Subí por aquella espiral tan rápido como pude dejando atrás a otros cuatro compañeros que se encontraban defendiendo la intersección. Ellos se veían bien. Quizá algo cansados pero bien, me interesaban más los que se encontraban luchando arriba. Al llegar a la luz del sol me detuve solo un segundo para evaluar la situación.Los frascos que les había dejado ahora estaban vacíos, pero las muecas en sus rostros, el sudor de sus frentes y algunos temblores me decían que no se encontraban bien.Por supuesto que no lo hacían. Aquellos frascos solo disminuían el efecto del veneno, no lo eliminaban. Y con el ejercicio que estaban haciendo solo propagaban más rápido por todo su cuerpo la sustancia tóxica. Mi pareja, un poco más allá, se encontraba esquivando garras y pateando lobos en su forma humana. Era una buena estrategia para mantenerlos alejados de sus puntos vitales que, sin duda, atacarían en cuanto vieran la posibilidad. Me estremecí al recordar por un segundo su forma casi inerte
Solo me dió el tiempo justo para regresar porque ya comenzaban a llegar los primeros Renegados. Corrí hacia mi compañero herido de la pierna y le pregunté si estaba bien. -Sobre... viviré. - Gruñó. Machos. Ellos siempre se hacían los fuertes. Ef, quien había sido de los pocos en mantenerse en pie allá arriba, se acercó también y comenzó a sacar frascos. Luego me lanzó su bolsa y yo la atrapé confundida. -En este momento necesitamos toda la fuerza bruta que tengamos disponible. Puedes ser la curandera mientras yo voy y muerdo traseros. Sin más se transformó y se unió a la pelea. Yo negué con la cabeza, pero traté la herida de mi compañero lo mejor que pude. -Con esto te sentirás mejor. - Murmuré dándole el frasco rojo especial que bebió de golpe. Se apartó de la pared y se fue cojeando hacia la pelea. Ya no me permití distraerme y metí los frascos paralizantes en mi bolso nuevo. Luego corrí por el pasillo rezando porque no me encontrara con Renegados antes de cum
No perdimos tiempo en tomar a nuestros compañeros heridos y salir por la espiral de nuevo. Era increíble la cantidad de cadáveres tanto en la intersección como allí arriba. Muchos Renegados y, aún así, no creía que hubiéramos mermado una pizca ese nido de alimañas. Una vez arriba, Liam en su forma de lobo cargó a todos los que estaban fuera de combate sobre su espalda mientras que Bo y yo improvisá amos una especie de cuerda hecha xon ropas de los muertos para asegurar la carga sobre el lomo de mi pareja. Entonces llegó el momento de correr lo más rápido que pudimos hacia el resto de nuestra manada. No nos llevaban mucha ventaja, por lo que los encontramos fácilmente. -Escuchen, si no quieren regresar ahí atrás, yo les sugiero que comiencen a correr. - Dijo Liam mostrando los dientes. ¿Quién diría que solo bastaba un poco de sana persuasión para que movieran los músculos? No estuvimos calmos en rodo el camino. Constantemente girá amos la cabeza ante cualquier sogo de r
La siguiente vez que desperté me encontraba en un lugar frío y con poca luz. No abrí los ojos porque no era idiota. Alguien me había secuestrado y no le avisaría que ya había recuperado la consciencia. Lo primero que hice fue revisar mis músculos. No estaba atada. Lo segundo fue revisar mi boca. No tenía el sabor de nada extraño. Un poco más tranquila me dediqué a revisar mi entorno a través del sonido. Ahí no había nada. O si lo había permanecía mortalmente quieto para que yo no pudiera detectarlo. Me decidí a finalmente abrir los ojos y casi suelto una maldición. Me habían metido en una jaula en un sitio del que ya había salido en las últimas horas. Me senté tranquilamente a esperar a mis captores porque, efectivamente, no había nadie cerca. El resto de las jaulas oxidadas y abiertas brutalmente aún permanecían en el mismo sitio. Calavera, el jodido sádico, me había traído de regreso hasta su guarida. Tenía una leve punzada en el cráneo que ignoré lo mejor que pu
