Andreas abrió los ojos como se lo exigió, sus miradas se encontraron y por un momento se sostuvieron la mirada, permanecieron en silencio por varios segundos hasta que Andreas lo interrumpió, mirándolo fijamente con una serenidad poco común, sobre todo para alguien que está cara a cara ante su propia muerte.—No tengo una, sino varias razones… la primera y la más importante de ella es que no quieres matarme, si quisieras hacerlo la mano no te hubiera temblado para dispararme y no estarías preguntándome que te dé razones para no hacerlo… yo solo cumplía las órdenes de Giorgi, incluso le dije que no me parecía buena idea, cuando me dio la orden de venirla a buscar lo hice y ya se la habían llevado, segundo, sabes que yo no soy ningún traidor y eso es lo que te detiene a ejecutarme, porque soy tu mejor hombre, siempre te he servido, pero más que como alguien a su patrón, te he cuidado como mi propia sangre, como si fueras mi hermano, nunca haría nada para perjudicarte, porque te respeto
Habían pasado tres días y Enzo no había sabido nada de Nicol, ya estaba desesperado, porque los intentos de Laureano por localizarlo habían sido nulos. En ese momento estaba llamando al hombre por décima vez en las últimas dos horas.—Se te está acabando el tiempo a ti y a mí la paciencia, si a mi esposa le llega a ocurrir algo tú serás el único responsable de lo que le suceda… y por eso te haré cargar con las consecuencias, conoces cuanto me molesta la ineptitud de la gente —dicho eso cortó sin escuchar las palabras de justificación del hombre.—¿Qué pasó? ¿Todavía Laureano no ha conseguido dónde está? —preguntó Giorgi.—Nada y cada segundo me angustió más —suspiró con impaciencia—, yo Enzo Ferrer, angustiado por una mujer quien lo hubiera creído… no sé qué hacer con todo esto, cómo encontrarlos es como si la tierra se los hubiera tragado, he buscado en varias propiedades de Torrence, pero no se encuentra en ninguna de ellas y tampoco aparece Gia, no sé si está con ellos, si es así p
Nicol recorrió su vista de Torrence a Gia, y sonrió de mala gana.—¿Qué te hace pensar que Enzo va a dejar todo lo que tiene por venir detrás de mí? ¿Acaso no estás siendo demasiado iluso? —inquirió tratando de ver la manera de zafarse de todo eso.—Yo te aseguro que lo hará Torrence, ese hombre es capaz de hacer todo por esta mujer, yo lo conozco mejor que nadie, desde que esta apareció cambió mucho y toda gira en torno a ella, si lo llama vendrá con prontitud te lo aseguro —dijo Gia.Uno de los hombres de confianza de Torrence, que había permanecido apartado de ellos, se acercó e intervino.—La señora Gia tiene razón, él la está buscando como loco; desde el mismo día que ella desapareció hizo un despliegue de hombres buscándola, y hasta ha designado investigadores y hombres para que vinieran tras ellas… fuentes cercanas afirman que nunca habían visto al Barón tan enamorado.—Ya escuchaste Nicol, ¡Llámalo! Ella cerró los ojos, respiró profundamente y agarró el teléfono, aún tenía de
Enzo, cuando escuchó la voz de Nicol al otro lado de la línea, no pudo contener su emoción, fue como si la realidad hubiera colapsado sobre él, deseaba saber de su paradero porque lo único que quería hacer era estar con ella en ese momento.Cuando se dio cuenta del contenido de sus palabras no pudo evitar que su cuerpo se tensara, pero inmediatamente la llamada se cortó.—Maldit4 sea Giorgi, por favor ¿Dime que lograron rastrear esa llamada desde el mismo momento que entró? —inquirió mientras esperaba con zozobra la respuesta.—Espera, ya te digo, aunque ella no habló mucho… el silencio que hizo antes pudiera ser determinante para hallar su ubicación, mientras tanto cuéntame ¿Qué fue lo que te dejó? —interrogó Giorgi.—Que no fuera a buscarla porque era una trampa de Gia y de Torrence ¿Sabes lo que eso significa?—Que no debes ir tras ella —respondió el hombre con seguridad y Enzo negó con la cabeza.—No Giorgi, eso significa que no le soy indiferente, porque de lo contrario no me hub
