Advertencia: contenido violento y sensible.NatalieLlevaba diez días encerrada en ese cuarto, solo siendo visitada por la chica que me trae las comidas, cuando Wesley apareció. Verlo en buen estado y saber que ese desgraciado no le ha hecho nada me tranquilizó mucho. No había dejado de pensar ni un solo segundo en él, pues contaba los días para verlo.Así como me lo prometió, me trajo medicinas y me ayudó a bañar y a cambiar de ropas. Ese olor tan desagradable que estaba desprendiendo se fue de encima de mí. El agua tiene el poder de darme fuerzas, aún cuando cada instante las siento perdidas. Necesitaba una ducha con gran urgencia.Que Royce no haya hecho aún acto de presencia me pone a pensar. No sé si sea el encierro lo que me pone a echar a volar la imaginación, o en efecto se trataba de la fiebre que había presentado que todo me parecía que estaba en mi contra, pero que ese hombre esté tan tranquilo, no me da buena espina.Conté tres días luego de ese baño y, para mi sorpresa, R
—Limpien toda esta mierda — ordenó Royce una vez terminó de sacar toda su furia en mí—. Vámonos, hijo de puta — agarró a Wesley por debajo de los brazos, y lo detuve con la poca fuerza que aún me quedaba.—¿A dónde lo lleva? — musité, aferrándome de su mano.—A darle el mejor de los premios por ser tan buen hermano, faltaba más.Mi corazón seguía cada segundo más rompiéndose por dentro. Verlo tan pálido y casi sin fuerza, me da a entender que el disparo que recibió afectó más de la cuenta. No fue hasta que él lo alzó, que me di cuenta de la cantidad de sangre que estaba brotando de su espalda. Me sentía tan impotente al no poder hacer nada por el momento. Ese hijo de puta ahora mismo está nublado por la rabia y la traición que su única familia le dio. No puedo permitir que se lo lleve, pero tampoco tengo fuerzas para detenerlo.Aunque hice todo lo posible para no soltar su mano, su agarre en la mía se fue aflojando hasta que Royce logró sacarlo con dos de sus hombres. Muy seguramente
El infierno no es un lugar oscuro, ardiente y sin rastro de humanidad, donde somos absueltos de los pecados con castigos y sufrimientos por lo que nos reste de eternidad; el verdadero infierno es el que se vive en la tierra, ya sea pagando los pecados y nuestro mal proceder o viviendo de la injusticia y la crueldad de un ser que se denomina diablo por naturaleza. La maldad está siempre al asecho de los más inocentes, los más frágiles, llevándolos al borde de la locura con extremas torturas que van poco a poco acabando con el alma: y, desafortunadamente, yo entro en ese rango de personas marginadas por la misma vida y justicia, para ser servidas en bandeja de plata al diablo. Hace un mes no sé lo que significa el derecho de vivir en paz y feliz, no sé lo que es ver el sol iluminar mis días sin sentirme más miserable y perdida. Hace un mes perdí lo poco que me quedaba de humanidad. Quizás sea que me he resignado a seguir en mi destino; después de todo, eso fue lo que se me deparó desde
—Buenas noches, señores, les presento a mi mujer. Mi amor, ellos son mis socios más importantes — me presentó a un total de diez hombres de diferentes nacionalidades, pero me enfoqué en el asiático que no dejó de mirarme de una manera muy diferente a los otros. —Es un gusto conocerla, Sra. Ford — comentó uno de ellos, y mi corazón reaccionó de mala manera, no solo por lo detestable que es ser asociada con ese bastardo, sino por el hecho de que Wesley lleva ese mismo apellido a cuestas. —Natalie Valencia, aun no soy la Sra. Ford — le corregí, y todos sonrieron. —Pero muy pronto lo serás, ¿verdad, mi reina? — me atrajo a su cuerpo posesivamente, obligándome a verlo a los ojos. Su mirada me lo dijo todo, una vez salgamos de este lugar me irá muy mal. Mas no me dejé intimidar y lo reté con la mirada como hace mucho no lo hacía. Tal vez la Natalie valiente se ha marchitado con el pasar de los días, pero sé que esa mujer con entereza y resistencia aún sigue estando en mis adentros. Esa
