Enzo y Nicol bailaron con una magia en ellos. Se movían como si estuvieran flotando, sus cuerpos y almas se fundían en uno solo. Se miraban a los ojos y se veían reflejados en ellos. Rieron y disfrutaron como nunca.El jardín estaba iluminado por las luces de los candelabros, el olor a flores y a diversas plantas aunado al cielo estrellado, daban un ambiente más mágico aún. El sonido de la música daba una sensación de éxtasis.Enzo levantó su brazo y la tomó de la cintura, ella se contoneaba entre sus brazos. Sus labios se rozaban en un suave beso. El aire los rodeaba y sus alientos se mezclaban. Parecían no querer separarse.—Esto es simplemente maravilloso —se quedó en silencio un momento y agregó—, cuando te veía llegar a mi casa como un hermoso caballero, que aparecía justo en el momento preciso, me imaginaba escenas parecidas a estas, que me hacías flotar entre nubes de ilusión… pero esto es más lindo de lo imaginado.—Porque es real, y de ahora en lo adelante, todos los días voy
Apenas Piero llegó, una onda de felicidad se propagó por la casa. Su padre, Enzo, cuando lo vio entrar salió corriendo a su encuentro con los brazos abiertos a abrazarlo. Piero corrió también a abrazar a su padre, uniendo sus dos manos a su cuello y dándole beso tras beso, sin dejar de sonreír emocionado. Enzo tomó a su hijo y lo abrazó con mucho amor. El abrazo se hizo más fuerte, y el chiquillo se sintió seguro en los brazos de su padre, para luego expresar con una sonrisa de oreja a oreja el profundo afecto que sentía por él. —Hola, papá, estoy feliz de que estés bien, ya no tienes por qué preocuparte, estoy aquí con ustedes y no me iré en mucho tiempo, los extrañé mucho —extendió la vista hacia Nicol y su corazón saltó de gozo en su pecho—. Estoy feliz de estar contigo y sobre todo de que le hayas dicho a mamá la verdad de que sobreviviste al incendio… eso me hace sentir muy aliviado, no me gusta mentirle y tampoco quiero que tú le mientas —pronunció el niño mientras Enzo dibujó
Enzo se puso nervioso, por un momento sintió las palabras atragantadas en su garganta y debió aclarársela. —Lo siento, mi hijo me dijo que soy torpe y creo que tiene razón, en mi defensa debo decir que nunca me había tocado esforzarme por medir mis palabras, por agradarle y enamorar a una mujer… hasta mi hijo me dijo cómo iba a presentarme ante ti, si es por mi instinto traigo todo el ramo de rosas completo —se apretó el puente de la nariz, suspiró, se armó de valor y continúo hablando, nunca pensó que disculparse con alguien fuera tan difícil—, por favor, tenme paciencia, yo estoy aprendiendo y dándome cuenta de los detalles por ti, porque en serio quiero ser otro hombre por ti.Ella tomó la rosa, inhaló profundo y se llenó del delicioso aroma.—Está muy lindo, tu hijo acertó con su recomendación —dijo ella con una media sonrisa, él se acercó y besó con suavidad sus labios y luego se apartó.—Nuestro hijo, es de los dos —corrigió él.—¿También fue él quien te recomendó que me besara
Después de pasar el momento más apasionado de todos, Enzo se quedó abrazado a Nicol, esta vez todo había sido diferente, porque ambos terminaron entregándose en cuerpo y alma, y él estaba jodidamente más loco cada día por esa mujer, se sonrió al darse cuenta de eso, él a quien todos temían y corrían despavorido había caído rendido a los pies de una jovencita de no más de un metro cincuenta y cinco, mientras él medía uno noventa. Sus cabellos ya estaban creciendo, eran cortos, y desprendían un fragante olor que lo relajaba a tan punto que le provocaba pasar horas oliéndolo, sus ojos verdes parecían que tenía la capacidad de penetrar hasta el alma, y sus labios gruesos y rosados eran invitadores. El aroma que desprendía de su cuerpo mezclado con el perfume que emanaba de las flores del jardín, lo hacía sentirse como en el paraíso.Pero el paraíso se vio interrumpido por el pitido de notificación en su nuevo celular. Tenía pereza de tomarlo, pero Nicol se lo pasó.—Puede ser importante
