Hola cariñitos, primero que nada les agradezco por estar pendientes de mí.
Quiero comentarles varias cositas, la primera es que como imaginarán los ingresos de la app no me dan para vivir de esto, por lo que tengo un trabajo aparte que me quita tiempo, razón número 1 por la que me demoro algunas veces en actualizar. He visto que han comentado que “Abandono” todas mis novelas o que la novela pasada sucedió lo mismo y recuerdo muy bien que la novela anterior se terminó, yo quise hacer unos extras de personajes secundarios pero lastimosamente todo acá debe pasar por editores y si no me aprueban y dan publicidad, pues no funciona y eso fue lo que pasó. Otra cosita más es que deben entender que igual que ustedes soy una persona HUMANA, que no soy un robot y escribir no es lo más sencillo, tengo un bloqueo y la nueva novela no tiene nada que ver. A parte he tenido la virosis de la grupo y los ánimos en el suelo, pero si esto hace que no me quieran seguir leyendo, entonces lo entiendo. Pero agradezco que no me dejen comentarios desconsiderados que solo confunden al resto, hago lo mejor que puedo para darles algo de calidad, pero soy una persona no una máquina. Gracias a todas las que me han acompañado y lo siguen haciendo y disculpen las molestias , mañana se subirá capítulo con normalidad para quieres gusten seguir.DAMIANEl disparo retumba en el aire, seguido de un silencio que parece eterno. Mi cuerpo reacciona antes de que mi mente pueda procesarlo, girándome hacia donde Rocco cae al suelo como si el tiempo se hubiese ralentizado. El grito de Emma a través del auricular se apaga cuando mi enfoque cambia completamente.La sangre de Rocco mancha el pavimento, y mis piernas se mueven antes de que pueda detenerlas. El caos estalla a mi alrededor. Personas gritan, algunos corren, y los hombres de Tomás se mueven como sombras en la periferia. Mi mente está en un torbellino de rabia, adrenalina y miedo mientras trati de legar a Rocco. Cuando lo alcanzo, está en el suelo, sujetándose el hombro con una mano, mientras la sangre mancha su camisa.—¡Rocco! ¿Estás bien? —me arrodillo a su lado, tratando de evaluar rápidamente la gravedad de la herida.Él me mira, su rostro contraído por el dolor, pero con una chispa de determinación en sus ojos.—Es solo el hombro, jefe —gruñe, intentando levantarse—. No
DAMIANMis ojos se quedan fijos en los de Jhon y por primera vez parece que puedo ver algo de humanidad en ellos, pero ya es demasiado tarde para arrepentimientos de su parte.Puedo recordar los golpes de Emma, las humillaciones que le hizo pasar y hasta solo unos días pude ver a Sofía empezar a vivir lo mismo, es solo cuestión de tiempo para que su hijo sea el siguiente.Sin eambrgo, no alcanzo a decirle nada de esto, porque antes de que pueda responder una rafaga de disparon nos rodea.Los refuerzos han llegado.Aprovecho su distracción para moverme hacia una mejor posición, pero sé que no tengo mucho tiempo, me levanto y busco a Tomas que está tratandod e salir.—¡Ríndete, Tomás! —grito de nuevo, mi voz llena de furia.—¿Rendirme? —su voz vuelve a surgir de las sombras, ahora más cercana—. No, Damián. Yo no soy como tú. Yo no me dejo manipular por emociones inútiles.De repente, aparece frente a mí, su arma en mano. Por un segundo, ambos nos quedamos inmóviles, evaluándonos mutuamen
EmmaDos meses después...El reflejo del amanecer pinta la habitación de tonos cálidos y dorados. Por primera vez en lo que parecen años, siento que puedo respirar con tranquilidad. Todo está en calma. La pequeña Luna duerme profundamente en su cuna, y el sonido suave de su respiración me recuerda todo por lo que hemos luchado.Acaricio su cabello con suavidad, inclinándome para besar su frente. Ella es mi fuerza, mi razón para enfrentar todo lo que pasó. A pesar del tiempo que ha pasado todavía tengo la imagen de Damián herido, pero victorioso, fijada en mi mente. No puedo evitar que mi pecho se apriete de emoción. Su coraje, su determinación… Todo lo que hizo, lo hizo por nosotras.Cada cosa que hizo hace que el rencor, la rabia y todo lo del pasado se vuelva polvo. Perdí demasiado tiempo guardando rencor y ahora estoy ansiosa de recuperarlo, de poder armar una vida con el hombre que amo, porque si: Lo amo y es algo que ya no pienso ocultar.Mucho menos cuando acabamos de comprar n
DAMIÁN Un año y medio después. La brisa cálida de la tarde acaricia mi rostro mientras miro el pequeño jardín decorado con luces y flores que Beatriz se encargó de ayudarme a montar. La casa está silenciosa, aunque sé que en el interior todos están conspirando para hacer que esta noche sea perfecta. Perfecta para ella. Es curioso cómo, después de todo lo que hemos pasado, este momento me pone tan nervioso. Mi corazón late con fuerza, y las manos me tiemblan ligeramente mientras verifico, por décima vez, que el anillo está en mi bolsillo. Siento una pequeña mano en mi pierna y, al bajar la mirada, veo a Luna mirándome con una sonrisa traviesa. —Paaaap, ¿ya?— pregunta con su vocecita dulce, sus ojos grises, tan parecidos a los míos, brillando con entusiasmo. Luna está enorme, acaba de cumplir sus dos años y está más curiosa que nunca. Ahora mismo es mi mayor aliada. Me agacho para quedar a su altura y le acaricio el cabello. —Casi, princesa. Pero recuerda lo que hablamos,
Emma—Cinco años, Emma. Cinco largos años y aún no has podido darme un nieto. ¿Sabes lo que eso dice de ti?Las palabras de mi suegra, esa mujer altiva. Ícono temible y envidiable de la sociedad, caen sobre mí como cuchillos afilados haciéndome sentir diminuta.. Siento que mi cuerpo se tambalea de puro agotamiento, pero no solo físico. Es como si cada palabra que sale de su boca tuviera la intención de aplastarme.—Lo… Lo lamento, no me encuentro bien… —respondo con la voz algo apagada. Ahora sólo quiero irme. Quiero encerrarme y simplemente olvidar por un momento cómo mi matrimonio parece estar en la cuerda floja.De solo pensarlo siento que no puedo respirar, pero mi suegra se interpone en mi camino, sus ojos encendidos en cólera.—No te encuentras bien, nunca te encuentras bien —dice con el tono de crítica que es imposible de ignorar—. Si ni siquiera puedes tener un hijo, ¿qué sentido tiene que mi hijo se case contigo? Le estás robando su oportunidad de tener un heredero, realmen
Emma ¿Anticonceptivos? ¿He estado tomando anticonceptivos? El shock me golpea con tanta fuerza que me cuesta respirar. Mis ojos se agrandan, y las palabras parecen no tener sentido.—Doctor, debe estar equivocado. Estas… estas son las pastillas que llevo años tomando para mi aflicción, no pueden ser otra cosa y cada vez que se me acaban, mi esposo va y…-De repente mi cerebro hormiguea por un momento, sí, mi esposo…. Cada vez que se me acababa la medicación, Jhon me la compra nuevamente y la pone en el botiquín.No, no lo creo.Algo me vino de repente y arrebaté los dos frascos de pastillas de la mano del médico y me los eché en la palma de la mano.Es todo blanco, pero hay una sutil diferencia.—No... no puede ser —susurro, las lágrimas empiezan a acumularse en mis ojos otra vez.Nunca lo había notado, nunca había dudado de él porque lo amaba con toda mi alma y mi corazón, pero ¿por qué?—Emma, debo ser honesto contigo. Esos son anticonceptivos y no cualquiera, son una fórmula que
Emma¡¡¡Ella tiene un hijo de mi esposo!!!No. NO. NO. Esto no puede ser. Sofía sonríe con arrogancia, disfrutando de mi desconcierto.—Sí, querida. Este es el hijo que Jhon siempre quiso, él que nunca podrá tener contigo. Qué triste, ¿no crees?Sus palabras son como dagas, y antes de darme cuenta, me encuentro dando un paso hacia ella, furiosa, dispuesta a gritarle, a enfrentarla.—¡No es verdad!¡Estás mintiendo!Pero no alcanzó a hacer mucho pues en ese momento, la puerta de la oficina se abre y Jhon entra, justo a tiempo para interponerse entre nosotras.—¿Qué demonios está pasando aquí? —pregunta con el ceño fruncido, pero su mirada no es para mí. Se dirige directamente a Sofía y noto que la forma en que la ve… Nunca me ha mirado así a mí.Sofía, como si estuviera perfectamente entrenada para este momento, se lleva una mano al vientre y pone cara de angustia.—Jhon, por favor... no dejes que me haga daño —dice con voz temblorosa, fingiendo miedo mientras acaricia su vientre—. No q
EmmaNo sé quién es el recién llegado, pero lo que sí puedo notar es el impacto que su presencia tiene en mi esposo.El hombre ha entrado en la oficina junto con otro más y ambos se ven imponentes y muy, muy serios.Jhon retrocede de inmediato, palideciendo. Me giro lentamente y mis ojos se encuentran con los del hombre que me ha salvado del golpe. Un extraño, pero hay algo en él, algo peligroso ya la vez... familiar.—Señor White —dice Jhon, tratando de recomponerse—. Damian, qué pena que haya tenido que presenciar esto. No es lo que parece.Damián White… Digo en mi mente viendo de reojo al hombre. Su mano se retira suavemente de mi cabeza mientras avanza un paso hacia Jhon, con una sonrisa ladeada y una calma peligrosa.—¿De verdad? —dice Damián—. ¿Y quién es la mujer embarazada que está en sus brazos? ¿Es ella la señora Blackthorne?La sola mención de la amante me hace sentir humillada a niveles inimaginables. Sin embargo esta se recompone y, se apresura a hablar.—Mi nombre es Sof