Después de que me fuera, tu móvil suena en la oficina. Lo pones en silencio antes de ver de quien es el mensaje. Es Lisandro que dice que quiere verte por la noche. Le respondes que, según el contrato verbal que han hecho, no les corresponde esa noche. Después de enviarlo, sonríes con picardía, aun no sabes a la clase de persona que estás provocando.Al darte cuenta de que estás en el trabajo, miras a tu alrededor, pero por suerte nadie te ve. Quieres hacerte un poco la difícil, pero él no te responde. Te molesta un poco su actitud, así que arreglas con unas compañeras para salir a beber unas copas. No quieres quedarte en casa pensando en él, como lo has hecho el último tiempo.Por otro lado, estás segura de que debes hablar con Lisandro acerca de tu trabajo. No es bueno que te venga a buscar a la puerta, ya que las personas pueden empezar a sacar conclusiones sobre ustedes, cuando recuerdas como lo hice yo por la mañana.Se supone que ambos quieren evitar respecto a la exposición púb
No soportas que Lisandro te trate así, por lo que te sueltas de su agarre y sin decir más sales del estacionamiento. Los tacones te están molestando, así que te los quitas. Después de un par de cuadras logras tomar un taxi. Vuelves a tu casa furiosa. No vas a dejar que te traten así.¿Qué mierda le está pasando?, te preguntas enojada.Te tomas otra pastilla para el dolor de cabeza, te cambias y te maquillas. Te sacas varias fotos y se las mandas a él. Ahora sí va a ver qué clase de chica eres. No vas a ponerle una correa, ya que nunca has aceptado ser su perrita. Después de eso les escribe a tus compañeras y les explicas que no vas a salir porque estás muy cansada. Solo deseas molestar a Lisandro. Unos minutos después él te llama y discuten.Provocas a Lisandro mandándole fotos con ropa sensual. Él te llama y discuten. Va hasta tu casa y te pide que lo dejes entrar.—¿Qué se supone que haces aquí? —le preguntas con una sonrisa entre tus labios.—¿Qué se supone que haces tú enviándome
—Ismael, querido. Te presento a mi hija Camila.—¿Ella es Camila? Qué coincidencia… —dice, pero antes de que pueda seguir, le haces señas para que no diga que trabajan juntos—. Me parece haberte visto en tribunales.Estás agradecida por eso.—Seguramente, ya que Camila trabaja para el bufete más reconocido de la ciudad —dice tu padre y te sientes avergonzada por lo que agachas la cabeza.—¿Sí? Me alegro mucho por su hija. Recuerdo que mi socio también hizo su pasantía ahí y me comentó que fue muy buena experiencia. Gracias a esos años, más tarde pude abrir mi propio bufete junto a él. Y aunque aún no hemos tenido el placer de ganarles un juicio, hace unos días estuvimos a punto de hacerlo gracias a mi equipo. Pero dejemos de hablar de trabajo —dice finalmente.Tú ya sabías que Ismael era de tu pueblo, pero nunca pensaste que te lo encontrarías frente a tus padres. No sabes cómo actuar, ya que él es tu jefe. Y le pediste que no diga nada sobre eso. Aunque siempre es muy amable en el tr
Miras tu celular porque Lisandro te ha dicho que está cerca. Lo llamas ya que no hay mensajes por parte de él en tu móvil desde que saliste del club. Sin embargo, en ese momento, aparece su automóvil y si bien te sorprendes un poco. Sabes cómo es Lisandro, así que sin decir nada solo te subes. Lo saludas, pero él no responde, lo observas, parece molesto. Así que sin saber que le ocurre y cuál es la causa de su enojo, le preguntas si se encuentra bien.—¿Por qué estabas con uno de tus compañeros si se suponía que ibas a salir con tus amigas? —pregunta serio, se nota en su voz la rabia que siente.Le explicas que me has encontrado adentro del boliche y que solo estaba haciendo tiempo contigo hasta que viniera un taxi.—Estoy cansado de verte con otros hombres. Se notaba que estaba desesperado por cogerte, incluso te invitó a compartir el taxi —dice él levantando el tono de voz.—Espera, ¿cómo sabes eso? ¿Me estabas vigilando? ¿Qué es lo que pasa contigo? ¿No confías en mí? —preguntas in
