Era a que hombre que había visto por la ventana de mi casa el día que estaba borracha. Después de ese día Ian me había convencido de que había alucinado y que no había tal persona, pero ahora que lo veía, me quedaba más que claro que esa persona si existía y no era cosa mía. El hombre se aproximó a mí, decidí caminar rumbo a la casa la cual por desgracia estaba a unas cuadras y por si fuera poco las farolas comenzaban a fallar, caminé rápido, pero aquel hombre seguía detrás mío, decidí agacharme y cargar a Max para ahora correr, las calles estaban solas, mi piel se erizó, aquel hombre me seguía el paso, entre más rápido caminaba, el seguía pisándome los talones.
Después de unos minutos que fueron eternos llegué al fin a la casa, antes de entrar mire al rededor, pero no había n
¡Hola! Si han llegado hasta acá es porque les ha entretenido la historia, ¿Qué desenlace creen que vaya a tener?
—¡Ahí es!— apunté al pequeño local que estaba en una plaza. —Se ve bien— ambos nos bajamos del coche y nos dirigimos al lugar —¿Cuál es tu favorito? —Mmm— achine los ojos mientras un gruñido salía de mi ser —Es difícil, me gusta la nuez, pero tengo una debilidad por la vainilla con chispas de chocolate— negué con la cabeza mientras la boca se me hacía agua —¿y el tuyo? —Fresa, sin duda el de fresa— Llegamos a la barra y un sinfín de helados había frente a nosotros, de pronto me sentí en el paraíso. —Hola buenas tardes, me das un helado de nuez y vainilla con chispas de chocolate y otro de fresa— su sonrisa era cálida, era un chico lindo. Pronto nos dieron nuestros helados, y nos dirigimos a las mesas del lugar. —¿Y a que se dedica tu padre?— saboreaba mi helado y centraba mi atención él, pero aun así pude notar algo de incomodidad en Alex. —Negocios, ya sabes cómo son esos trabajos, un día estas aquí y otro día te mandan a Europa
Un vacío tenía en mi pecho, sabía que lo había herido, tenía sentimientos encontrados, su rostro no lo podía borrar de mi mente ¿tal vez en realidad no estaba lista para una nueva relación y debí estar soltera por más tiempo? no sabía que rumbo tendría ahora, fui tal vez demasiado cruel con él.Lo cierto es que salté de mi relación con Jack y pasé a salir con Ian en cuestión de días. No viví ni siquiera mi duelo por él y la verdad ni siquiera sentí necesitarlo. A Ian lo quiero mucho y la verdad que me siento en una nube cuando estoy con él, pero no puedo pasar por alto sus actitudes. No sé como el sentimiento de enojo pasó en un segundo a ser de culpa y tristeza.Esa noche no dormí nada, pensando en que Ian tenía razón, siempre le reclamo por sus malos actos, pero nunca miro los pequ
—¿Estas bien? —Thony rompió el silencio.Dejé el celular para voltear a verlo, mis ojos no reflejaban más que decepción, tenía un nudo en la garganta, quería gritar, golpearlo, llorar hasta quedar sin voz. Negué con la cabeza y sólo me límite a mirar por la ventana. Podía sentir el silencio incómodo por el que estaban pasando mis amigas.—Será mejor que nos vallamos de aquí— escuche decir a Henna mientras quitaba el freno de mano y comenzaba a avanzar.—Tranquila, cosas difíciles se vienen, pero lo podrás hacer— Thony acariciaba mi cabello.—Ese hijo de la mierda, lo voy a destrozar— escuché decir a Emma.—Déjame en casa— ambos voltearon.—¿Estás segura? Es al primer lugar que te buscará.—Lo sé, pero ahí
Habían pasado 30 minutos, desde que Sophie había terminado el ultimo caballito, y ya estaba lo suficientemente borracha.Después de que se tomó los 3 caballitos le alargué la apuesta y como que no queriendo la cosa hice que tomara más y más y mezclara diferentes tipos de alcohol. Claro todo esto con la promesa de que pasaríamos la noche juntos y siguiéramos saliendo más seguido. Cuando noté que ya no estaba en sus 5 sentidos comencé con el interrogatorio.—Sabes, hoy te vi entrar a una casa que no era la tuya ¿ya tienes novio o algo así? —Esperé una respuesta que me diera algún tipo de pista, pero ella solo se dedicaba a reír y a balancearse de un lado a otro en su lugar.—No he vomitado Clark, es hora de irnos a tu casa— me apuntó con su dedo mientras sonreía, su sonrisa era estúpida, era obvio que e
Al escucharla a mí también me tomó por sorpresa justo como a él. Se acercó a ella de manera brusca, la tomo por la cara y la miro a los ojos, sin decir una palabra.—Esos ojos... los conozco— la escuché decir mientras él le apretaba la mandíbula, sentía impotencia de no poder hacer nada ahora, intentaba desamarrarme, pero me era imposible, estar amarrado en la silla me hacía aún más difícil el poder hacer algo por ella.—¿Porque demonios haces esto Jack? —la escuché gritar.No sé porque, pero en el fondo ya no estaba tan sorprendi
Un rayo de luz entraba por la ventana lo podía sentir en mi rostro, abrí un poco los ojos y la luz no me dejaba ver. Un quejido salió de mi boca.—¿Hyemi?— La voz de Jason resonó por la habitación.—La luz— fue lo único que dije, de pronto el cuarto se tornó más obscuro, y con ella la vista se aclaró y pude ver a Jason sentado en un lado de la cama. —¿Dónde estoy?— Pregunté intentando sentarme pero un dolor en la cabeza no me lo permitía. Vi mi mano la cual tenía un vendaje y una férula, agujas con tubos saliendo de mis brazos. Recordé todo lo que había sucedido. —¡Doctor! y
—Mañana te veo cariño— dije medio alto mientras decía adiós con la mano desde la puerta de mi casa mientras Ian subía al carro que su mamá le había prestado temporalmente, desde aquel día su camioneta quedó como pérdida total, habíamos tenido una semana dura desde que salimos del hospital, comenzando por la triste recuperación dolorosa que nos esperaba a los dos, después con los policías que nos interrogaron hasta morir y luego como paquete final regresar a clases, todos viéndonos como si fuéramos algo extraño, chismes por todos lados, esto estaba siendo algo muy incómodo para los dos.—¿Se fue?— preguntó Jason al bajar las escaleras.
El zumbido dejó de sonar, mi mirada estaba puesta en las paredes azules con líneas blancas decoradas con cuadros de motocicletas y unos que otros dibujos sobre dragones y lobos adornaban la pared, la puerta recién sonaba dejando saber que alguien había entrado al otro lado del local.—Ese fue el tatuaje más rápido que he hecho en mi vida— comentó el tipo de no más de 50 años, barba media larga y Canosa, mientras pasaba una toalla para limpiar el antebrazo de Ian.—Yo también quiero hacerme algo.Ian volteo para verme, su mano derecha estaba enlazada con la mía, pero no la apretó como solía hacerme.—¿Qué dices?— preguntó ahora mientras el tipo cuyo nombre nunca supe le ponía una especie de pomada.—Quiero que me una los lunares— me dirigí a el hombre, mientras señalaba mi ante