La atmósfera del pequeño café estaba llena de animadas charla y risas. . Las mesas, en su mayoría estaban ocupadas y el ambiente se contagiaba de una sensación de camaradería.Mi amiga, con su contagiosa sonrisa en el rostro, me toma de la mano y nos adentramos en el centro del café, donde el espacio se abre lo suficiente como para permitirse hacerme girar lentamente. — ¡Wow, estás radiante, Tita! — exclama emocionada.Aunque comparto su entusiasmo, también un torbellino de emociones se agitaba en mi interior. Una pequeña inquietud se arraigaba en mí, creando una sensación agridulce en mi ser. Aunque trato de mantenerme positiva, ese pequeño nudo persiste, por más que trato de ignorarlo.— ¡Gracias! No lo puedo negar — admito sincera — Me siento realmente bien hoy — añado, con una sonrisa.— ¿Qué te tiene tan feliz? Quiero saber todos los detalles.— Tengo un par de razones.Una vez que pedimos nuestras bebidas, el silencio se hizo presente. Ella, con una leve expresión de cautela en
En la oscuridad de la noche, mientras observaba las luces de la ciudad desde la ventanilla del coche, una determinación comenzó a crecer dentro de mí. Estaba lista para enfrentar lo que viniera, para explorar mi propio corazón y exigir lo que merecía.Cada vez que cerraba los ojos, los recuerdos de aquel encuentro mágico, cuando nos conocimos, se agolpaban en mi mente, llenando cada recoveco de mis pensamientos. Desde el primer momento en que nos vimos, su presencia ejerció sobre mí un magnetismo irresistible, como si estuviéramos destinados a estar juntos. Era fácil para él conquistarme, su encanto era tan poderoso que me envolvía de forma inexplicable cada vez que compartíamos momentos juntos. Sin embargo, a pesar de esa conexión intensa, sabía que para reconstruir nuestra confianza por completo, Adrien debía esforzarse. Era necesario que demostrara con acciones concretas su compromiso y disposición.La noche anterior estaba ansiosa mientras regresaba a casa después de visitar a So
Mientras avanzábamos hacia el restaurante, mis manos sudan ligeramente y mi corazón late un poco más rápido de lo normal. Intento mantener mis nervios bajo control, recordándome a mí misma que ya he pasado por situaciones similares antes. «¡Cálmate!» Me regaño internamente, tratando de encontrar esa tranquilidad que tanto necesito en este momento. Sé que es importante mantener la compostura para poder disfrutar plenamente de la experiencia culinaria que nos espera.Adrien de vez en cuando echa discretas miradas en mi dirección, tratando de captar mis emociones en el momento. Aunque mi mirada se mantiene fija en el camino, mi atención está en él, consciente de su interés por saber cómo me encuentro. Finalmente, llegamos al elegante restaurante. Adrien baja del auto y rápidamente rodea el vehículo para abrir mi puerta. Observo cada uno de sus movimientos mientras respiro profundamente dos veces, una pequeña medida para tranquilizarme antes de dar el siguiente paso. Sé que este gesto
El mesero gentilmente coloca nuestros platos en la mesa y mi apetito se despierta ante la deliciosa comida que se presenta ante nosotros. A medida que empezamos a saborear cada bocado, aprovecho el momento para iniciar una conversación. Le pregunto sobre su trabajo y él, con una sonrisa amable, me revela que tiene proyectos en marcha relacionados con la adquisición de nuevos proveedores, para expandir la cartera y ofrecer un mejor servicio y de alta calidad en los hoteles. Además me cuenta sobre los retos y oportunidades que ha encontrado en su rol.Continúa hablando sobre su trabajo y puedo notar la pasión en sus palabras, también la energía que lo impulsa. Es evidente que encuentra una gran satisfacción en su labor y está dispuesto a poner el tiempo y esfuerzo necesario para asegurar que todo esté perfecto. Es inspirador ver a alguien tan entregado y comprometido.— ¿Qué tal tu día, preciosa? — Pregunta con interés — ¿Cómo está Tania? Hace mucho que no la veo.Mi semblante se anima
