El pequeño Piero se encontraba recostado en la cama sosteniendo la mano de Nicol, reteniendo el aliento mientras escuchaba con atención cada palabra que su padre biológico decía, casi paralizado por la expectación de lo que podría decirle a continuación. Miró las manos de su padre mientras este hablaba, y notó como sus dedos se movían de forma ansiosa, intentando encontrar la forma adecuada para expresar lo que sentía.Sus palabras fueron cálidas y amables, se notaba que habían salido de lo más profundo de su corazón, conmoviendo con ello el de Piero.—Papá —empezó a decir el niño con lágrimas en los ojos, mientras Camilo se emocionaba por ese trato—, ¿Me das un abrazo?Una sonrisa se dibujó en el rostro de Camilo, y sin dudarlo ni un segundo se acercó a su hijo, se abrazaron mientras lloraban juntos.—Yo si te quiero papá… y yo quiero formar parte de mis dos familias, porque amo en la que fui acogido… donde me dieron un hogar… me amaron, me trataron como un Ferrer, y ahora cuando lo
Nicol se quedó esperando lo que su hijo le dijera, lo que iba a decirle, pero como los segundos pasaban y aún permanecía en silencio, le repitió.—Piero, ¿Me vas a dejar así? ¿Cuéntame de qué verdad estás hablando? —peguntó Sin embargo, Piero no respondió, por eso se giró a verlo y cuando lo vio al rostro se había quedado dormido.—Hijo, que mal chismoso eres, ¿Cómo te quedas dormido y me dejas en esta zozobra por saber qué ocurrió y de qué verdad hablas? —expresó con un suspiro de impotencia.Lo observó y un leve ronquido salió de los labios de Piero, no pudo evitar sonreírse, se inclinó y le dio un beso en la frente.—¡Es tan adorable! Te voy a extrañar mi pequeño terremoto —declaró sin dejar de sonreír.Nicol suspiró mirándolo con ternura mientras lo cubría con la manta para que estuviera cómodo y protegerlo del frío, no quería que se resfriara. Estaba feliz por su cambio de actitud con su familia biológica, en un principio ella estaba reacia, y hasta un poco celosa, no quería q
Andreas sintió que los pies eran incapaces de moverse, como si una piedra hubiera estado atada a sus tobillos. Sus ojos miraron fijamente a Giorgi, que lo encaraba una mirada fría y despectiva. El cuerpo de Andreas se estremeció en respuesta a la mirada, pero no se atrevió a moverse. No podía creer lo que estaba escuchando, ni entendía por qué razón Giorgi quería ocultar a Nicol, tampoco sabía por qué Enzo no la recordaba si se supone que era la mujer que amaba. —Giorgi, ¿Qué ocurre? ¿Qué carajos estás haciendo? ¿Por qué estás diciendo eso? Antes de que pudiera decir algo más, Giorgi se le acercó y le dijo en un murmullo solo audible para él. —Te aconsejo que mantengas tu boca cerrada… él no la recuerda, ni hay que hacérsela recordar… y si te atreves a decir algo o a oponerte a lo que digo ordenaré encerrarte a la mazmorra y entonces no podrás buscar a Nicol ni protegerla como es tu deseo y demás está decir que ni siquiera a ella podrás contarle sobre esto. —¡Eso no está bien! ¿Qui
Enzo se acercó a ella como hipnotizado, sorprendido de que se tratara de la chica de sus sueños, no podía creer que fuera real, sintió la brisa fresca de la noche en su rostro, su olor era hechizante y le recordaba a alguien, pero no podía recordar quien era, su figura delgada, una silueta pura y hermosa y ese aire de ingenuidad que le daba cierto toque de misterio.Enzo no pudo resistir la tentación, clavó su mirada en ella, levantó su mano y acarició con suavidad su rostro… no sabía por qué, pero algo en su interior lo aconsejó que debía tratarla con delicadeza, como si fuera el tesoro más preciado del universo, el corazón del hombre latía con fuerza, esperando que ella hablara de nuevo, sentía esa voz tan familiar como la suya propia.Finalmente, ella lo volvió a hacer, su voz era un suave murmullo que estremeció todo el cuerpo del hombre.—¿Quién eres? Yo te conozco… ¡Oh por Dios! ¡Estoy loca! —se dijo, cerró los ojos porque estaba convencida de que era Enzo, por un momento creyó
