que necesito es una forma de mantenerme por mí misma. No puedo seguir dependiendo de Jhon, y estoy segura de que mis padres me desheredarán si me atrevo a romper este matrimonio. Solo la idea de enfrentarme a ellos me aterra.Abro un documento y comienzo a crear una hoja de vida. No es gran cosa. Solo puedo incluir que me gradué con honores en ingeniería mecatrónica y tengo una ma
DamianTomas Rosselt se sienta frente a mí y Alex en la sala del apartamento. La misma presencia imponente de siempre, con su cabello completamente cubierto de canas y esa mirada dura, fría, tan azul que parece capaz de congelar a cualquiera. El hombre que hace veinte años me sacó del infierno y me preparó para este momento. Hoy está aquí para evaluarme, para asegurarse de que no haya desviado el plan que tanto nos ha costado trazar.—Muy bien, Damian, llevas dos semanas infiltrado con tus enemigos —dice Tomas con su voz áspera y profunda—. Por teléfono no me has dicho gran cosa, así que ¿qué te parece si nos ponemos al día?Mantengo mi rostro neutral, tal como él me enseñó, sin permitir que ninguna emoción traicione lo que realmente pienso. Tomas es un maestro en leer a las personas, pero después de tantos años a su lado, yo también me he vuelto bastante bueno en el arte de ocultar lo que siento. Le asiento y le respondo con voz calmada:—Por supuesto. —Hago una pausa antes de co
EmmaMe duele todo el cuerpo. No sé si es por los golpes o por el agotamiento de haber corrido tanto, pero el dolor físico palidece en comparación con lo que siento dentro. Estoy sentada en una banca del parque, el aire frío me corta la piel mientras trato de calmar los latidos de mi corazón. Mi labio sigue hinchado, y el sabor metálico de la sangre aún me llena la boca.Debería irme, buscar un taxi, pero no tengo fuerzas. Estoy en shock. Quiero llorar, pero ni siquiera me salen las lágrimas. Lo único que puedo pensar es en cómo he terminado así, golpeada y huyendo de mi propio esposo, con el rostro lleno de miedo y la mente rota.Me levanto tambaleante. Debo irme de aquí. Necesito un taxi. Estoy buscando con la mirada cuando, de repente, veo el auto de Melissa pasar por la calle. Parece que va en dirección a mi casa, pero cuando me ve, frena en seco. Se baja corriendo, y al acercarse, su rostro cambia por completo.—¡Emma! —grita desesperada mientras corre hacia mí. Al verme d
DamianFrente al espejo del baño, me ajusto la corbata negra con precisión, aunque mi mente está lejos de centrarse en eso. Me encuentro pensando en la última llamada que recibí de Emma. No esperaba que recurriera a mí tan rápido, ni mucho menos que lo hiciera bajo esas circunstancias. Su voz rota aún me persigue, pero más que eso, lo que realmente me intriga es lo que pueda esconder.—No creo que sea buena idea que vayas a verla —dice Alex desde la puerta del baño, con los brazos cruzados y el ceño fruncido—. No con Tomas cerca.Lo miro por el espejo, manteniendo mi rostro neutral. Alex me conoce lo suficiente para saber cuándo no me gusta lo que me dice, pero también sabe que no me echaré atrás.—Escuché lo que dijo —insiste, acercándose más—. Prácticamente te amenazó.Bajo la mirada hacia la corbata, ignorando su preocupación durante unos segundos antes de contestar.—Tomas lo dice porque cree que me estoy desviando del plan. No ve más allá. Emma lleva cinco años casada con Jhon.
EmmaMe siento inquieta mientras intento alisar mi vestido con las manos, una y otra vez, pero mi piel no deja de sentirse demasiado expuesta, demasiado vulnerable. Damian White y su abogado, Alex, están aquí sentados frente a nosotras, en la oficina de Melissa. Ambos parecen cómodos, seguros de sí mismos, mientras yo lucho por mantener la compostura. Mi rostro aún duele, y la hinchazón en el labio me recuerda lo frágil que es mi situación.Mi teléfono no ha parado de sonar desde que llegamos. Sé que son mis padres, furiosos por el escándalo, pero no puedo enfrentarme a ellos ahora. En el fondo, siento que nunca me han apoyado realmente, y ese pensamiento solo añade un peso más a la carga que llevo. El timbre del teléfono vuelve a sonar y lo ignoro, dejando que se desvanezca en el silencio incómodo de la sala.En eso, Melissa se sienta a mi lado, estoy a punto de decirle que mis padres están insistiendo cuándo sucede algo inesperado: Alex, con una sonrisa coqueta en el rostro, mi
DamianEntro en la imponente torre que alberga la empresa de Tecnología Blackthorne, sintiendo la satisfacción arder en mi interior. A mi lado, Alex camina con paso seguro, ambos listos para dar el primer golpe. Mi corazón late con fuerza en el pecho, pero no es por miedo, sino por la emoción de saber que estoy a punto de arrancarle lo más preciado a ese bastardo. El día anterior, cuando le respondí la llamada de Emma , Jhon perdió el control, me gritó y me amenazó con romper la sociedad, sin darme cuenta de que eso solo sellaría su destino.Mientras el ascensor asciende, Alex me mira con una mezcla de preocupación y emoción en sus ojos. Él sabe tan bien como yo que esto no será sencillo.—Las cosas están a punto de ponerse muy feas —dice en voz baja, rompiendo el silencio metálico del ascensor—. Lo más seguro es que dé pelea.Una sonrisa se forma en mis labios, amplia y cargada de desafío.—Oh, amigo mío, realmente espero que lo haga. Estoy contando con eso.Alex deja escapar una