Chiara no podía pronunciar palabras, aún estaba aterrada y con mirada desorbitada, pues nunca esperó que Maximiliano la quisiera lejos, y ahora se quedaba sin salida. La verdad estaba muy clara frente a sus ojos, Maximiliano no la quiere como esposa, y de quedarse a darle guerra a Isabella debe elegir poner en riesgo su carrera.«Me gusta Maximiliano, pero me gusta más mi vida llena de comodidades y mi familia ya no quiere darme dinero», se dijo a sí misma, poniendo en una balanza lo que está dispuesta a perder.—¿Tanto me detestas?— le preguntó con pena fingida para conmover su corazón pero fue lo contrario, dado que él sonrió ladino viéndose malicioso.«Un truco demasiado simple», dedujo él.—Si te detestara hace tiempo que te habría echado de mi empresa y de mi vida, sin embargo, he soportado todos tus trucos estúpidos, y alborotos inútiles. Chiara alzó ambas cejas creyendo que en algún momento él la amó.—El hecho de que me agradas como persona no significa que deba soportar toda
Cuando llegaron a la empresa, el sonrojo tiñó las mejillas de Isabella al ver que Emiliano estaba siendo cuidado por la asistente de Maximiliano y como lo había acusado directamente de haber mandado al pequeño lejos para que ella no lo viera se mordía el labio inferior con vacilación; ya que dudaba entre pedirle disculpas o no hacerlo porque siente que si lo hace él se regocijará, ya que lo considera demasiado arrogante.Emiliano la vio y le dedicó una sonrisa que a Isabella le iluminó la vida, y todo lo malo que le ha pasado se quedó en un segundo plano, ella igual le devolvió la sonrisa y cuando empezó su andar para aproximarse a él fue halada por un brazo, y su espalda chocó con el pecho duro de Maximiliano, quien le susurró:—No te disculparás—. Él la sintió tensarse.—¿Por qué? — preguntó, aunque sabía, y una mano rodeaba con posesividad su cintura, por lo que dejó de respirar y empezó a mirar a todos lados con nerviosismo y vergüenza.—Porque me acusaste injustamente, ¿no es eso
Hugo trató de salir a pasos acelerados de la oficina de Maximiliano, pues no se quedaría a soportar sus gritos, sabiendo bien que cuando se enfada es incontrolable y no entiende de razones, pero antes de salir le entregó un reporte que traía junto al contrato y al ponerlo con rudeza sobre el pecho de Maximiliano le dijo:— Aquí está mi motivo para hacer el negocio con Isabella, aun suponiendo para qué le urgía conseguir el dinero. Ambos—. Los señaló con facciones endurecidas como un padre antes de regañar a sus hijos.» Ustedes son dos testarudos llenos de soberbia que no saben arreglar sus problemas si no es discutiendo. Luego se enfocó solo en Maximiliano y manifestó:—Cuando leas este reporte te darás cuenta de por qué la mujer que amas es tan arisca.Isabella seguía con el ceño fruncido, pues no entendía cómo un hombre que apenas lleva dos días conociéndola, puede hablarle con tanta confianza como si la conociera desde hace mucho, incluso se atreve a reprenderla. Hugo salió dejan
Maximiliano no podía procesar como Blas, es un hombre tan siniestro que utilizaba a su propio nieto Maikel Sued como chivo expiatorio; le había echado toda la culpa de lo ocurrido al muchacho, inventando una historia muy rebuscada, pero que fue considerada por los jueces como un argumento aceptable para dejarlo en libertad.Ambos veían los noticieros y no podían dejar de ver la sonrisa de triunfo en la cara de Blas cuando iba saliendo del estrado y por más que los periodistas le hacían preguntas para qué diera detalles de lo sucedido no mencionaba nada, todo se estaba quedando tapado, solo los abogados y jueces conocen la razón y el problema familiar.—No me esperaba que Blas iba a echar toda la mugre sobre su segundo nieto preferido, ese hombre es maquiavélico— murmuró Isabella pensando que él había decidido pagar por todo lo que ha hecho, pero, por el contrario, ese demonio no parece tener remordimiento.—Ya ves, él no parece amar a nadie más que a sí mismo, supongo que tus primos s