-Supongo que el Alfa Supremo y tú tienen gustos diferentes en hembras. -Quizá. - Dijo asintiendo antes de levantarse de la silla y caminar lentamente hacia mí. - Ven conmigo. No es como si tuviera opción cuando tomó mis cadenas y me sacó del lugar No fue una gran caminata, simplemente cruzamos un par de pasillos en los siguientes diez minutos y nos detuvimos en la cámara más grande que había visto hasta el momento.En ella varios lobos se encontraban echados o peleándose por restos de comida. Lo que más llamó mi atención fue ver que conforme pasábamos algunos se quedaban mortalmente quietos.¿Tanto le temían al lobo?Nos dirigimos al fondo y él se sentó en una silla parecida a la de la anterior cámara. Me hizo un gesto para que girara y mientras lo hacía, el tipo me presentaba.-Aquí, esta es la hembra que ha sido la unica en poder entrar entre las filas de la manada de nuestro enemigo. ¿Creen que es bonita?Me tensé al sentir la mirada de todos en mi cuerpo. No eran un númer
Cuando salí de entre los arbustos y vi a Iris estar al punto del desmayo debido a la extensión de sus heridas y aún así intentó proteger la entrada de la cueva que llevaba hacia la cima de la montaña... ese día yo pense que estaba furioso. Cuando la hembra decidió que debía de hacer una escapada para comprar ropa en una manada cercana a sabiendas de que los Renegados iban por mí... yo pensé que estaba furioso. Una, dos, tres veces más de sus jodidas y dementes ideas me hicieron pensar que estaba furioso. ¿Jugar con los osos? ¿Vestirse como Renegado? ¿Hacer colapsar un jodido túnel ella sola? Mi diccionario debía de estar mal porque esa hembra de alguna forma hacía que la palabra perdiera su significado más constantemente de lo que me gustaría. ¿Ahora mismo? Ahora mismo "furioso" no era como me sentía. Quizá "homicida" fuera una descripción mejor. -Por el río. - Dijo Ti con rostro inexpresivo. - Llegaron y se fueron por ahí. Asentí. -¿Cómo se encuentra Fe? -Ef sigue tratando l
El lobo se sentó y me miró con fijeza. -¿Qué tipo de favor? - preguntó con voz dura. A nuestro al rededor, el aire comenzó a volverse frío de repente. El bosque silencioso repentinamente comenzó a moverse con incomodiad, como si el humor del lobo influyera en la naturaleza. Volví a bajar la cabeza. -Del tipo en el que no me importaría suplicar. - Dije en voz baja. - No creo que esté interesado en los problemas del Alfa Supremo, así que no te daré la historia larga: Mi manada y yo hemos rescatado recientemente a varios civiles que... -Lo sé. - Elevé la cara con sorpresa. - ¿Cuál es el favor? Parpadeé nuevamente cuando Cleo regresó a posarse sobre la cabeza del lobo y cerró los ojos para... ¿Dormir? Como si el aura del tipo no fuera una clara amenaza para nadie. -Necesito un lugar seguro para llevarlos y que no sea del conocimiento de los Renegados. ¿Podría traerlos hasta aquí? Nuevamente su mirada fija en mí antes de que su cara se inclinara un par de centímetros, c
Calavera se levantó de su asiento (o trono, más propiamente dicho) y caminó hacia donde yo me encontraba jadeando para recuperar energía. Mi cuerpo temblaba no solo del esfuerzo sino del dolor, pero no le daría la satisfacción de hacérselo saber.No apartó su mirada de mí y yo no desvié la mía.A su paso, los lobos le abrían camino para que pudiera llegar hasta mí.-Parece que sabes pelear. - Dijo evaluándome de arriba a abajo. - Eres bastante interesante. ¿Quién te ha enseñado?Me limpié el sudor de la frente sin responderle. A la mierda, no tenía por qué hacerlo. Sobre todo ahora que me encontraba adolorida por culpa de sus lobos y sus estúpidas cadenas.El sonrió cruelmente ante mi falta de respuesta y, en un movimiento que apenas y pude ver, golpeó mi estómago con el puño cerrado sacándome el aire en el proceso.Quizá fue mi imaginación, pero creía haber escuchado alguna especie de "crack".Caí al suelo intentando respirar y sintiendo esa zona en llamas.En algún punto había cerr