Ha pasado una semana desde que volví a ver a Tami y desde que Royce se marchó de la mansión por cuestiones de trabajo. Sabiendo que no tengo ese pegostre encima todo el tiempo, me he dedicado a estudiar cada uno de los puntos ciegos de la casa con el fin de poder encontrar algún vacío y escapar. Hace días tengo en mente irme de aquí a como dé lugar, pues Wesley ha sido mi mayor empuje para liberarme de esas cadenas que ese infeliz puso en mi mente.La casa es enorme, sin contar que está en el medio de la nada. Hay bastantes hombres de seguridad a los alrededores, sobretodo en aquellas zonas donde no transita absolutamente nadie, pero debe haber algún lugar que no esté custodiado. Me aventuré a ir un poco más allá de la parte trasera de la casa, tomando un largo y angosto camino que lleva a un pequeño lago. Al otro lado del lago hay más bosque, no creo que haya una carretera cerca por este lado de la casa. —No puede estar por aquí, señorita — maldije para mis adentros al ser vista por
Tami—Hemos perdido meses de trabajo buscándolo, al llegar a la bodega, ya no había nadie.—Es porque ese hijo de puta siempre está un paso adelante de nosotros.—Se me hace que tienes un sapo — le corregí.—Puede que sí — resolvió con fastidio—. ¿Qué harás con la chica? ¿Irás por ella?—Faltaba más, no puedo dejar que mi palomita siga por más tiempo en las garras de ese perro.Cuando pretendía responderme con una de las suyas, el teléfono que está enlazado con el de Natalie, sonó alertandonos. Al leer el mensaje, nos miramos confundidos con Tao. Según nuestro informante, Royce seguía en la ciudad.—Es una buena oportunidad para sacarla de allá, ¿no?—Avisa a todos, salimos en cuanto la localicemos.—Claro, como tú digas.Encendí la pantalla y esperé con algo de impaciencia hasta que el sistema se estabilizara para poder dar con el punto exacto en el que la ha tenido por un mes completo encerrada. Llevo todo este tiempo buscando la manera de dar con el paradero de ellos, por supuesto
La sostuve por la cintura a modo que no fuera a caerse, pues se ve débil y un poco más delgada de lo que recuerdo. Ese sentimiento de culpabilidad se instaló en mi pecho al verla tan frágil y quebrada frente a mis ojos. Me había demostrado ser una mujer fuerte, orgullosa y que no se rendía ante nada, pero ahora mismo luce como una palomita en pésimas condiciones. Si hay alguien que comprenda el infierno que se vive con ese infeliz, esa soy yo, porque también lo viví en carne propia hace muchos años atrás.—Vámonos antes que... — la voz de Tao quedó silenciada tras el disparo que resonó en mi oído—. ¡Maldición!—Tranquila, palomita, él está con nosotros — quise sonar seria, pero no pude evitar reírme mientras Tao exclamaba no sé qué cosas en su lengua.—¿Estás segura que se puede confiar en él, Tami? ¡Es uno de ellos!—Sí, podemos confiar en el asiático cara de enfermo, te doy mi palabra. Pero debes guardar tus energías, belleza. Ahora mismo debemos irnos antes que los demás guardaespa
NatalieAl despertar me sentí más tranquila y descansada. También siento que dormí más de lo habitual, pero aún siento agotamiento físico, tal vez se deba a todo lo que pasó en la mansión de Royce. Al mirar a mi alrededor, me encontré con la maliciosa y juguetona mirada de Tami. No ha sido un sueño, en realidad ella me sacó de ese infierno.—Espero hayas dormido de maravilla, palomita. ¿Cómo te sientes?—Bien.—Me alegro, porque hay muchas cosas de las que tenemos que hablar.—¿Sobre qué quieres hablar? ¿Sucedió algo malo?—No que yo sepa. Primero que todo, encontramos el lugar donde Royce tiene a Wesley...Me levanté de golpe, pero un fuerte mareo me atacó de momento.—Tranquila, bebé, no te apresures — me acostó y me arropó con suavidad.—Debemos ir por él, no podemos perder tiempo, Tami.—Lo sé, pero tú no puedes ir así como estás. No puedo permitir que nada malo te ocurra en ese estado.—¿Qué estado? — no lo quería escuchar, pues me niego a ser madre de un hijo de ese bastardo.Sé
Días después de enterarme de mi embarazo, Tao; el asiático que no termina de convencerme del todo, Tomás, Tami y yo, nos encontrábamos terminando de planear el ataque a Royce. Pero ninguno de ellos quiere que me ponga en riesgo, más no hay poder humano que logre convencerme de no cumplir con la promesa que le hice a mi hermana, además, siento en lo más profundo de mi ser que Wesley me necesita.—No pueden dejarme a un lado. Tami, sabes muy bien que, aunque me digas que no, voy a ir por Wesley así sea por mi cuenta.—Me tienes hasta la madre con este tema, Natalie. Tengo que cuidar de ti y de mi sobrino, no puedo arriesgarlos. ¡Entiéndeme!—No nos va a pasar nada — la miré suplicante—. Déjame ir, ¿sí?—¿Por qué quieres ir? Dame una buena razón para ponerte en riesgo. Aún no sabemos a cuántos nos tenemos que enfrentar para sacarlo de allí, y que Royce no se haya pronunciado luego de arrancarte de sus manos es una advertencia.—Porque tengo que asegurarme que está bien, porque no he teni
Atravesamos el bosque en completo silencio, pisando las ramas y tratando de hacer el menor ruido posible, pues incluso el crujir de ellas bajo las suelas de nuestros zapatos puede considerarse nuestro principal enemigo. Mientras Tao caminaba al frente con una postura que evidencia su experiencia militar, yo iba cubriendo su espalda, vigilando que nadie nos viniera siguiendo.Sé de sobra lo mucho que me estoy arriesgando, pero esa parte racional y vengativa me asegura que estoy actuando de la manera correcta. Lo único que verdaderamente me tiene preocupada es mi bebé; después de todo, si ese infeliz se llega a enterar que estoy embarazada, es capaz de matarme a mí y mi hijo sin pensarlo dos veces. Y ese bastardo debe morir primero que yo.No sabemos a los que nos vamos a enfrentar una vez lleguemos a esa bodega, pero tenemos un objetivo entre ceja y ceja que nadie podrá arrancarnos del medio. Que Royce no haya matado a Wesley aún debe ser parte de algún plan, de eso estoy segura. Si no
El corazón se me detuvo por unos cuantos segundos pensando que había sido Wesley el receptor de esa bala, pero el alma volvió a mi cuerpo al ver la mano de Royce, en la cual hace un momento sostenía el arma, totalmente ensangrentada.—¡Ahora sí eres completamente mío, hijo de perra! — escuché la voz de Tami, más no le preste atención a ella ni a nadie más que no fuese a Wesley.Tao no tardó en someter a Royce contra el piso, presionando el cañón del arma en su cabeza y el pie en su espalda para evitar que pudiera escaparse.—¡Wesley! — corrí a él al verlo desvanecerse.Lo tomé entre mis brazos y lo apreté contra mi pecho, viendo su rostro amoratado, cubierto de sangre y más delgado de lo que recuerdo. El corazón se me partió un poco más; no obstante, una parte de mí se sintió en calma sabiendo que, aunque débil y muy malherido, sigue luchando para vivir.—Nat... — susurró casi sin fuerza.—No hables, Wes, ahora todo está bien — contuve las lágrimas para que no se diera cuenta lo mal q
WesleyDesperté con mucho dolor en el cuerpo, sobre todo, en mi espalda y mi abdomen; ya no sé qué lugar duele más. Me he estado acostumbrando al dolor físico y mental, pero no deja de ser agotador sentir que las energías se van de a poco de mi cuerpo. Si sigo luchando, es porque hice una promesa que cada vez veo más lejana,.pero que, por nada del mundo, pienso incumplir.Aunque ya estaba despierto, no quise abrir los ojos para seguir viendo ese infierno en el que han estado sometiendo desde hace largos días. No quiero recibir un golpe más por el simple hecho de pedir un cara a cara de Royce. Ese infeliz siempre se lava las manos y no es capaz de venir en persona a terminar lo que sus perros empezaron.Anoche soñé una vez más con Natalie. Su linda sonrisa, su tierna y fuerte mirada más el sabor dulce de sus besos es lo que me ha mantenido con vida. Le prometí tantas cosas que, verme en esta situación tan humillante, me deja como un charlatán más. Debe odiarme, y no la culpo; yo mismo