A partir de ese día, Nicol, aprovechándose de su papel de esposa, empezó a interesarse por todo lo que hacía Enzo, no era tonta, los primeros días no hizo ningún movimiento en su contra porque pensó que, de hacerlo, como ella estaba entrando al círculo íntimo del hombre la culparían de lo que ocurriera, pero esto provocó la molestia en Torrence, con quien se reunió durante esa primera semana dos veces.—No te entiendo Nicol, hasta ahora aliarme contigo, no me ha reportado ningún beneficio —dijo el hombre sin dejar de observarla, luego se acercó lentamente y la tomó del mentón—, salvo poder observar tu belleza ¿Acaso ya no deseas vengarte del hombre que ha destruido tu vida? ¿Le has perdonado todo lo que te hizo? —dijo Torrence con evidente molestia.Nicol lo observó sin perder detalle de nada, lo primero es que el contacto de su mano sobre su piel no le produjo más que la necesidad de apartarla, y eso le causó una mezcla de preocupación, irritación, porque eso vino a comprobar lo que
Nicol bajó las escaleras corriendo para ver lo que quería mostrarle Ziola. Salieron a la rotonda que estaba para dar a la casa y allí vio un camión que estaba bajando cajas, frunció el ceño porque no entendía que tenía que ver eso con ella.—¡Venga! No se quede allí parada como si nada —le dijo Ziola extendiendo la mano y Nicol volteó los ojos con impaciencia, no entendía tanto alboroto y éxtasis de la mujer.Cuando Nicol se acercó, y abrió una de las cajas prácticamente obligada por la mujer, el contenido eran bolsas de regalo con lazos grandes, eso la hizo sonreír y decir con admiración.—¡Son regalos! ¿Para quién son?—Lea la nota, aunque es obvio para quien son —pronunció Ziola con una expresión de “en verdad me está preguntando para quién es todo esto”.Nicol, leyó la nota y allí vio su nombre, a pesar de querer mantener su seriedad, se dibujó una tenue sonrisa en sus labios.—Claro, es evidente quien es exagerado para todo. Cuando abrió la bolsa, frunció el ceño al ver el conte
Cuando el hombre escuchó el nombre de la chica, su rostro palideció, pero segundos después se recompuso e intentó negarlo.—Lo siento, no sé de quién me está hablando, creo que se está equivocando de persona… puede ser que me esté confundiendo… —dijo el hombre tratando de evitar que Enzo lo lastimara—, tengo un hermano gemelo, se llama Juliano y vive en otro lado, quizás es de él, de quien está hablando.Enzo escuchó la explicación del hombre con una expresión de burla.—¿Crees que soy un tonto? —le preguntó con enojo, acercándose a él y mirándolo a los ojos, pudo notar el temor en su rostro y le alegraba que lo tuviera porque no le esperaba nada bueno—. Sé bien de quien estoy hablando, y la cuestión ahora es ¿qué vas a hacer para pagarme el daño que le hiciste a Gema Ferrer? El hombre se aterrorizó al escuchar eso y trató de negarlo.—Yo no he hecho nada, está equivocado. No he visto ni siquiera a esa chica, mire yo no sería capaz de hacer eso… —empezó a decir con voz temblorosa. E
Cuando Giorgi descubrió que Nicol estaba detrás de todo no pudo contener su decepción, cuando Enzo pensaba vengarse de ella no estaba de acuerdo, le pareció cruel e injusto con alguien que era inocente de todo lo que había pasado y aunque, por una parte, entendía que ella estaba en su derecho de hacerlo pagar por el daño que le hizo, lo que no estaba de acuerdo es que se hiciera pasar por aliada, por su amiga, por su amante mientras conspiraba contra el peor enemigo de Enzo.—¿Desde cuándo lo sabes? —inquirió con molestia.—No te dije nada porque sabía que esta sería tu reacción, la ibas a empezar a tratar mal y aislarla, y eso no te lo iba a permitir —señaló con firmeza.—¡Por Dios Enzo! ¿Qué carajos estás diciendo? En vez de ponernos sobre aviso la dejaste participar poniéndonos en riesgo, y sobre todo tu posición como líder de la organización ¿Qué crees que iban a pensar los otros cuando vieran que una y otra vez los negocios no te salieran? Nicol debe recibir su escarmiento —dijo
