Después de disfrutar de un relajante baño, me dirijo hacia mi armario, para elegir un atuendo, debido a la llamada de Tania. Me ha pedido que la acompañe al aeropuerto, ya que hoy llega Sunny, quien aparentemente le agrada más de lo que yo imaginaba.Busco meticulosamente entre mis prendas y elijo unos pantalones negros ajustados que realzan mi figura, junto con una blusa de vuelo beige que le agrega un toque elegante a mi atuendo. Para complementar mi look, opto por unos zapatos cerrados del mismo tono beige. Me miro detenidamente en el espejo, satisfecha con mi elección. Decido hacer un delineado negro que resalte mis ojos y aplico un suave roce de gloss en mis labios. Para darle un toque final, recojo mi cabello en una media cola, mostrando mi rostro radiante y lleno de alegría.Le dedico una sonrisa a mi reflejo, lista para enfrentar el día con un poco de estilo y acompañar a Tania a darle la bienvenida a Sunny.Me dirijo a la cocina para prepararme una energizante taza de café. E
Detengo el auto con un nudo en la garganta y los ojos vidriosos una vez que llegamos al aeropuerto. El aire se siente denso y una lágrima traicionera escapa por mi mejilla, reflejando el torrente de sentimientos que me embargan en ese momento.Ella, con su compasión y calidez infinitas, rodea el auto rápidamente y se acerca a mí con una sonrisa tierna. Me tiende la mano, ayudándome a salir del vehículo. Una mezcla de gratitud y vulnerabilidad se entrelaza en mi interior al sentir su abrazo cálido y reconfortante. En ese instante, el mundo parece suspamente.— Tita, tu lo amas. Deja de ser tan dura con ambos. — Pero… endido en el abrazo compartido. Es como si el tiempo se detuviera, permitiéndome aferrarme a ella y encontrar consuelo.El abrazo perdura por unos momentos más, hasta que finalmente nos separamos con un suspiro compartido.— Ahora no duerme en la misma cama, se ha mudado completamente a la habitación de invitados, incluso a veces duerme en el sofá — le sigo contando — me
No puedo apartar la mirada del hombre que viene detrás de Sunny. Me pregunto constantemente qué hace él aquí, mientras mi mente se llena de aún más interrogantes. Siento la mirada de Tania sobre mí y, desvío la vista del hombre para observar a mi amiga. Intento encontrar alguna pista en su rostro que me ayude a entender lo que está sucediendo, pero su expresión es un enigma que no logro descifrar. Sin decir una palabra alguna, La miro fijamente por unos segundos.— ¿Estabas al tanto de esto? — le espeto con voz cortante luego de un breve instante.Su rostro cambia de colores por un momento. Sus mejillas palidecen rápidamente, contrastando con el tono rojizo que toma su nariz y sus ojos. Sus expresiones cambian de emoción a temor, como si estuviera experimentando el descenso en una montaña rusa de sensaciones internas.— Bueno… sí y no. — balbucea.— ¿Cómo que sí y no? ¿Qué significa eso? — insisto, sintiendo la frustración crecer en mi pecho.— Quiero decir que… bueno, que Sunny me co
Miro la hora en mi reloj, ya es momento de irme. Me despido de todos los presentes con una sonrisa y salgo del lugar en busca de un taxi. En ese instante, Will se ofrece gentilmente a acompañarme y acepto su ofrecimiento.— Y ¿Cómo te va a ti, Isa? — me pregunta mientras caminamos hacia la avenida. — Estoy bien Will — digo sin mirarlo a los ojos. — No me lo trago, Isa — dijo él, parándose frente a mí —. No puedo decir que te conozco muy bien, pero sé que algo te pasa. ¿Te fastidia que haya venido? Porque me siento como si te hubiera hecho algún daño irreparable.— ¿Qué? No, claro que no. — Aún puedo regresarme a Inglaterra si eso quieres.— No se trata de eso Will, solo me sorprendió verte aquí, eso es todo Él toma mi mano mientras esperamos y yo lo miro detenidamente.— Sé que no es asunto mío — admite — pero me importas y por eso me preocupo por ti.— Eso es dulce pero, no tienes de qué preocuparte.Después de varios intentos, por parar un taxi, finalmente logro llamar la atenci
Mientras lo miro, una extraña sensación de déjà vu invade mi ser. Su rostro luce sereno, pero de vez en cuando, noto que frunce el ceño. Seguramente por el tiempo que he pasado observandolo fijamente. Contemplar sus gestos y expresiones me recordaba la complicidad y confianza que alguna vez habíamos construido. — ¿Tengo que adivinar tus pensamientos o me dirás qué cosas transitan por tu mente? — pregunta sin dejar de mirar la carretera.— Solo estaba mirándote — respondo con una sonrisa — y pensaba en la última vez que, al igual que ahora, me quedé admirándote.Su risa llena el aire y no puedo evitar sonreír abiertamente ante su reacción. Sé exactamente a qué se debe esa expresión en su rostro e imagino qué vino a su mente. — Recuerdo muy bien ese momento — dice esta vez mirándome pícaramente. Sigo su juego pícaro, aunque su mirada me atrapa unos instantes.— ¿Qué es lo que recuerdas?— A mi esposa sonrojada por confesarme que me amaba.— ¿Fue un momento hermoso? — le pregunto, ton
Lentamente desciende por mi barbilla, dejando un rastro húmedo que despierta sensaciones intensas. Mis manos, llenas de deseo, acarician suavemente su pecho y espalda, dejando que mis dedos traigan a la vida cada detalle de su cuerpo. La pasión nos envuelve mientras su boca se encuentra con la mía en un beso ardiente.Sin frenar el impulso, mis manos se aventuran más allá, descendiendo hacia su erección con un atrevimiento travieso. Mis caricias, frenéticas y audaces, recorren su miembro de arriba abajo, sintiendo cómo se tensa bajo mi contacto. En medio de la pasión, sus labios encuentran mis pechos, dedicándoles una devoción inigualable. El deseo nos consume a ambos, y él se eleva sobre mí, volviendo a atacar mis labios con una entrega apasionada. Sus manos expertas descienden por mi cuerpo, rozando suavemente mi piel y despertando un fuego interno que se intensifica a medida que sus dedos llegan a mi entrepierna. Con movimientos rítmicos, acarician y frotan con precisión, haciendo
Yo me quedo mirando a Tania, una sonrisa juguetea en sus labios. Probablemente conoce a alguien en el lugar. Avanzamos hacia el portero, un hombre alto y fornido, de tez morena, su mandíbula cuadrada le da una apariencia imponente. Noto cómo sus ojos se iluminan al ver a Tania y, con un gesto efusivo, la saluda amigablemente.— ¡Tan, qué alegría verte!— ¡Hola Rich! — responde Tania devolviendo el saludo — ¿Ha pasado mucho tiempo, verdad?— Sí, te he echado de menos — responde él con una sonrisa — ¿Vienen a divertirse? — pregunta mientras nos mira a Sunny y a mí.— ¡Claro que sí, cariño!— Entonces, pasen — dice quitando el cordel de la entrada, cediéndonos el paso.— Gracias, Rich, eres un encanto — responde Tania mientras se contonéa descaradamente frente a él. Luego, le lanza un beso al aire y él hace el gesto de atraparlo, colocando una mano en el corazón.— El encanto eres tú, Tania — responde Rich, y le guiña el ojo.Sunny y yo seguimos a Tania, me acerco a ella y le tomo el bra
Veo a Will hacerle señas a un taxi mientras nos encontramos en medio de la abarrotada calle. El ruido de los autos y la música de fondo se fusionan en una cacofonía que se mezcla con mis pensamientos confusos. Con una mano temblorosa, me agarro de su brazo mientras nos acercamos al vehículo. La ciudad parece difuminarse a mi alrededor, como si estuviera viéndola a través de un cristal empañado.Finalmente, el taxi se detiene y Will me ayuda a subir con gentileza. Me acomodo en el asiento trasero y una sensación de aturdimiento se apodera de mí. Tal vez sea el efecto del alcohol en mi cuerpo que se intensifica, o quizás sea el estado de shock luego de recibir aquel mensaje inesperado. Mi mente se nubla y siento una mezcla de emociones revoloteando en mi interior: confusión, preocupación y una punzada de miedo.Mientras el taxi se desliza por las calles iluminadas, me quedo sumida en mis pensamientos. Me niego a creer que estoy experimentando esto una vez más. Con manos nerviosas, vuel