Calculaba que por fin estaba cerca el amanecer. Tuve que arrastrar el cuerpo del Alfa hasta que estuvimos cerca de la hoguera y me aseguré de que no tendríamos hipotermia.Bueno, al menos yo. El Alfa siempre era un enorme y sensual horno.Cleo no regreso pero, de nuevo, no me preocupaba. Ella era libre para irse en cualquier momento.Tampoco vi a ningún Renegado o ni siquiera me encontré con algunos animales salvajes más allá de los que Cleo había cazado. ¿Era extraño? Mucho. ¿Me preocupaba? No en ese momento.Mis pensamientos se encontraban más bien en el camino de la venganza, el buscarle plantas para que no se desangrara hasta la muerte el Alfa y en no quedarme dormida mientras tanto.Tenía muchas cosas en la cabeza además de nuestros problemas más recientes. Como por ejemplo, qué mierda era ese latido en mi pecho que iba y venía.¿Por fin me estaba muriendo?Se sentía casi igual de desgarrador que cuando el idiota de mi ex pareja me rechazó a los pocos minutos de marcarme. Dolía,
A pesar de que me ofendía un poco el tono de sospecha en su voz, me calmé y hablé serenamente soltando su mano. -No tiene que preocuparse por eso. Él gruñó. -Por supuesto que no me preocupa. Yo estoy dispuesto a ... -No. -Dije tajantemente y él volvió a gruñir. Suspiré. - Dígame, ¿Ha olido sangre en mí? Él arqueó una ceja y yo me sonrojé. -Perdone, olvido que no tengo ningún jodido olor. - Dije aclarándome la garganta. - Lo que quiero decir es... bueno, supongo que la forma simple de decirlo es que yo no puedo tener cachorros. Al menos, no ahora. Quizá en algún punto de mi juventud yo habría podido, lo cual no es comprobable porque como usted bien notó yo no tuve ningún contacto remotamente sexual con nadie antes de conocerlo y... Uno de sus dedos cubrió mi boca y yo me callé inmediatamente antes de avergonzarme a mí misma. -¿Puedo saber por qué? - Preguntó con suavidad. Quitó el dedo lentamente y yo evité sus ojos. -No es un secreto, es solo que no he hablado de
Se elevó del sitio entre mi cuello y mi hombro y me miró fijamente. -Me has escuchado. - Dijo con calma deteniendo su ritmo febril por completo. - Quiero poner mi marca aquí.-¿Su... marca? Pero yo... Ni siquiera sabía que decir. Estaba conmocionada, excitada, felíz, preocupada... en fin, yo era una maraña de emociones.Tomó mi cara entre sus manos y acarició con ambos pulgares mis mejillas.-Tuve largos días para pensar. En todos los escenarios en los que contemplaba mi muerte a manos de los Renegados, lo unico que realmente lamentaba era no haberme emparejado contigo. Estoy jodidamente enamorado de tu valentía, de tus valores, de tus convicciones, de tu sentido del humor, de tu forma de provocarme... de ti. Se quedó callado esperando una respuesta, sin embargo yo me había quedado sin respiración.Una confesión. Una del Alfa Supremo, el hombre más amable, compasivo y sexy que había conocido y yo... y yo ni siquiera era una loba.-Yo... no puedo. - Dije atragantándome con las palab
Después de una abundante comida tardía, Iris se había quedado dormida sobre mi regazo. Tuve que quitarle la comida de las manos cuando comenzó a hacer tiernos ruiditos desde el fondo de su garganta; nos recosté sobre el suelo, la acomodé sobre mi pecho y acaricié su cabeza por algunos minutos mientras repasaba los sucesos de los últimos días. Me había emparejado. Un hecho que no había contemplado en toda mi vida. Bueno, al menos hasta que la hembra en mis brazos cayó del cielo y me mostró valentía, bondad, compasión y su sonrisa descarada. La amaba y ese hecho fue en lo unico que podía pensar mientras la loba que me tenía retenido hablaba de un montón de cosas sin sentido al drogarme a todas horas. No sé exactamente en qué momento, dentro de la locura inducida por lo que sea que me suministraban, Iris comenzó a aparecer frente a mí para tener conversaciones banales. La primera vez me quedé asombrado de su belleza. Venía hacia mí con un vestido blanco y pies descalzos, s