Después de disfrutar de un relajante baño, me dirijo hacia mi armario, para elegir un atuendo, debido a la llamada de Tania. Me ha pedido que la acompañe al aeropuerto, ya que hoy llega Sunny, quien aparentemente le agrada más de lo que yo imaginaba.Busco meticulosamente entre mis prendas y elijo unos pantalones negros ajustados que realzan mi figura, junto con una blusa de vuelo beige que le agrega un toque elegante a mi atuendo. Para complementar mi look, opto por unos zapatos cerrados del mismo tono beige. Me miro detenidamente en el espejo, satisfecha con mi elección. Decido hacer un delineado negro que resalte mis ojos y aplico un suave roce de gloss en mis labios. Para darle un toque final, recojo mi cabello en una media cola, mostrando mi rostro radiante y lleno de alegría.Le dedico una sonrisa a mi reflejo, lista para enfrentar el día con un poco de estilo y acompañar a Tania a darle la bienvenida a Sunny.Me dirijo a la cocina para prepararme una energizante taza de café. E
Detengo el auto con un nudo en la garganta y los ojos vidriosos una vez que llegamos al aeropuerto. El aire se siente denso y una lágrima traicionera escapa por mi mejilla, reflejando el torrente de sentimientos que me embargan en ese momento.Ella, con su compasión y calidez infinitas, rodea el auto rápidamente y se acerca a mí con una sonrisa tierna. Me tiende la mano, ayudándome a salir del vehículo. Una mezcla de gratitud y vulnerabilidad se entrelaza en mi interior al sentir su abrazo cálido y reconfortante. En ese instante, el mundo parece suspamente.— Tita, tu lo amas. Deja de ser tan dura con ambos. — Pero… endido en el abrazo compartido. Es como si el tiempo se detuviera, permitiéndome aferrarme a ella y encontrar consuelo.El abrazo perdura por unos momentos más, hasta que finalmente nos separamos con un suspiro compartido.— Ahora no duerme en la misma cama, se ha mudado completamente a la habitación de invitados, incluso a veces duerme en el sofá — le sigo contando — me
No puedo apartar la mirada del hombre que viene detrás de Sunny. Me pregunto constantemente qué hace él aquí, mientras mi mente se llena de aún más interrogantes. Siento la mirada de Tania sobre mí y, desvío la vista del hombre para observar a mi amiga. Intento encontrar alguna pista en su rostro que me ayude a entender lo que está sucediendo, pero su expresión es un enigma que no logro descifrar. Sin decir una palabra alguna, La miro fijamente por unos segundos.— ¿Estabas al tanto de esto? — le espeto con voz cortante luego de un breve instante.Su rostro cambia de colores por un momento. Sus mejillas palidecen rápidamente, contrastando con el tono rojizo que toma su nariz y sus ojos. Sus expresiones cambian de emoción a temor, como si estuviera experimentando el descenso en una montaña rusa de sensaciones internas.— Bueno… sí y no. — balbucea.— ¿Cómo que sí y no? ¿Qué significa eso? — insisto, sintiendo la frustración crecer en mi pecho.— Quiero decir que… bueno, que Sunny me co
Miro la hora en mi reloj, ya es momento de irme. Me despido de todos los presentes con una sonrisa y salgo del lugar en busca de un taxi. En ese instante, Will se ofrece gentilmente a acompañarme y acepto su ofrecimiento.— Y ¿Cómo te va a ti, Isa? — me pregunta mientras caminamos hacia la avenida. — Estoy bien Will — digo sin mirarlo a los ojos. — No me lo trago, Isa — dijo él, parándose frente a mí —. No puedo decir que te conozco muy bien, pero sé que algo te pasa. ¿Te fastidia que haya venido? Porque me siento como si te hubiera hecho algún daño irreparable.— ¿Qué? No, claro que no. — Aún puedo regresarme a Inglaterra si eso quieres.— No se trata de eso Will, solo me sorprendió verte aquí, eso es todo Él toma mi mano mientras esperamos y yo lo miro detenidamente.— Sé que no es asunto mío — admite — pero me importas y por eso me preocupo por ti.— Eso es dulce pero, no tienes de qué preocuparte.Después de varios intentos, por parar un taxi, finalmente logro llamar la atenci