Desperté entre el medio del ahogamiento. Necesitaba tanto respirar, llevar un poco de aire a mis pulmones y soltar todo ese aire que se me está siendo robado, pero ese firme agarre en mi cabello me sometía rudamente, y no tenía ninguna intención de dejarme ir. A penas si podía tomar un respiro en lo que sacaban mi cabeza de una pileta de agua con sangre. Incluso tosía, pero volvían a meterme hasta que mis oídos se llenaran de agua y quedara sorda. Parecían eternos los segundos en los que me dejaban bajo el agua. Por más que enterrara mis uñas en el brazo del hombre, este no se inmutaba; todo lo contrario, con mayor firmeza y fiereza me sumergía hasta saciar su propio placer. —Creo que ya tienes suficiente — me susurró Royce al oído, torciendo mi cuello hacia atrás y obligándome a mirarlo a los ojos—. ¿Me gustaría saber cómo convenciste a Dupont para que me traicionara? ¿Cómo es que llegaste a él tan fácilmente? —parecía cuestionarse más para sí que para mí. Llevé aire a mis pulmones
Wesley—¿Qué está pasando? ¿Por qué me has mandado a llamar con suma urgencia? — le pregunté a Royce tan pronto llegué al club. —¿Cómo te ha ido con el marica? —Es difícil llegar a él, su pareja es un militar de alto rango. Lo dejé vigilado y con la orden de que, se encuentre solo, lo traigan. —Bien, de igual forma, ya no hay necesidad de usarlo — me ofreció un trago, y lo recibí sin comprender, hay algo en su mirar que me está alertando de que algo no está para nada bien—. Los Dupont no resultaron ser lo que esperábamos.—¿A qué te refieres? Explícate porque no estoy comprendiendo nada. —Ernesto Macías; agente encubierto de la DEA y Natalie Valencia; nuestra queridísima gatita fiera son sus verdaderas identidades. El mundo es pañuelo, ¿verdad? — sonrió ladeado, pero sé de sobra lo que esa sonrisa y esa expresión en su rostro significa. —¿Estás seguro de lo que me estás diciendo, Royce? — mi corazón latía a mil por segundo, pero debía mantener mi postura neutra y fría. —Desde lu
Advertencia: contenido violento y sensible.NatalieLlevaba diez días encerrada en ese cuarto, solo siendo visitada por la chica que me trae las comidas, cuando Wesley apareció. Verlo en buen estado y saber que ese desgraciado no le ha hecho nada me tranquilizó mucho. No había dejado de pensar ni un solo segundo en él, pues contaba los días para verlo.Así como me lo prometió, me trajo medicinas y me ayudó a bañar y a cambiar de ropas. Ese olor tan desagradable que estaba desprendiendo se fue de encima de mí. El agua tiene el poder de darme fuerzas, aún cuando cada instante las siento perdidas. Necesitaba una ducha con gran urgencia.Que Royce no haya hecho aún acto de presencia me pone a pensar. No sé si sea el encierro lo que me pone a echar a volar la imaginación, o en efecto se trataba de la fiebre que había presentado que todo me parecía que estaba en mi contra, pero que ese hombre esté tan tranquilo, no me da buena espina.Conté tres días luego de ese baño y, para mi sorpresa, R
—Limpien toda esta mierda — ordenó Royce una vez terminó de sacar toda su furia en mí—. Vámonos, hijo de puta — agarró a Wesley por debajo de los brazos, y lo detuve con la poca fuerza que aún me quedaba.—¿A dónde lo lleva? — musité, aferrándome de su mano.—A darle el mejor de los premios por ser tan buen hermano, faltaba más.Mi corazón seguía cada segundo más rompiéndose por dentro. Verlo tan pálido y casi sin fuerza, me da a entender que el disparo que recibió afectó más de la cuenta. No fue hasta que él lo alzó, que me di cuenta de la cantidad de sangre que estaba brotando de su espalda. Me sentía tan impotente al no poder hacer nada por el momento. Ese hijo de puta ahora mismo está nublado por la rabia y la traición que su única familia le dio. No puedo permitir que se lo lleve, pero tampoco tengo fuerzas para detenerlo.Aunque hice todo lo posible para no soltar su mano, su agarre en la mía se fue aflojando hasta que Royce logró sacarlo con dos de sus hombres. Muy seguramente
El infierno no es un lugar oscuro, ardiente y sin rastro de humanidad, donde somos absueltos de los pecados con castigos y sufrimientos por lo que nos reste de eternidad; el verdadero infierno es el que se vive en la tierra, ya sea pagando los pecados y nuestro mal proceder o viviendo de la injusticia y la crueldad de un ser que se denomina diablo por naturaleza. La maldad está siempre al asecho de los más inocentes, los más frágiles, llevándolos al borde de la locura con extremas torturas que van poco a poco acabando con el alma: y, desafortunadamente, yo entro en ese rango de personas marginadas por la misma vida y justicia, para ser servidas en bandeja de plata al diablo. Hace un mes no sé lo que significa el derecho de vivir en paz y feliz, no sé lo que es ver el sol iluminar mis días sin sentirme más miserable y perdida. Hace un mes perdí lo poco que me quedaba de humanidad. Quizás sea que me he resignado a seguir en mi destino; después de todo, eso fue lo que se me deparó desde
—Buenas noches, señores, les presento a mi mujer. Mi amor, ellos son mis socios más importantes — me presentó a un total de diez hombres de diferentes nacionalidades, pero me enfoqué en el asiático que no dejó de mirarme de una manera muy diferente a los otros. —Es un gusto conocerla, Sra. Ford — comentó uno de ellos, y mi corazón reaccionó de mala manera, no solo por lo detestable que es ser asociada con ese bastardo, sino por el hecho de que Wesley lleva ese mismo apellido a cuestas. —Natalie Valencia, aun no soy la Sra. Ford — le corregí, y todos sonrieron. —Pero muy pronto lo serás, ¿verdad, mi reina? — me atrajo a su cuerpo posesivamente, obligándome a verlo a los ojos. Su mirada me lo dijo todo, una vez salgamos de este lugar me irá muy mal. Mas no me dejé intimidar y lo reté con la mirada como hace mucho no lo hacía. Tal vez la Natalie valiente se ha marchitado con el pasar de los días, pero sé que esa mujer con entereza y resistencia aún sigue estando en mis adentros. Esa
En todo el tiempo que llevo conociendo a Tami, jamás me había sentido tan feliz de verla. Incluso su arrogancia me hacía mucha falta, pero, sobretodo, saber que se encuentra bien, me quita un gran peso de encima, ya que aquella vez que todo se fue por el caño, ella se encontraba con el agente de la DEA.—Deja de llorar, ya llegó tu príncipe sin pene para rescatarte — bromeó, envolviendo mi cuerpo en un abrazo que me supo a esperanza y vida—. No hay mucho tiempo antes que Royce venga a buscarte, así que presta mucha atención a mis palabras. Te daré un teléfono, guárdalo muy bien, ya sabrás tú el lugar adecuado para esconderlo, pero por nada del mundo puedes permitir que ese infeliz lo vea. Tendrás una señal de mí, únicamente cuando recibas mi mensaje. ¿Entendido? —asentí limpiando mis lágrimas—. Ahora bien, te daré un arma para que tengas los medios para defenderte por tu cuenta, por lo menos mientras no estes segura. Le hice una promesa a Wesley, y en verdad lamento haberme demorado e
Ha pasado una semana desde que volví a ver a Tami y desde que Royce se marchó de la mansión por cuestiones de trabajo. Sabiendo que no tengo ese pegostre encima todo el tiempo, me he dedicado a estudiar cada uno de los puntos ciegos de la casa con el fin de poder encontrar algún vacío y escapar. Hace días tengo en mente irme de aquí a como dé lugar, pues Wesley ha sido mi mayor empuje para liberarme de esas cadenas que ese infeliz puso en mi mente.La casa es enorme, sin contar que está en el medio de la nada. Hay bastantes hombres de seguridad a los alrededores, sobretodo en aquellas zonas donde no transita absolutamente nadie, pero debe haber algún lugar que no esté custodiado. Me aventuré a ir un poco más allá de la parte trasera de la casa, tomando un largo y angosto camino que lleva a un pequeño lago. Al otro lado del lago hay más bosque, no creo que haya una carretera cerca por este lado de la casa. —No puede estar por aquí, señorita — maldije para mis adentros al ser vista por