En todo el tiempo que llevo conociendo a Tami, jamás me había sentido tan feliz de verla. Incluso su arrogancia me hacía mucha falta, pero, sobretodo, saber que se encuentra bien, me quita un gran peso de encima, ya que aquella vez que todo se fue por el caño, ella se encontraba con el agente de la DEA.—Deja de llorar, ya llegó tu príncipe sin pene para rescatarte — bromeó, envolviendo mi cuerpo en un abrazo que me supo a esperanza y vida—. No hay mucho tiempo antes que Royce venga a buscarte, así que presta mucha atención a mis palabras. Te daré un teléfono, guárdalo muy bien, ya sabrás tú el lugar adecuado para esconderlo, pero por nada del mundo puedes permitir que ese infeliz lo vea. Tendrás una señal de mí, únicamente cuando recibas mi mensaje. ¿Entendido? —asentí limpiando mis lágrimas—. Ahora bien, te daré un arma para que tengas los medios para defenderte por tu cuenta, por lo menos mientras no estes segura. Le hice una promesa a Wesley, y en verdad lamento haberme demorado e
Ha pasado una semana desde que volví a ver a Tami y desde que Royce se marchó de la mansión por cuestiones de trabajo. Sabiendo que no tengo ese pegostre encima todo el tiempo, me he dedicado a estudiar cada uno de los puntos ciegos de la casa con el fin de poder encontrar algún vacío y escapar. Hace días tengo en mente irme de aquí a como dé lugar, pues Wesley ha sido mi mayor empuje para liberarme de esas cadenas que ese infeliz puso en mi mente.La casa es enorme, sin contar que está en el medio de la nada. Hay bastantes hombres de seguridad a los alrededores, sobretodo en aquellas zonas donde no transita absolutamente nadie, pero debe haber algún lugar que no esté custodiado. Me aventuré a ir un poco más allá de la parte trasera de la casa, tomando un largo y angosto camino que lleva a un pequeño lago. Al otro lado del lago hay más bosque, no creo que haya una carretera cerca por este lado de la casa. —No puede estar por aquí, señorita — maldije para mis adentros al ser vista por
Tami—Hemos perdido meses de trabajo buscándolo, al llegar a la bodega, ya no había nadie.—Es porque ese hijo de puta siempre está un paso adelante de nosotros.—Se me hace que tienes un sapo — le corregí.—Puede que sí — resolvió con fastidio—. ¿Qué harás con la chica? ¿Irás por ella?—Faltaba más, no puedo dejar que mi palomita siga por más tiempo en las garras de ese perro.Cuando pretendía responderme con una de las suyas, el teléfono que está enlazado con el de Natalie, sonó alertandonos. Al leer el mensaje, nos miramos confundidos con Tao. Según nuestro informante, Royce seguía en la ciudad.—Es una buena oportunidad para sacarla de allá, ¿no?—Avisa a todos, salimos en cuanto la localicemos.—Claro, como tú digas.Encendí la pantalla y esperé con algo de impaciencia hasta que el sistema se estabilizara para poder dar con el punto exacto en el que la ha tenido por un mes completo encerrada. Llevo todo este tiempo buscando la manera de dar con el paradero de ellos, por supuesto
La sostuve por la cintura a modo que no fuera a caerse, pues se ve débil y un poco más delgada de lo que recuerdo. Ese sentimiento de culpabilidad se instaló en mi pecho al verla tan frágil y quebrada frente a mis ojos. Me había demostrado ser una mujer fuerte, orgullosa y que no se rendía ante nada, pero ahora mismo luce como una palomita en pésimas condiciones. Si hay alguien que comprenda el infierno que se vive con ese infeliz, esa soy yo, porque también lo viví en carne propia hace muchos años atrás.—Vámonos antes que... — la voz de Tao quedó silenciada tras el disparo que resonó en mi oído—. ¡Maldición!—Tranquila, palomita, él está con nosotros — quise sonar seria, pero no pude evitar reírme mientras Tao exclamaba no sé qué cosas en su lengua.—¿Estás segura que se puede confiar en él, Tami? ¡Es uno de ellos!—Sí, podemos confiar en el asiático cara de enfermo, te doy mi palabra. Pero debes guardar tus energías, belleza. Ahora mismo debemos irnos antes que los demás guardaespa