Nicol lo vio y una expresión de tristeza se dibujó en su rostro, dio un paso atrás, se dio la vuelta y comenzó a caminar mientras tomaba la mano de Piero y se lo llevaba con ella. Sus pies se movían como si los guiara una fuerza invisible, cada paso alejándola de la cocina y de la actitud grosera de Enzo. Sus ojos se llenaron de lágrimas al mismo tiempo que intentaba contenerlas. —Nicol, por favor detente —le dijo Enzo pasándose la mano por el rostro con preocupación, pero ella no se detuvo.Él caminó con rapidez hacia la estufa y sacó el celular de Piero de la olla donde lo había metido.Luego corrió detrás de ellos, justo cuando llegó a la puerta de la habitación, ella se la cerró en la cara, si dejarlo entrar y sin querer escucharlo.—Mi amor, por favor, lo siento… Nicol —llamó golpeando la puerta para llamar su atención, pero lamentablemente no recibió ninguna respuesta—, Piero hijo ábreme, sé que metí la pata hasta el fondo, no supe manejar mis celos, jamás había celado a nadie
Nicol estaba sin palabras, no podía creer lo que estaba viendo. Allí, bajando de los helicópteros, en el jardín del castillo estaba la familia Ferrari. Camilo, Taddeo, Sebastián padre e hijo, sus esposas y los hijos de Taddeo, solo faltó Gálata, todos vestidos de manera casual.Nunca se lo hubiera esperado ni siquiera sabía de qué manera reaccionar, vio cómo Piero estaba también sin palabras, todos los habían saludado con una sonrisa y un abrazo, arropándolos con su presencia, de manera alegre y cariñosa.Enzo, se quedó viendo el intercambio de afecto entre ellos, de pronto Piero corrió hacia él y lo abrazó.—Papá, ¡Esta sorpresa es genial! Es que es tan buena la idea, que, si no es porque estaba molesto contigo, te la habría dado yo mismo… gracias papá —le dijo conmovido.Él se quedó mirando a Nicol, pero ella se mantuvo sin dirigirle la palabra y eso preocupó más a Enzo, se acercó y por varios segundos se quedaron viendo a los ojos, había una luz en sus ojos que ella nunca había vis
Nicol suspiró y se giró hacia él, por un momento le mantuvo la mirada, mientras él la miraba de manera suplicante; su expresión la conmovió y terminó aceptando. Se acercó lentamente, mientras él lo veía con sus ojos llenos de emoción, posando sus manos sobre el pecho de Enzo. Estaba lista para abrirse nuevamente a él. Él se acercó para encontrar su beso, pero antes que ella pudiera decir algo, ya había comenzado el beso más intenso y bello que ella hubiera experimentado en toda su vida. Fue un sentimiento perfecto de amor y reconciliación entre los dos. Ella sintió que el enojo y el dolor del pasado desaparecía mientras sus labios se fundían.El calor de sus cuerpos les provocaba un intenso cosquilleo en la piel. Sintió que su amor aumentaba cada vez más conforme la abrazaba con fuerza contra su pecho. En ese momento comprendió que ya no había regreso, que él iba a estar allí para amarla y cuidar de ella o era lo que ambos pensaban, no sabía que las cosas podían cambiarse en un segun
Enzo respiró hondo y miró a Nicol a los ojos. Podía ver el miedo, la aprensión, la incertidumbre que la hacían dudar, pero también el amor y la determinación que brillaban en su mirada. Era una mirada de fuerza, una mirada que decía que ella haría lo que fuera necesario para superar ese momento difícil.—Sé que será duro —dijo en voz baja—, pero es lo que hay que hacer. Debo protegerte a ti y a nuestros hijos.Extendió la mano y le tocó levemente la barbilla, levantándole la cara para que se encontrara con la suya.Nicol asintió, sin apartar los ojos de los suyos.—Te entiendo Enzo, pero como acabas de decir, la decisión no es tuya, si no mía —dijo—, no tengo miedo del futuro Enzo, uno vive el presente y construye ahora, no me iré, pase lo que pase, aquí estaré contigo, para que enfrentemos cualquier cosa que nos toque.Enzo sonrió. —Gracias, mi amor, por mantenerte a mi lado, no voy a defraudarte —declaró Enzo.La besó suavemente en los labios, sintiendo el calor de su abrazo.—Junt