Capítulo 9
Amaia, al ver a Emiliano salir, inmediatamente gritó:

―¡Emiliano, sálvame por favor!

Comenzó a forcejear, haciendo que su abrigo se deslizara y revelara una bata de hospital holgada. Su piel blanca quedó expuesta ante la mirada de los hombres.

Vi claramente cómo el rubio que la sujetaba tragó saliva, mientras su mano se deslizaba hacia el borde de su ropa.

Amaia soltó un chillido de miedo, mirando al hombre con ojos llorosos.

Al ver esto, Emiliano se arrodilló frente al que parecía ser el jefe:

―Don Mario, por favor, suelte a mi novia. ¡La mujer de al lado es la heredera del grupo Dávila! Seguro que ella puede pagar el dinero. Si no, pueden usarla como rehén para que el presidente pague el rescate. Ustedes decidirían la cantidad.

Sentí un escalofrío. Comprendí que Emiliano debía dinero por préstamos ilegales. Qué desvergonzado, incapaz de pagar sus deudas y queriendo arrastrarme con él.

Don Mario asintió, aparentemente satisfecho, e hizo un gesto para que soltaran a Amaia. Ella corrió
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo