Se elevó del sitio entre mi cuello y mi hombro y me miró fijamente. -Me has escuchado. - Dijo con calma deteniendo su ritmo febril por completo. - Quiero poner mi marca aquí.-¿Su... marca? Pero yo... Ni siquiera sabía que decir. Estaba conmocionada, excitada, felíz, preocupada... en fin, yo era una maraña de emociones.Tomó mi cara entre sus manos y acarició con ambos pulgares mis mejillas.-Tuve largos días para pensar. En todos los escenarios en los que contemplaba mi muerte a manos de los Renegados, lo unico que realmente lamentaba era no haberme emparejado contigo. Estoy jodidamente enamorado de tu valentía, de tus valores, de tus convicciones, de tu sentido del humor, de tu forma de provocarme... de ti. Se quedó callado esperando una respuesta, sin embargo yo me había quedado sin respiración.Una confesión. Una del Alfa Supremo, el hombre más amable, compasivo y sexy que había conocido y yo... y yo ni siquiera era una loba.-Yo... no puedo. - Dije atragantándome con las palab
Después de una abundante comida tardía, Iris se había quedado dormida sobre mi regazo. Tuve que quitarle la comida de las manos cuando comenzó a hacer tiernos ruiditos desde el fondo de su garganta; nos recosté sobre el suelo, la acomodé sobre mi pecho y acaricié su cabeza por algunos minutos mientras repasaba los sucesos de los últimos días. Me había emparejado. Un hecho que no había contemplado en toda mi vida. Bueno, al menos hasta que la hembra en mis brazos cayó del cielo y me mostró valentía, bondad, compasión y su sonrisa descarada. La amaba y ese hecho fue en lo unico que podía pensar mientras la loba que me tenía retenido hablaba de un montón de cosas sin sentido al drogarme a todas horas. No sé exactamente en qué momento, dentro de la locura inducida por lo que sea que me suministraban, Iris comenzó a aparecer frente a mí para tener conversaciones banales. La primera vez me quedé asombrado de su belleza. Venía hacia mí con un vestido blanco y pies descalzos, s
-No. Yo estreché los ojos. -¿Acaso no se preocupa por nuestra manada? -No. Lo miré con incredulidad. -No son invencibles, ¿Sabe? -Lo sé, pero confío en todo el jodido entrenamiento que les he dado durante años. No regresaremos ahí, iremos directo a nuestro territorio. Y eso es un órden. Tuve que apretar los dientes. Durante la última hora habíamos estado discutiendo el mejor camino a seguir para regresar a casa. Había despertado feliz, algo adolorida, pero feliz. Todo había sido luz, colores bonitos, arcoiris... hasta que nos sentamos a comer lo que Cleo había cazado para el desayuno. Ni siquiera me inmuté cuando Cleo prefirió el hombro del Alfa para desayunar tranquilamente. Me alegraba que se llevaran tan bien. El Alfa parecía tranquilo mientras comía y me daba sonrisas tiernas. Todo era perfecto... hasta que mencioné el tema de regresar a la guarida de los malos. -Regresemos, quizá encontremos algo interesante... o, en el peor de los casos, llevaríamos algú
Me quedé quieta en el lugar evaluando las opciones. El lobo no había hecho ningún movimiento amenazante, pero todo mi cuerpo me decía que estaba ante alguien muy fuerte y que debía huir. Por supuesto, yo no me iría y dejaría al Alfa a su suerte, sin embargo quería correr tan jodidamente lejos como pudiera. Era una lucha entre mi instinto y mi cabeza. -¿Por qué interrumpen mi descanso? ¿Acaso no fue suficiente violar mi territorio? -Preguntó sentándose por fin a unos dos metros de nosotros. Los vellos de mi cuerpo se erizaron. -¿Su territorio? - Pregunté confundida mientras apretaba los puños para no moverme. - Disculpe, no sabía que las tierras más allá del territorio del Alfa Supremo tuvieran un dueño. ¿Ha sido el Alfa Supremo notificado sobre ello? Que yo supiera, nuestro territorio era el último y más alejado en el Norte. Arriba de nosotros solo eran tierras no reclamadas por ninguna manada debido a las condiciones climáticas. Si nuestro territorio era frío, este lugar