—Basta, no aguanto más. Necesito que dejes de ignorar lo que pasa —le dices, y Lisandro te mira.—No estoy ignorando. Estoy molesto y no quiero seguir tratando mal a la persona más valiosa que tengo —dice de modo que hace que tu corazón lata con fuerza.—¿Cómo hago para que me perdones? Necesito saberlo —dices angustiada, sintiéndote en falta. Así es Lisandro, hace que los demás se arrodillen ante él. Quieres creer que él te desea más que a nada en su vida, y anhela que seas suya. Te hace saber que no quiere que nadie esté cerca de ti sin su consentimiento. Y aunque sabe que está al borde de la locura lo que pide, espera que pese a eso lo entiendas; que sepas que sin ti no tiene futuro. Él te asegura que ya no es capaz de continuar viviendo en paz si decides dejarlo.—No confío en tus compañeros de trabajo —te suelta y lo miras confundida.—¿Qué quieres decir? —preguntas.—Quiero que renuncies a ese lugar —dice, entendiendo que es solo un maldito egoísta y un enfermo de los celos.—V
Lisandro sabe que está en problemas. Ámbar lo ha llamado para decirle que no encuentra uno de sus pendientes de perlas. Cree que pudo haberlo perdido en su departamento, lo que complica todo entre él y Camila. Si ella llega a encontrar ese pendiente, no tendrá una segunda oportunidad. Ha sido un tonto al estar con otra mujer por despecho. Ahora debe resolver este inconveniente lo antes posible.Camila llega antes de lo esperado, lo que impide que Lisandro reaccione con anticipación.—¿Qué te parece si nos tomamos el día para nosotros y nos vamos a Córdoba? —le pregunta él.—¿Ahora? Son casi las once de la mañana —le responde ella.Lisandro sabe que Camila no quiere que los vean en público, por lo que la única opción que tiene es llevarla lejos para poder pedir que un equipo de limpieza venga a buscar el maldito pendiente.—Quiero que salgamos un rato. Podemos ir a donde tú quieras —le dice, tratando de no sonar sospechoso.—Tenía ganas de ver una película que estrenaron la semana pasa
—Vamos a salir. Ya que me dejaste esperando, arreglé con unas amigas para vernos —dice Guadalupe y le pasa ropa para que Camila se cambie.—Es que Lisandro… —dice esta última y recuerda lo del día anterior.Camila termina de vestirse y, aun así, Lisandro no le ha escrito siquiera. Es obvio que se le está pasando el entusiasmo por estar con ella, por lo menos es lo que Camila cree. Aunque le duele, no va a dejar que eso arruine su noche.—¿Estás bien, amiga? —le pregunta Guadalupe al notar que Camila no se separa de su teléfono.Camila le pregunta con quién van a salir, no quiere hablar de eso. Guadalupe le dice que son unas amigas que tiene de la clase de yoga y otras de la facultad.Cuando llegan al establecimiento, la música está muy fuerte. Van a tomar unos tragos y luego irán a bailar. Ahí se presentan entre todas. Camila sigue sin dejar de mirar su teléfono celular. Le avisa al oído a Guadalupe que va a ir al baño, toma su cartera y se va. Se mete a uno de los reservados y, mient
El lunes en el trabajo, Camila se comporta como una buena asistente e intenta hacer todo lo que Lisandro le pide. Teresa sigue de cerca a su jefe, mientras que Camila trata de estar lo más alejada posible de él.—Camila, tenemos que ir a buscar unos documentos. Me gustaría que vinieras para que veas de qué se trata —le comenta Nicolás.—Por supuesto —responde ella, y va a buscar su bolso.Cuando están en camino, él le pregunta si está cómoda con su nuevo trabajo y ella se queda mirándolo. Para Camila nada ha cambiado y se lo hace saber.—Lo siento. Es que te noto un poco seria —le explica él.—Es que el fin de semana salí con unas amigas y creo que me sobrepasé —dice ella tratando de evitar dar otras explicaciones. Nicolás es muy cercano a Lisandro.—Es normal, eres joven y soltera —comenta él, y es en ese momento que Camila se da cuenta de que puede usar a Nicolás como chivo expiatorio.—Supongo, de todas maneras, fue muy extraño. Ya que me encontré con un muchacho que mis padres hab