WesleyDesperté con mucho dolor en el cuerpo, sobre todo, en mi espalda y mi abdomen; ya no sé qué lugar duele más. Me he estado acostumbrando al dolor físico y mental, pero no deja de ser agotador sentir que las energías se van de a poco de mi cuerpo. Si sigo luchando, es porque hice una promesa que cada vez veo más lejana,.pero que, por nada del mundo, pienso incumplir.Aunque ya estaba despierto, no quise abrir los ojos para seguir viendo ese infierno en el que han estado sometiendo desde hace largos días. No quiero recibir un golpe más por el simple hecho de pedir un cara a cara de Royce. Ese infeliz siempre se lava las manos y no es capaz de venir en persona a terminar lo que sus perros empezaron.Anoche soñé una vez más con Natalie. Su linda sonrisa, su tierna y fuerte mirada más el sabor dulce de sus besos es lo que me ha mantenido con vida. Le prometí tantas cosas que, verme en esta situación tan humillante, me deja como un charlatán más. Debe odiarme, y no la culpo; yo mismo
—C-Cómo así? ¿Qué estás tratando de decir? — mi corazón no encontró cómo latir correctamente dentro de mi cuerpo.—Bueno, es que, en el afán de conocernos a fondo, no usamos ninguna protección — suspiró—. Wes, ya tú sabes a lo que me refiero. Sé que no es el momento correcto para tener un hijo más cuando entre tú y yo no existe una relación como tal, pero, debo confesar que, si este bebé no fuera tuyo, yo no estaría dispuesta a tenerlo.—¿Voy a ser papá? Pero ¿cómo? — no podía salir del asombro.—Sí, vas a ser papá. No creas que estoy tratando de hacer que te quedes a mi lado por obligación y mucho menos que estoy es un plan de querer amarrarte a mí, porque no es así. Afl igual que tú, aún no estoy del todo convencida que todo esto es un hecho...La tomé del rostro con delicadeza y me volví a perder en la profunda dulzura de su boca, deleitándome con ese suspiro que escapó entremedio de nuestros labios unidos.La vida es incierta, nunca sabemos con exactitud lo que vaya a pasarnos en
NatalieEn las últimas cuatro semanas no me he despegado ni un solo segundo de Wesley, tal vez porque estando a su lado y envuelta entre sus brazos es de la única forma en la que me siento segura y sin temor a nada. Aunque no hemos hablado del tema más importante entre los dos, sus muestras de cariño me hacen hacerme muchas ilusiones de un «nosotros».No hay necesidad de intimar sexualmente para recibir una tierna caricia o un largo beso de su parte. Y con el embarazo he estado el doble de sensible, por lo que, cada roce de sus manos o de sus labios, me lleva a conocer el punto más alto de la luna.El doctor que me atendió, que es un amigo muy cercano de Tomás, me programó una ecografía con él en su consultorio, pero la verdad no quiero conocer a mi bebé sabiendo que la basura aún está por ahí. El día que lo veamos, quiero tener la plena seguridad de que todo va a estar bien tanto para él como para nosotros. No quiero tener que enfermarme a miedos más adelante. Y Wesley comparte el mi
Tan pronto entramos a la bodega donde Royce ha estado todo este tiempo, él levantó la cabeza y nos sonrió. Su sonrisa se vio tan maquiavélica y sin temor alguno, que dudé por un segundo que vaya a sentir dolor o arrepentimiento por lo que ha hecho a lo largo de su vida.—Pero miren nada más quiénes han venido a verme. Las únicas dos personas en este mundo que amo con toda mi alma y que han decidido jugar a mis espaldas. ¿Por qué me haces esto, mi amor? — me miró fijamente, más no logré descifrar si estaba herido, enojado o solo se burlaba de mí—. Te lo he dado todo, no sé qué más quieres de mí.—Que te pudras en el infierno, maldito bastardo — rechiné los dientes, dando pasos lentos hacía él—. Nunca había conocido alguien tan enfermo y loco como tú. ¿En realidad te creas esos mundos en tu cabeza o solo te haces la santa paloma?—Abi, mi amor, ¿a qué estamos jugando?—¡No soy Abigail! — exploté, tomándolo del cabello y obligándolo a mirarme a los ojos—. Mi nombre es Natalie, que te que