Cada vez me daba más la impresión de que la mujer estaba loca. -No estamos yendo a ninguna parte. Basta de juegos, seré directa contigo. - Dijo la chica tomando un mechón de su cabello para jugar con él entre los dedos de su mano. - Mi función es guiarte en el camino como Luna. Darte un par de instrucciones, más que nada. Yo parpadeé. -¿De qué hablas? -¿Acaso no te lo ha dicho tu pareja? - Preguntó rodando en los ojos. - Nuestra Gran Madre tuvo una charla sobre su pareja cuando recibió el título... si, ya veo que no te ha dicho nada.Sacudí la cabeza para quitar mi cara de confusión. -Tenemos solo unas horas como pareja. - Dije en tono defensivo antes de negar con la cabeza. - ¿Qué eres tú? Ella me sonrió. -Esa es la pregunta correcta. Qué y no quién. Yo soy solo una humilde enviada de la diosa que guía a las siguientes Lunas de los Alfas Supremos. Fruncí el ceño. -No sabía que hubieran existido... Ella resopló. -Pues claro que no, ninguno de los Anteriores Alf
Salté hacia atrás y chillé con consternación. Ella rodó los ojos.-¿Acaso crees que me vería tan joven después de tantos años atrapada en este sitio esperando a la siguiente Luna Suprema? - Preguntó con fastidio.-Mierda... ¿Nuestra Gran Madre te ha castigado para vagar aquí por la eternidad? - Pregunté con curiosidad.-No. Nuestra Gran Madre no es tan cruel como todos se inclinan a pensar. - Dijo frunciendo el ceño. - Yo misma me quité la vida después de que mi pareja muriera frente a mis ojos. No era para menos ya que él era mi verdadera pareja.Parpadeé.-¿Por qué entonces tu espíritu aún vaga por aquí?-Porque tengo una misión, ¿Acaso no pusiste atención? Pude haber ido con mi pareja, pero Nuestra Gran Madre me pidió que guiara a la siguiente Luna Suprema así que me quedé. No sabía que tendría que estar aquí por tanto tiempo.-Uh... ¿Por qué ella no fue la que se presentó y habló conmigo?-Para hablar con ella tienes que ir a su reino... muerta. ¿Me estás diciendo que quieres mat
-... Y eso fue lo que pasó. - Dije con un escalofrío. Me había llevado hasta el río pata que hiciera gárgaras mientras él me daba suaves palmadas e la espalda. -Entiendo.- Dijo con suavidad. - Quizá sea por eso que ayer me vi con la imperiosa necesidad de ir a ese lugar como refugio. Mi instinto de Alfa Supremo creyó que estaríamos bien... - Suspiró. - Una maldita locura. Jamás había escuchado sobre este "guardian", ni sobre la primera casi Luna Suprema.-Yo tampoco. - Dije terminando de escupir. - EN fin, no es como que sepamos mucho sobre cosas de Alfa Supremo en primer lugar y, como ya me has mencionado antes, lo que sabes de tu puesto y tus poderes han sido aprendidos sobre la marcha. No sería mala idea que algún día regreses aquí y le hagas un par de preguntas a ese guardián, ¿No lo crees?Me arqueó una ceja.-¿No vendrás conmigo?-Yo entraría a una cueva hacia los desconocido, me arrojaría a un río por ti, sumergiría mi cara en cosas asquerosas solo porque tú te encuentres bie
-Nos alegra tanto que estés bien. - Dijo Ti abriendo los brazos para su respectivo abrazo. -¿Y yo qué? - Preguntó el Alfa divertido. Mis compañeros cambiaron su atención hacia él y se encogieron de hombros. Hubo algunos murmullos de "bienvenido de vuelta" y "¿Ya podemos votar para cambiar al Alfa?" que sonaron a nuestro al rededor. Yo les sonreí. El Alfa suspiró y quitó toda expresión frívola de su rostro. -Reporte. Ellos notaron que se había acabado el tiempo de las tonterías y cuadraron sus hombros. Yo fui directa a Gail para un abrazo más, él a diferencia del resto de nuestros compañeros, no me sonrió. Parecía jodidamente enojado. -¿No hay amor para mí? - Pregunté con cuidado y él resopló. -Por días me he preguntado si te encontraría muerta en alguna parte del río. ¡¿Crees que lo que hiciste no fue malditamente estúpido?! ¡Ni siquiera he dormido teniendo pesadillas sobre lo que ha pasado contigo cuando te perdí de vista! Yo me suavisé y tomé su mano. Estaba temblan