-No. Yo estreché los ojos. -¿Acaso no se preocupa por nuestra manada? -No. Lo miré con incredulidad. -No son invencibles, ¿Sabe? -Lo sé, pero confío en todo el jodido entrenamiento que les he dado durante años. No regresaremos ahí, iremos directo a nuestro territorio. Y eso es un órden. Tuve que apretar los dientes. Durante la última hora habíamos estado discutiendo el mejor camino a seguir para regresar a casa. Había despertado feliz, algo adolorida, pero feliz. Todo había sido luz, colores bonitos, arcoiris... hasta que nos sentamos a comer lo que Cleo había cazado para el desayuno. Ni siquiera me inmuté cuando Cleo prefirió el hombro del Alfa para desayunar tranquilamente. Me alegraba que se llevaran tan bien. El Alfa parecía tranquilo mientras comía y me daba sonrisas tiernas. Todo era perfecto... hasta que mencioné el tema de regresar a la guarida de los malos. -Regresemos, quizá encontremos algo interesante... o, en el peor de los casos, llevaríamos algú
Me quedé quieta en el lugar evaluando las opciones. El lobo no había hecho ningún movimiento amenazante, pero todo mi cuerpo me decía que estaba ante alguien muy fuerte y que debía huir. Por supuesto, yo no me iría y dejaría al Alfa a su suerte, sin embargo quería correr tan jodidamente lejos como pudiera. Era una lucha entre mi instinto y mi cabeza. -¿Por qué interrumpen mi descanso? ¿Acaso no fue suficiente violar mi territorio? -Preguntó sentándose por fin a unos dos metros de nosotros. Los vellos de mi cuerpo se erizaron. -¿Su territorio? - Pregunté confundida mientras apretaba los puños para no moverme. - Disculpe, no sabía que las tierras más allá del territorio del Alfa Supremo tuvieran un dueño. ¿Ha sido el Alfa Supremo notificado sobre ello? Que yo supiera, nuestro territorio era el último y más alejado en el Norte. Arriba de nosotros solo eran tierras no reclamadas por ninguna manada debido a las condiciones climáticas. Si nuestro territorio era frío, este lugar
Cada vez me daba más la impresión de que la mujer estaba loca. -No estamos yendo a ninguna parte. Basta de juegos, seré directa contigo. - Dijo la chica tomando un mechón de su cabello para jugar con él entre los dedos de su mano. - Mi función es guiarte en el camino como Luna. Darte un par de instrucciones, más que nada. Yo parpadeé. -¿De qué hablas? -¿Acaso no te lo ha dicho tu pareja? - Preguntó rodando en los ojos. - Nuestra Gran Madre tuvo una charla sobre su pareja cuando recibió el título... si, ya veo que no te ha dicho nada.Sacudí la cabeza para quitar mi cara de confusión. -Tenemos solo unas horas como pareja. - Dije en tono defensivo antes de negar con la cabeza. - ¿Qué eres tú? Ella me sonrió. -Esa es la pregunta correcta. Qué y no quién. Yo soy solo una humilde enviada de la diosa que guía a las siguientes Lunas de los Alfas Supremos. Fruncí el ceño. -No sabía que hubieran existido... Ella resopló. -Pues claro que no, ninguno de los Anteriores Alf
Salté hacia atrás y chillé con consternación. Ella rodó los ojos.-¿Acaso crees que me vería tan joven después de tantos años atrapada en este sitio esperando a la siguiente Luna Suprema? - Preguntó con fastidio.-Mierda... ¿Nuestra Gran Madre te ha castigado para vagar aquí por la eternidad? - Pregunté con curiosidad.-No. Nuestra Gran Madre no es tan cruel como todos se inclinan a pensar. - Dijo frunciendo el ceño. - Yo misma me quité la vida después de que mi pareja muriera frente a mis ojos. No era para menos ya que él era mi verdadera pareja.Parpadeé.-¿Por qué entonces tu espíritu aún vaga por aquí?-Porque tengo una misión, ¿Acaso no pusiste atención? Pude haber ido con mi pareja, pero Nuestra Gran Madre me pidió que guiara a la siguiente Luna Suprema así que me quedé. No sabía que tendría que estar aquí por tanto tiempo.-Uh... ¿Por qué ella no fue la que se presentó y habló conmigo?-Para hablar con ella tienes que ir a su reino... muerta. ¿Me estás diciendo que quieres mat