El sol comenzaba a salir cuando Liam llegó a la manada con Logan a su lado, un niño que irradiaba energía y curiosidad por el mundo que lo rodeaba. Sin embargo, su llegada no estuvo exenta de tensión. Agnes caminaba de un lado a otro, rígida y con los labios apretados. No estaba de acuerdo con que Logan fuera visto por la médica de la manada, Alaia, y no había dejado de hacer comentarios sobre eso desde que Liam había mencionado la visita.—No confío en esa mujer —gruñó Agnes mientras caminaban hacia la clínica—. No quiero que Logan esté cerca de ella.Liam suspiró, visiblemente cansado de la conversación. Había intentado razonar con Agnes desde que regresaron, pero ella no cedía.—Ya basta, Agnes. —Su voz fue firme, pero no alzó el tono—. Alaia es la médica oficial de la manada, la mejor que tenemos. Logan necesita un chequeo, y no voy a discutir esto más. Tus celos y paranoia no pueden interferir en esto.Agnes apretó los labios, sabiendo que estaba perdiendo la discusión. Sin emba
Alaia abrió la puerta con una expresión neutral, aunque su interior estaba lejos de esa calma fingida. Al otro lado, Nolan la miraba fijamente, con el ceño ligeramente fruncido. Intentaba descifrar algo en su rostro, alguna pista de lo que le estaba ocurriendo. Alaia se había secado las lágrimas antes de abrir, pero su nariz roja y los ojos ligeramente hinchados la delataban.—¿Estás bien? —preguntó Nolan con suavidad, sin apartar la mirada de ella.—Sí —respondió ella rápidamente, apartando la vista para evitar que viera más allá de esa respuesta superficial.El silencio se hizo incómodo por un instante. Alaia cerró la puerta con un leve golpe y se dirigió hacia su escritorio para recoger sus cosas, evitando la mirada insistente de Nolan.—Es hora de volver a casa —dijo mientras agarraba su abrigo, evitando cualquier otro comentario que pudiera prolongar la conversación.Nolan, sin embargo, no se movió. Ladeó la cabeza ligeramente y la observó con detenimiento.—Puedo llevarte si qu
La noche anterior, Nolan conducía por la carretera oscura de vuelta a su casa. El rugido del motor y el viento que entraba por la ventanilla entreabierta no lograban disipar la sonrisa que adornaba su rostro. Recordaba el momento exacto en que se inclinó hacia Alaia, ella con su rostro confundido y los ojos amplios por la sorpresa. Se había quedado congelada por un instante, lo justo para que él pudiera saborear ese desconcierto. No la había besado en los labios, no aún, pero la cercanía había bastado para encender algo en su interior.—Eres un caso interesante, Alaia Grayson —murmuró para sí mismo mientras sus manos sujetaban el volante con firmeza.Se dijo que poco a poco estaba rompiendo esa muralla que ella había levantado alrededor de su corazón. Una muralla casi impenetrable que en lugar de desalentarlo, lo atraía más.Sabía que sería difícil, pero eso solo lo motivaba más. Alaia era un desafío, y Nolan nunca había sido de los que se rendían fácilmente. —Poco a poco, Alaia—mu
Luego de realizar los exámenes a Logan, el pequeño salió corriendo del consultorio de la doctora Grayson con su habitual energía. Alaia lo observó con una sonrisa ligera en los labios, pero su corazón latía a un ritmo más acelerado de lo normal. Liam, caminando detrás de Logan, notó la presencia de Nolan en la sala de espera. No era la primera vez que notaba la creciente cercanía de su hermano hacia la doctora, y eso le desagradaba profundamente.—¡Tío Nolan! —Logan se mostraba muy entusiasmado hacia él, cosa que hizo que Liam apretara la mandíbula, tenso.Nolan se enderezó al verlos salir del consultorio, y caminó hacia ellos con una confianza que irritó aún más a Liam. —¡Hola, campeón! —Nolan alzó a su sobrino, quien comenzó a reír, alzando los brazos.Alaia sintió una punzada en el pecho al ver esa imagen, pero mantuvo su rostro impasible.—Doctor Nolan —saludó con un leve asentimiento de cabeza.Nolan no respondió de inmediato, manteniendo sus ojos fijos en ella, como si intenta
Antes de que se fueran, Alaia, aprovechando el momento, les extendió una simple invitación.—Si no tienen planes esta tarde, podría llevar a Logan al parque. Estaré allí con mi hija, y podrían jugar juntos —sugirió con una sonrisa.Liam la miró fijamente por unos segundos, procesando la propuesta. Sabía que tendría que mentirle a Agnes, quien seguramente lo cuestionaría si lo descubría. Pero al mismo tiempo, la idea de pasar más tiempo con la doctora Grayson era demasiado tentadora.—Me parece una buena idea —respondió finalmente, con una sonrisa ladeada—. Logan también estará encantado de ir.Mientras se alejaban del hospital, Nolan, que había estado escuchando su conversación desde un rincón, decidió que era demasiado. Estaba claro que ese interés de Alaia era más personal. Sentía una creciente desconfianza, ya que para él, Logan no mostraba signos de anemia severa. Frunció el ceño y esto lo impulsó a querer descubrir qué estaba ocurriendo realmente.Nolan entró al consultorio co
Nolan intentó acercarse más a donde estaban Liam y Alaia con los niños, pero en su intento de mantenerse discreto, no vio una raíz saliente en el suelo y tropezó de manera aparatosa. Cayó al suelo con un ruido sordo, llamando la atención de todos. El impacto fue lo suficientemente fuerte como para sacarle un gruñido de dolor mientras intentaba levantarse.Logan, al reconocerlo de inmediato, corrió hacia él, con una gran sonrisa en el rostro y una energía que no reflejaba la anemia que supuestamente sufría.—¡Tío Nolan! —gritó Logan, jalándolo del brazo—. ¡Qué bueno verte aquí! Tienes que conocer a mi amiga.Nolan, aún recuperándose de la caída, apenas tuvo tiempo de asentir antes de que su sobrino lo arrastrara hacia donde estaba Sally. Cuando Nolan la vio de cerca, no pudo evitar notar el sorprendente parecido entre los dos niños. Aunque Sally tenía rasgos más delicados y femeninos, la similitud con Logan era innegable. Los mismos ojos brillantes, la misma sonrisa traviesa, en fin,
—¿Qué carajos…? —La voz ronca y contenida de Nolan cortó el aire como un cuchillo.Alaia sintió cómo un frío helado le recorría la espalda. Vio cómo las facciones de Nolan se endurecían aún más. Su mirada, antes llena de curiosidad, ahora estaba teñida de frialdad y desconfianza. Su corazón comenzó a latir descontroladamente, casi podía oír los latidos en sus oídos. La hoja en la mano de Nolan parecía un objeto tan simple, pero el contenido era devastador. “Me ha descubierto, diosa luna. ¿Y ahora qué hago?”, pensó con desesperación. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, atrapada entre el miedo y el deseo de tomar el papel antes de que él lo leyera completamente.Intentó acercarse a él, forzando una sonrisa que no llegaba a sus ojos, aunque su rostro delataba el terror.—Dame eso —pidió, tratando de mantener su voz calmada, pero la desesperación teñía cada palabra.Nolan dio un paso atrás, su semblante era frío e impenetrable. Sostenía el papel en alto, manteniéndolo fuera de su
Nolan se encontraba sentado en el borde de la cama, mirando la ventana sin realmente ver lo que había fuera. Todo parecía moverse lentamente, como si el mundo hubiera decidido darle una tregua, pero su interior era un torbellino de emociones. A pesar de la aparente fría calma que mostraba por fuera, su pecho estaba revuelto por un reverbero constante de sentimientos. ¿Y si todo lo que Alaia había dicho era cierto? ¿Y si su cuñada Agnes había robado a Logan?Las palabras de Alaia resonaban en su mente, pero no podía permitirse detenerse demasiado en los "y si". Lo único claro para él era que haría todo lo posible para obtenerlas, sin importar a quién tuviera que enfrentar.—No hay tiempo para sentimentalismos —se dijo en voz baja, mientras se ponía de pie con decisión.Si Alaia tenía razón, la clave estaba en el pasado. Las fotos del embarazo de Agnes podrían ser la primera pista para desmentir o confirmar lo que le había contado. No había mejor lugar para buscar esas fotos que en la