Los días para Nicol eran difíciles, solo quería estar sola, se sentía triste, pensando si alguna vez podría recuperar la alegría y la inocencia de su pasado, se sonrió con pesar, porque definitivamente la inocencia una vez perdida no podía recuperarse, y sobre todo, no después de todo lo vivido, para bien o para mal eso la había hecho madurar y ver la vida desde otra perspectiva. En ese momento miraba por el balcón de su habitación, trataba de mantenerse fuera del foco de los hombres de Enzo o mejor dicho de Giorgi, él estaba a cargo y su animadversión hacia ella era demasiado notoria, había cambiado tanto su tratamiento hacia ella, por eso trataba de no estar en los mismos lugares donde él estaba para no incomodar. Durante esos días sus náuseas, malestares se habían intensificado, incluso había bajado mucho de peso, le costaba mantener la comida por mucho tiempo en su estómago. En ese momento observaba el cielo era de un azul intenso, solo interrumpido por alguna nube blanca que se
Camillo salió corriendo a buscar a Piero. Su trabajador lo había atropellado. El sonido de los frenos fue como si una bomba hubiera explotado. El corazón de Camillo se paralizó y sintió que dejaba de respirar.—¡Piero! Hijo—gritó.Camillo llegó a un lado donde estaba Piero, sin dejar de llorar. Sus lágrimas caían como una tormenta. Se derrumbó de rodillas y lo tomó entre sus brazos.—¿Piero? ¿Estás bien? —preguntó con la voz temblorosa.—Lo siento… te hice perder… mucho dinero —dijo el niño con suavidad, aunque su rostro era una máscara de sufrimiento, pero lo que más le causó pesar a Camilo es que creyera que el dinero era más importante que él, eso lo hizo sentir peor.—¡Eres un tonto! —le gritó a Piero, entre lágrimas—. Eres más importante que cualquier colección o auto… —expresó y el pequeño sonrió, pero unos segundos después cerró los ojos.—Me duele mucho… —sollozó—, estoy muy cansado.—¡No te duermas! No es buena idea —le dijo en el mismo momento en que el resto de los trabajad
Giorgi se quedó procesando, todo lo que había escuchado del médico respecto a la amnesia disociativa que padecía Enzo, un trastorno en el que el paciente pierde la memoria de eventos específicos de su vida. Para Giorgi fue una noticia impactante, que lo dejó asombrado, sin saber cómo reaccionar, le hizo la pregunta que le estaba rondando hace rato por la cabeza: —¿Algún día podrá recordar todo? —Realmente la recuperación de un paciente con la amnesia disociativa es un proceso lento, primero es necesario establecer una relación de confianza entre el paciente y el terapeuta, para luego estimular sus recuerdos perdidos. Aunque no existen tratamientos específicos para garantizar la recuperación de la memoria, el profesional que lo trate le recomendará algunos trucos y consejos para ayudar a Enzo a recordar.—¿Y dónde podemos localizar el mejor especialista para tratarlo?—Le daré un listado, mientras es necesario crearle un ambiente seguro y confiable, en el que Enzo pueda relajarse si
Nicol sintió la presión de los labios del hombre contra los suyos, una sensación mezcla de sorpresa e incomodidad se extendió por todo su cuerpo. Y aunque el beso no fue desagradable, no era nada comparado con los besos de Enzo que le hacían vibrar cada fibra de su cuerpo como las cuerdas de un violín.La chica se sobresaltó, sorprendida por el beso inesperado, se quedó mirando a Andreas, con la boca abierta de asombro. Andreas la miró a los ojos, y ella vio un profundo anhelo y una tristeza que parecían reflejar los suyos. En ese momento, los sentimientos de Nicol comenzaron a cambiar. Se sintió incómoda, y su respuesta fue empujar suavemente a Andreas, retrocediendo unos pasos.—¡¿Qué te pasa?! —, dijo Nicol con rabia— ¿Qué derecho tienes de venir y besarme así? Estás equivocado conmigo ¿Qué te has creído? —Nicol, por favor, lo siento yo… —dijo el chico profundamente avergonzado.—Lo sientes nada, Andreas, ¿Por qué tenías que besarme? Dime ¿Te di algún indicio de que esto es lo qu