—¡Búsquenla! —exclamó Enzo furioso —da la orden a todos de buscarla hasta debajo de las piedras y detengan a todos quienes estaban de guardia y a Andreas que venga a darme la cara ¡Ya! —concluyó rechinando los dientes, mientras su rostro se enrojecía producto de la furia que lo dominaba.Los hombres salieron de inmediato y Giorgi por radio daba las órdenes al resto, Enzo salió del despacho tirando la puerta con violencia tras su salida, haciendo resonar por toda la edificación.Cuando Giorgi salió al patio, vio la mezcla de rabia, desesperación, tristeza en el rostro del hombre y no pudo evitar sentir un gran peso en su corazón, sabía que el hombre se encontraba destrozado. Se acercó lentamente a él, pero se mantuvo en silencio e inmóvil, no quería seguir atormentándolo, sabía que Nicol era la persona que más podía causarle daño a Enzo, ella era capaz de cambiarlo y hacerlo menos duro, de todo el tiempo que tenía a su lado desde que descubrió que era su sobrino, nunca lo vio perdido,
Andreas abrió los ojos como se lo exigió, sus miradas se encontraron y por un momento se sostuvieron la mirada, permanecieron en silencio por varios segundos hasta que Andreas lo interrumpió, mirándolo fijamente con una serenidad poco común, sobre todo para alguien que está cara a cara ante su propia muerte.—No tengo una, sino varias razones… la primera y la más importante de ella es que no quieres matarme, si quisieras hacerlo la mano no te hubiera temblado para dispararme y no estarías preguntándome que te dé razones para no hacerlo… yo solo cumplía las órdenes de Giorgi, incluso le dije que no me parecía buena idea, cuando me dio la orden de venirla a buscar lo hice y ya se la habían llevado, segundo, sabes que yo no soy ningún traidor y eso es lo que te detiene a ejecutarme, porque soy tu mejor hombre, siempre te he servido, pero más que como alguien a su patrón, te he cuidado como mi propia sangre, como si fueras mi hermano, nunca haría nada para perjudicarte, porque te respeto
Habían pasado tres días y Enzo no había sabido nada de Nicol, ya estaba desesperado, porque los intentos de Laureano por localizarlo habían sido nulos. En ese momento estaba llamando al hombre por décima vez en las últimas dos horas.—Se te está acabando el tiempo a ti y a mí la paciencia, si a mi esposa le llega a ocurrir algo tú serás el único responsable de lo que le suceda… y por eso te haré cargar con las consecuencias, conoces cuanto me molesta la ineptitud de la gente —dicho eso cortó sin escuchar las palabras de justificación del hombre.—¿Qué pasó? ¿Todavía Laureano no ha conseguido dónde está? —preguntó Giorgi.—Nada y cada segundo me angustió más —suspiró con impaciencia—, yo Enzo Ferrer, angustiado por una mujer quien lo hubiera creído… no sé qué hacer con todo esto, cómo encontrarlos es como si la tierra se los hubiera tragado, he buscado en varias propiedades de Torrence, pero no se encuentra en ninguna de ellas y tampoco aparece Gia, no sé si está con ellos, si es así p
Nicol recorrió su vista de Torrence a Gia, y sonrió de mala gana.—¿Qué te hace pensar que Enzo va a dejar todo lo que tiene por venir detrás de mí? ¿Acaso no estás siendo demasiado iluso? —inquirió tratando de ver la manera de zafarse de todo eso.—Yo te aseguro que lo hará Torrence, ese hombre es capaz de hacer todo por esta mujer, yo lo conozco mejor que nadie, desde que esta apareció cambió mucho y toda gira en torno a ella, si lo llama vendrá con prontitud te lo aseguro —dijo Gia.Uno de los hombres de confianza de Torrence, que había permanecido apartado de ellos, se acercó e intervino.—La señora Gia tiene razón, él la está buscando como loco; desde el mismo día que ella desapareció hizo un despliegue de hombres buscándola, y hasta ha designado investigadores y hombres para que vinieran tras ellas… fuentes cercanas afirman que nunca habían visto al Barón tan enamorado.—Ya escuchaste Nicol, ¡Llámalo! Ella cerró los ojos, respiró profundamente y agarró el teléfono, aún tenía de