Capítulo 209.

La siguiente vez que desperté me encontraba en un lugar frío y con poca luz.

No abrí los ojos porque no era idiota. Alguien me había secuestrado y no le avisaría que ya había recuperado la consciencia.

Lo primero que hice fue revisar mis músculos. No estaba atada.

Lo segundo fue revisar mi boca. No tenía el sabor de nada extraño.

Un poco más tranquila me dediqué a revisar mi entorno a través del sonido. Ahí no había nada.

O si lo había permanecía mortalmente quieto para que yo no pudiera detectarlo.

Me decidí a finalmente abrir los ojos y casi suelto una maldición. Me habían metido en una jaula en un sitio del que ya había salido en las últimas horas.

Me senté tranquilamente a esperar a mis captores porque, efectivamente, no había nadie cerca.

El resto de las jaulas oxidadas y abiertas brutalmente aún permanecían en el mismo sitio.

Calavera, el jodido sádico, me había traído de regreso hasta su guarida.

Tenía una leve punzada en el cráneo que ignoré lo mejor que pu
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