C22 - Esa Eva ya no existe.

Eva regresó al trabajo con la cabeza en alto, a pesar de que el nudo en su estómago no desaparecía. El eco de sus propios pasos en el piso reluciente le recordaba lo mucho que había cambiado en tan poco tiempo. Aun así, estaba decidida a seguir adelante. Apenas se sentó en su escritorio, su compañera Carmen apareció en la puerta con una sonrisa entre culpable y aliviada.

— Así que ya volviste — dijo Carmen, apoyándose en el marco de la puerta.

Eva le devolvió la sonrisa y asintió.

— Sí. Y tú, ¿cómo estás?

Carmen avanzó unos pasos y, para sorpresa de Eva, se puso en cuclillas a su lado, con una expresión de genuina preocupación.

— Esa es la pregunta que debería hacerte yo — susurró. Luego, bajó la mirada y apretó los labios antes de continuar —. Perdóname, Eva. No supe cuidarte. Yo… yo no debí dejarte sola. Soy una pésima amiga.

Eva soltó una risa corta y negó con la cabeza.

— No deberías preocuparte por eso, Carmen. No eres mi niñera, eres mi amiga. Además, estabas celebrando tu cumpl
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