Dejando que Hugo se hiciera cargo de todo con relación a la empresa y a todas las llamadas que empezaron hacerle los canales de prensa a Maximiliano después de que Blas anunciara que el hijo ilegítimo de Maximiliano Gil es hijo de Isabella, Maximiliano fue directo al departamento junto con Emiliano e Isabella, quién seguido llegó tomó un baño y se acostó, porque no tenía ánimos de nada, solo quería desaparecer, puesto que cuando creyó que al fin todo había terminado acababa de empezar.—Papá, ¿qué le pasa a mi mamita? — preguntó Emiliano lleno de inocencia y Maximiliano, que estaba preparando algo para que Isabella comiera, dejó de mover los vegetales dentro de la sartén para agacharse, poniéndose a la altura del pequeño. —A mamá le duele la cabeza, por eso estamos cocinando para ella. Llamé a la niñera para que cuide de ti mientras yo cuidare de tu mamita— le explicó y el pequeño asintió, aunque no conforme.—Yo podría ayudarte— propuso con el fin de quedarse junto a ellos.—Qué ta
Esa mañana Maximiliano tuvo que ir a la empresa en la cual él es socio de Oliver al igual que lo es Isabella y aunque sus planes eran regresar de inmediato la junta se extendió un poco más por lo que no pudo acompañar a Isabella quien fue solicitada a declarar por el fiscal que lleva el caso que se abrió después de las denuncias públicas que Blas hizo en su contra.Al culminar con la junta fue notificado por su conductor de que Isabella fue apresada, hasta que se obtuvieran algunas evidencias que demuestren su inocencia, porque ninguna de las que Blas entregó era consistente para condenarla definitivamente, pero siendo sospechosa de asesinato debían mantenerla bajo medida de cohesión.—¡¿Esto no puede estar ocurriendo?!— Maximiliano bramó histérico asustando al hombre que lo veía con recelo, él le había encargado que debía llevar a Isabella y mantenerla a salvo de la gente de Blas.—Maikel Sued fue puesto bajo arresto domiciliario, Blas Sued contrató a muy buenos abogados para él— le
Maximiliano estaba inquieto y veía el reloj en su muñeca una y otra vez; recostado de su auto esperaba en el estacionamiento por Isabella, y aunque había entrado varias veces a buscarla los agentes le pedían que debía esperarla fuera.—¡Me desesperas cada vez que miras ese jodido reloj! — le reprochó Oliver quien había ido también.—No sé para qué demonios estás aquí— rezongó Maximiliano con evidente molestia. Hoy le causaba envidia que él fuera a llevarse el triunfo por haberla ayudado a salir de prisión, le reconoce el mérito pero que quiera aprovecharse de eso para brillar delante de Isabella lo pone loco de celos.—Qué no se te olvide Gil, Isabella sigue siendo mi prometida— le dijo Oliver para fastidiarlo, pues ya sabía que esa mentira morirá pronto.—No por mucho, créelo, Isabella pronto será mi esposa— le estrujó a la cara y Oliver soltó un bufido. ***Gracias a las evidencias Isabella había sido declarada inocente y pronto le darían su libertad, pero antes
—¡¡Ay mi cabeza!!— soltó Isabella en un quejido cuando al fin despertó con un fuerte dolor que creyó que le explotaría la cabeza, y ni siquiera quería abrir los ojos.—¿Mamita estás bien? —. La voz infantil de Emiliano la hizo abrir los ojos, dándose cuenta de ese modo que no estaba en su departamento sino en el de Maximiliano. Emiliano y la niñera la veían como a la espera de su reacción, entonces ella vio que la mujer tenía en la mano una bolsa con hielo.—Si mi amor, mamá está bien, solo tiene un poquito de dolor—. Le tocó el mentón al infante de manera cariñosa para no crear preocupación en él. —Pero tu cabeza parece la de un unicornio, y no quiero que te duela—. La ocurrencia del pequeño la hizo reír en medio del dolor, y luego arrugó el rostro.—No te preocupes, es muy mínimo.Le mostraba dejando un pequeño espacio entre el dedo pulgar y el índice cuando agregó:» Así de poquito es mi dolor—¿Qué me ha sucedido? — preguntó aturdida, ya que de inmediato recordó que estaba siendo