Nicol lo vio sin entender su actitud molesta, por eso le preguntó sin ocultar la expresión de su rostro de que no le había agradado para nada su comportamiento.—¿De qué carajos me estás hablando? No te estoy entendiendo.Enzo se enderezó y la miró fijamente con sus ojos achocolatados, su tono de voz era más grave y elevado cuando habló.—No trates de engañarme Nicol, ya Giorgi me dijo la verdad… claro ahora entiendo la conversación, apenas creíste que morí te fuiste y te casaste con otro, y no cualquiera, sino uno de mis hombres… y seguro que mientras vivía te la dabas de que me amabas y eras capaz de besar el suelo por donde piso… —iba a continuar hablando y ella lo detuvo.—¿Crees que te estoy engañando? Eso es lo que piensas, ¿Le crees más a tu tío que desde que te dieron por muerto lo único que ha hecho es tratar de joderme la vida? Pues piensa lo que quieras, no voy a discutir contigo, y para tu información jamás te he dicho que te amo, todo lo contrario, nunca he dudado en mani
Giorgi estaba en el despacho cuando Ziola entró como un vendaval dispuesta a enfrentarse a él, dejó la puerta abierta con una expresión de absoluta molestia en su rostro, apenas la vio a entrar, el hombre se levantó para abrazarla, pero ella extendió su mano y le impidió acercarse más, lo cual lo desconcertó.—¿Qué te pasa? ¿Por qué me estás alejando de ti? —preguntó desconcertado ante la actitud de la mujer.—¿Aún te atreves a preguntármelo? No sé si es ignorancia o me crees tonta —respiró profundo tratando de calmarse—. Sé lo que hiciste ¿Cómo fuiste capaz de hacerle eso a Nicol? Sabes cuánto la aprecio… ella ha sido un refugio para mí, después que perdí a mis hijos, es la primera vez que me sentía feliz y sabiendo eso me mentiste sobre la muerte de Enzo para que no le dijera nada a ella, y no conforme con eso le dijiste a Enzo que Nicol se había casado con Andreas y que su hijo era de él… eso es maldad pura con alguien que sabes muy bien que la sometieron a tortura, la maltrataron…
Nicol se estremeció al sentirlo cerca. Era inevitable que su corazón pareciera reconocerlo incluso antes de haber confirmado su presencia. Su cuerpo temblaba, a pesar de que esa era una sensación que no era nueva para ella. Se preguntó cómo podía seguir sintiendo de esa manera tan intensa, incluso después de lo sucedido.Giró lentamente, con una mezcla de miedo y ansiedad, temiendo encontrarse con lo que vería cuando se volviera. Pero cuando por fin sus ojos se encontraron, vio tormento, tristeza y dolor en ellos, que simplemente no pudo confesarle la verdad en su lugar, levantó la mano y le acarició el rostro.—Ya llegará el momento cuando lo recuerdes… creo haber escuchado que no es bueno contarte las cosas, si no que debes ir descubriéndolo todo por ti mismo… y hay cosas que es mejor dejar en el pasado si se quiere seguir avanzando.Nicol sintió que todos los recuerdos, aquellos que había tratado de olvidar, se abrieron paso como una llaga en su pecho, pero también recordó los buen
Enzo se acercó a Giorgi con miedo en el corazón. El accidente le había hecho olvidar lo relacionado con su hermana y con Nicol, pero se negaba a creer que se tratara de algo malo, pero cuando vio la expresión de su tío y de su esposa, supo que ese recuerdo que guardaba no era nada bueno, una sospecha se abrió paso dentro de él, una parte de su cerebro le dijo que mejor era mantener todo así, pero la corazonada cada vez más fuerte no dejaba de martirizarlo, y sabía que no tendría paz hasta averiguar la verdad. Giorgi intentó apartar su rostro para no revelar sus pensamientos, había miedo en sus ojos. Había algo en él que afianzaba más su sospecha.Enzo tragó saliva y preguntó, con un temblor en la voz: —¿Dónde está mi hermana? —su tío parecía estático, se había quedado como una piedra.Enzo lo tomó por el brazo con fuerza, y le pidió explicación.—Dime de una maldit4 vez ¿Qué está pasando con Gema? —inquirió, se veía molesto y Nicol se acercó a él para calmarlo.—Enzo, lo mejor será