Nicol se estremeció al sentirlo cerca. Era inevitable que su corazón pareciera reconocerlo incluso antes de haber confirmado su presencia. Su cuerpo temblaba, a pesar de que esa era una sensación que no era nueva para ella. Se preguntó cómo podía seguir sintiendo de esa manera tan intensa, incluso después de lo sucedido.Giró lentamente, con una mezcla de miedo y ansiedad, temiendo encontrarse con lo que vería cuando se volviera. Pero cuando por fin sus ojos se encontraron, vio tormento, tristeza y dolor en ellos, que simplemente no pudo confesarle la verdad en su lugar, levantó la mano y le acarició el rostro.—Ya llegará el momento cuando lo recuerdes… creo haber escuchado que no es bueno contarte las cosas, si no que debes ir descubriéndolo todo por ti mismo… y hay cosas que es mejor dejar en el pasado si se quiere seguir avanzando.Nicol sintió que todos los recuerdos, aquellos que había tratado de olvidar, se abrieron paso como una llaga en su pecho, pero también recordó los buen
Enzo se acercó a Giorgi con miedo en el corazón. El accidente le había hecho olvidar lo relacionado con su hermana y con Nicol, pero se negaba a creer que se tratara de algo malo, pero cuando vio la expresión de su tío y de su esposa, supo que ese recuerdo que guardaba no era nada bueno, una sospecha se abrió paso dentro de él, una parte de su cerebro le dijo que mejor era mantener todo así, pero la corazonada cada vez más fuerte no dejaba de martirizarlo, y sabía que no tendría paz hasta averiguar la verdad. Giorgi intentó apartar su rostro para no revelar sus pensamientos, había miedo en sus ojos. Había algo en él que afianzaba más su sospecha.Enzo tragó saliva y preguntó, con un temblor en la voz: —¿Dónde está mi hermana? —su tío parecía estático, se había quedado como una piedra.Enzo lo tomó por el brazo con fuerza, y le pidió explicación.—Dime de una maldit4 vez ¿Qué está pasando con Gema? —inquirió, se veía molesto y Nicol se acercó a él para calmarlo.—Enzo, lo mejor será
—¡Eso no es tu problema Giorgi! ¡Deja de ser tan metido! —exclamó furioso, pero eso no detuvo a Giorgi.Caminó hacia donde él estaba, y tomó uno de los libros que se había caído, cuando lo revisó dibujó una expresión de sorpresa.—¿Es en serio? ¡Por Dios! —soltó una carcajada—¿Cómo ser romántico? —dijo frunciendo el ceño, luego le arrebató la bolsa y empezó a revisar un libro tras otro—, un libro de poemas, ¿Cómo enamorar una mujer?, Novelas rosas ¡Esto es increíble!Giorgi comenzó a reírse a carcajadas, haciendo molestar a Enzo, quien tomó una almohada y se la lanzó con fuerza en el rostro.—¿Puedes dejar de burlarte? —el otro hizo un gesto, fingiendo cerrar una cremallera en su boca.Giorgi se quedó esperando una respuesta de su amigo.—Necesito aprender a ser romántico, a ser ese hombre que ella necesita, quiero enamorarla, demostrarle mi amor por ella ¿Entiendes?—Lo entiendo perfectamente, puedo darte unos consejos, puedes prepararle una velada romántica, con flores, música, comi
Enzo y Nicol bailaron con una magia en ellos. Se movían como si estuvieran flotando, sus cuerpos y almas se fundían en uno solo. Se miraban a los ojos y se veían reflejados en ellos. Rieron y disfrutaron como nunca.El jardín estaba iluminado por las luces de los candelabros, el olor a flores y a diversas plantas aunado al cielo estrellado, daban un ambiente más mágico aún. El sonido de la música daba una sensación de éxtasis.Enzo levantó su brazo y la tomó de la cintura, ella se contoneaba entre sus brazos. Sus labios se rozaban en un suave beso. El aire los rodeaba y sus alientos se mezclaban. Parecían no querer separarse.—Esto es simplemente maravilloso —se quedó en silencio un momento y agregó—, cuando te veía llegar a mi casa como un hermoso caballero, que aparecía justo en el momento preciso, me imaginaba escenas parecidas a estas, que me hacías flotar entre nubes de ilusión… pero esto es más lindo de lo imaginado.—Porque es real, y de ahora en lo adelante, todos los días voy