Veinte minutos después, los motores de las camionetas resonaron a la distancia, dándonos aviso que ya estaban muy cerca para llegar a nosotros. De inmediato nos preparamos para recibirlo, aunque no sabíamos a ciencia cierta de qué forma iba a llegar.La primera camioneta se detuvo a una distancia prudente, más no salió nadie de ella. La siguiente se detuvo detrás de esta, y la puerta de los pasajeros se abrió, dejando ver a ese maldito bastardo con una expresión tan neutra y fría que a cualquiera congelaría en su lugar.No dijo ni una palabra incluso cuando ya se encontraba frente a nosotros. Estaba solo, desarmado, pero no deja de ser extraño que esté tan pacífico y sin atacarnos.—Vámonos y prometo dejar a tu querido con vida — propuso, refiriéndose a Wesley—. Bueno, prometo dejar a todos estos imbéciles con vida si vienes conmigo.—No voy a ir contigo a ningún lado.—No te lo estoy preguntando, cariño. Es que no tienes opción de elegir.—No sé quién estaba más corrido de la cabeza,
Wesley—¿Qué te sorprende? Si sabes de sobra que la gatita es igual de estúpida que su hermana — soltó una carcajada.—Cállate, pedazo de mierda.Lo golpee en el estómago, dejándolo al instante sin aire. No soporto más tener que escucharlo o verlo, se ha vuelto un fastidio tener que convivir por tanto tiempo con su presencia a cada paso que doy. Es una maldita sombra que no me permite respirar con tranquilidad. Y lo que más rabia me da, es que sea tan hijo de puta de seguir siendo un embaucador de primera calaña. Pero qué más se puede pedir, si él no desaprovecha oportunidad para salir siempre victorioso de las situaciones.Llevé sus brazos arriba de su cabeza, aprisionando sus muñecas con las cadenas mientras Tami amarraba cada uno de sus pies con las cuerdas que están sujetas del suelo.—Esta vez te falló tu poder convencimiento, hermanito — susurré en su oído, tensionando las sogas para dejarlo en forma de X—. Te confiaste demasiado en ti mismo.—No deberías cantar victoria tan pro
Advertencia: Contenido sensible....La humanidad se pierde en el momento en el que dejas de sentir empatía por el otro y empiezas a desearle el mal. El odio, el rencor y las ganas de querer hacer sentir lo que el otro nos hizo, son deseos que corroen el alma poco a poco hasta destruirla por completo. He sido enemigo de mí mismo durante muchos años a causa de este pensamiento y sentimiento de hacer pagar con la misma moneda a Royce. No quiero que Natalie se vea afectada de esa manera, no cuando tiene que ser fuerte para la llegada de nuestro hijo.Si bien le aseguré su participación, más no contaba con la llegada de un ángel que me hizo cuestionar cada uno de los pasos que he dado hasta ahora. Soy el hombre menos indicado para decirle cómo no debe ser su vida, si en la mía hecho cosas de las que hasta el día de hoy me arrepiento; entre ellas, no tener el valor suficiente de enfrentar un camino lejos de la maldad de Royce. En lugar de irme y vivir mi vida, me quedé a verlo destruir el
Tami—Todavía está vivo — aseguró Tomás, quitándose los guantes de sus manos.—Que aguante el de este hijo de perra. Estoy por creer que tiene pacto con el diablo — comenté.—¿Qué vamos a hacerle? Por mi parte, no pienso ensuciar mis manos con la mierda. Déjalo morir, o bien podría encargarme con mi bebé de él — Tao se encogió de hombros, acariciando suavemente la ametralladora que se encuentra colgada en su hombro.—Dale uno de esos remedios mágicos para despertarlo, Tomi.Tomás me miró como si me hubieran salido tres cabezas.—No son remedios, y no está dormido. De hecho, está bastante despierto, pero la perdida de sangre y el maltrato en el culo lo tiene así de ido.—Bueno, entonces métele potencia para que reciba mis cariños a lo grande — sonreí ladeado, golpeando sus mejillas con fuerza—. Quiero que sienta muy a gusto lo que mis bellas manos son capaces de hacer.—Abigail... — murmuró entre quejidos, tratando de llevar sus manos al trasero—. Maldita perra, me la vas a pagar.—Te