El pequeño Piero se encontraba recostado en la cama sosteniendo la mano de Nicol, reteniendo el aliento mientras escuchaba con atención cada palabra que su padre biológico decía, casi paralizado por la expectación de lo que podría decirle a continuación. Miró las manos de su padre mientras este hablaba, y notó como sus dedos se movían de forma ansiosa, intentando encontrar la forma adecuada para expresar lo que sentía.Sus palabras fueron cálidas y amables, se notaba que habían salido de lo más profundo de su corazón, conmoviendo con ello el de Piero.—Papá —empezó a decir el niño con lágrimas en los ojos, mientras Camilo se emocionaba por ese trato—, ¿Me das un abrazo?Una sonrisa se dibujó en el rostro de Camilo, y sin dudarlo ni un segundo se acercó a su hijo, se abrazaron mientras lloraban juntos.—Yo si te quiero papá… y yo quiero formar parte de mis dos familias, porque amo en la que fui acogido… donde me dieron un hogar… me amaron, me trataron como un Ferrer, y ahora cuando lo
Nicol se quedó esperando lo que su hijo le dijera, lo que iba a decirle, pero como los segundos pasaban y aún permanecía en silencio, le repitió.—Piero, ¿Me vas a dejar así? ¿Cuéntame de qué verdad estás hablando? —peguntó Sin embargo, Piero no respondió, por eso se giró a verlo y cuando lo vio al rostro se había quedado dormido.—Hijo, que mal chismoso eres, ¿Cómo te quedas dormido y me dejas en esta zozobra por saber qué ocurrió y de qué verdad hablas? —expresó con un suspiro de impotencia.Lo observó y un leve ronquido salió de los labios de Piero, no pudo evitar sonreírse, se inclinó y le dio un beso en la frente.—¡Es tan adorable! Te voy a extrañar mi pequeño terremoto —declaró sin dejar de sonreír.Nicol suspiró mirándolo con ternura mientras lo cubría con la manta para que estuviera cómodo y protegerlo del frío, no quería que se resfriara. Estaba feliz por su cambio de actitud con su familia biológica, en un principio ella estaba reacia, y hasta un poco celosa, no quería q
Andreas sintió que los pies eran incapaces de moverse, como si una piedra hubiera estado atada a sus tobillos. Sus ojos miraron fijamente a Giorgi, que lo encaraba una mirada fría y despectiva. El cuerpo de Andreas se estremeció en respuesta a la mirada, pero no se atrevió a moverse. No podía creer lo que estaba escuchando, ni entendía por qué razón Giorgi quería ocultar a Nicol, tampoco sabía por qué Enzo no la recordaba si se supone que era la mujer que amaba. —Giorgi, ¿Qué ocurre? ¿Qué carajos estás haciendo? ¿Por qué estás diciendo eso? Antes de que pudiera decir algo más, Giorgi se le acercó y le dijo en un murmullo solo audible para él. —Te aconsejo que mantengas tu boca cerrada… él no la recuerda, ni hay que hacérsela recordar… y si te atreves a decir algo o a oponerte a lo que digo ordenaré encerrarte a la mazmorra y entonces no podrás buscar a Nicol ni protegerla como es tu deseo y demás está decir que ni siquiera a ella podrás contarle sobre esto. —¡Eso no está bien! ¿Qui
Enzo se acercó a ella como hipnotizado, sorprendido de que se tratara de la chica de sus sueños, no podía creer que fuera real, sintió la brisa fresca de la noche en su rostro, su olor era hechizante y le recordaba a alguien, pero no podía recordar quien era, su figura delgada, una silueta pura y hermosa y ese aire de ingenuidad que le daba cierto toque de misterio.Enzo no pudo resistir la tentación, clavó su mirada en ella, levantó su mano y acarició con suavidad su rostro… no sabía por qué, pero algo en su interior lo aconsejó que debía tratarla con delicadeza, como si fuera el tesoro más preciado del universo, el corazón del hombre latía con fuerza, esperando que ella hablara de nuevo, sentía esa voz tan familiar como la suya propia.Finalmente, ella lo volvió a hacer, su voz era un suave murmullo que estremeció todo el cuerpo del hombre.—¿Quién eres? Yo te conozco… ¡Oh por Dios! ¡Estoy loca! —se dijo, cerró los ojos porque estaba convencida de que era Enzo, por un momento creyó