Apenas Piero llegó, una onda de felicidad se propagó por la casa. Su padre, Enzo, cuando lo vio entrar salió corriendo a su encuentro con los brazos abiertos a abrazarlo. Piero corrió también a abrazar a su padre, uniendo sus dos manos a su cuello y dándole beso tras beso, sin dejar de sonreír emocionado. Enzo tomó a su hijo y lo abrazó con mucho amor. El abrazo se hizo más fuerte, y el chiquillo se sintió seguro en los brazos de su padre, para luego expresar con una sonrisa de oreja a oreja el profundo afecto que sentía por él. —Hola, papá, estoy feliz de que estés bien, ya no tienes por qué preocuparte, estoy aquí con ustedes y no me iré en mucho tiempo, los extrañé mucho —extendió la vista hacia Nicol y su corazón saltó de gozo en su pecho—. Estoy feliz de estar contigo y sobre todo de que le hayas dicho a mamá la verdad de que sobreviviste al incendio… eso me hace sentir muy aliviado, no me gusta mentirle y tampoco quiero que tú le mientas —pronunció el niño mientras Enzo dibujó
Enzo se puso nervioso, por un momento sintió las palabras atragantadas en su garganta y debió aclarársela. —Lo siento, mi hijo me dijo que soy torpe y creo que tiene razón, en mi defensa debo decir que nunca me había tocado esforzarme por medir mis palabras, por agradarle y enamorar a una mujer… hasta mi hijo me dijo cómo iba a presentarme ante ti, si es por mi instinto traigo todo el ramo de rosas completo —se apretó el puente de la nariz, suspiró, se armó de valor y continúo hablando, nunca pensó que disculparse con alguien fuera tan difícil—, por favor, tenme paciencia, yo estoy aprendiendo y dándome cuenta de los detalles por ti, porque en serio quiero ser otro hombre por ti.Ella tomó la rosa, inhaló profundo y se llenó del delicioso aroma.—Está muy lindo, tu hijo acertó con su recomendación —dijo ella con una media sonrisa, él se acercó y besó con suavidad sus labios y luego se apartó.—Nuestro hijo, es de los dos —corrigió él.—¿También fue él quien te recomendó que me besara
Después de pasar el momento más apasionado de todos, Enzo se quedó abrazado a Nicol, esta vez todo había sido diferente, porque ambos terminaron entregándose en cuerpo y alma, y él estaba jodidamente más loco cada día por esa mujer, se sonrió al darse cuenta de eso, él a quien todos temían y corrían despavorido había caído rendido a los pies de una jovencita de no más de un metro cincuenta y cinco, mientras él medía uno noventa. Sus cabellos ya estaban creciendo, eran cortos, y desprendían un fragante olor que lo relajaba a tan punto que le provocaba pasar horas oliéndolo, sus ojos verdes parecían que tenía la capacidad de penetrar hasta el alma, y sus labios gruesos y rosados eran invitadores. El aroma que desprendía de su cuerpo mezclado con el perfume que emanaba de las flores del jardín, lo hacía sentirse como en el paraíso.Pero el paraíso se vio interrumpido por el pitido de notificación en su nuevo celular. Tenía pereza de tomarlo, pero Nicol se lo pasó.—Puede ser importante
Nicol lo vio y una expresión de tristeza se dibujó en su rostro, dio un paso atrás, se dio la vuelta y comenzó a caminar mientras tomaba la mano de Piero y se lo llevaba con ella. Sus pies se movían como si los guiara una fuerza invisible, cada paso alejándola de la cocina y de la actitud grosera de Enzo. Sus ojos se llenaron de lágrimas al mismo tiempo que intentaba contenerlas. —Nicol, por favor detente —le dijo Enzo pasándose la mano por el rostro con preocupación, pero ella no se detuvo.Él caminó con rapidez hacia la estufa y sacó el celular de Piero de la olla donde lo había metido.Luego corrió detrás de ellos, justo cuando llegó a la puerta de la habitación, ella se la cerró en la cara, si dejarlo entrar y sin querer escucharlo.—Mi amor, por favor, lo siento… Nicol —llamó golpeando la puerta para llamar su atención, pero lamentablemente no recibió ninguna respuesta—, Piero hijo ábreme, sé que metí la pata hasta el fondo, no supe manejar mis celos, jamás había celado a nadie