Felipe descansaba en la terraza de su habitación de la casa familiar en Madrid donde había decidido quedarse unos días para estar con su madre, pero ya lo estaba lamentando... No estaba de humor esos días y ella solo hablaba de Antonella.

-¡Ya madre! entiende que no quiero hablar de ella, no quiero nada con ella y si sigues con lo mismo me iré.

-Felipe, ya tienes treinta y tres años, ¿cuándo me vas a dar un nieto? ¿acaso no hay mejor candidata para ser mi nuera que Antonella? ella te ama...

-Pero yo no la amo ni estoy enamorado y si tanto te gusta... ¡pues cásate con ella!

-¡No seas impertinente Felipe, que soy tu madre!

-Entonces, ¡déjame en paz! -Así llevaban desde su regreso.

-No sé como me la aguanto- se dijo.

-La invité a cenar esta noche

-Pues gracias por avisarme, cenaré afuera, ¡adiós! -Tomó un gabán y salió de la mansión en su Porsche deportivo rastrillando las llantas.

Mientras iba por la vía secundaria que lo conducía a la autopista recibió una llamada de Sergio... estacion