Nicol notó que sus piernas se habían hecho pesadas y su corazón latía cada vez más fuerte como si estuviera a punto de salírsele de su pecho, pero, aun así, se quedó inmóvil, paralizada, sin hacer un solo movimiento. Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras ella miraba a las llamas lamer la vieja edificación, emitiendo un calor tan intenso que se podía sentir desde el lugar donde estaban.El intenso calor era casi insoportable, pero ella no podía apartar la vista, parecía como si estuviese hipnotizada por el horror de la escena. Nicol se quedó sin reacción, mientras recordaba el último beso que le dio a Enzo antes de marcharse.—Nicol, debes venir conmigo… Enzo quería que cualquier cosa que pasara, incluso si muriera aquí regresaras al castillo —le dijo Andreas tomándola de la mano.Ella lo observó sin decir nada, se abrazó a sí misma, meditando en qué podría hacer y de pronto recordó la mirada de Piero, no podía dejarlo sufrir el dolor de la pérdida de su padre solo, lo mejor s
Piero miró hacia los árboles, estos eran inmensos, pero sus ramas se enlazaban unas con otras, se dio cuenta de que era la única vía por la cual podía escapar sin ser visto, “Gracias a que mi padre me enseñó a trepar”, pensó, miró hacia la casa de su tío Sebastián con nostalgia, él los quería, eran cariñosos, divertidos, sobre todo sus abuelos Sebas y Bella, eran lo más divino del mundo, pero para él no había nadie más importante que Enzo Ferrer “Y si de verdad mi papá ha muerto, los responsables me las van a pagar” pensó apretando sus pequeños puños con rabia.La decisión estaba tomada, usaría sus habilidades para trepar de árbol en árbol y así escapar. Miró hacia los lados, para su alivio no había nadie, se quitó los zapatos y los lanzó lejos, cayeron en el área cercana a la piscina, suspiró profundo y se apresuró a escalar el primer árbol, con las ramas entrelazadas era como si fuera una escalera natural, los pies descalzos pisaban la corteza de cada rama con agilidad para no perde
Por suerte para Piero, no fue sino un par de horas después cuando Sebastián Junior vio la noticia sobre la muerte de Enzo Ferrer, estaba conversando con su esposa, cuando lo supo.—¡Por Dios! ¡Esto no poder ser! —exclamó sorprendido.—¿Qué pasó? —interrogó Briggitte al ver la expresión de sorpresa y tristeza de su marido al mismo tiempo.—Enzo, el padre de Piero, murió en un incendio… —de pronto reaccionó y se levantó de la cama—. Debo ver cómo está él, ese hombre es la adoración de ese niño, no me imagino como va a ponerse con esta noticia.Corrió hacia la habitación de Piero, seguido de Brig, pero no lo encontró, fueron al salón de juego, a la habitación de Dominic, a las habitaciones de las trillizas, buscaron por toda la casa y no lo encontraron, al jardín, la piscina.—¡Maldición! ¡Se fue Brig! Seguramente supo de la noticia y se fue, ¿Sabes el peligro que corre afuera? Los enemigos de Enzo pueden hacerle daño, secuestrarlo, y hasta matarlo —dijo con preocupación.—¿Cómo serían c
—Quiero ver a mi padre, déjame entrar, por favor —pidió el niño con su rostro desencajado.El pequeño Piero estaba ansioso por ver a su padre, porque tenía días que no lo veía y porque temía que no pudiera salvarse.—No es posible hijo —le dijo el hombre con tristeza.El niño quería verlo, abrazarlo y decirle todo lo que guardaba en su corazón, mientras estuvo con los Ferrari supo quién era su madre, una mujer mala, hija del mismo mafioso que había matado a sus abuelos, los padres de Enzo y él la había tenido que matar cuando le iba a disparar a su tío Sebastián, con todo y sabiendo eso, él lo buscó, lo llevó a su casa y lo trató con amor, como a su propio hijo, eso jamás podría olvidarlo y nunca nadie le iba a quitar de la cabeza que ese hombre era su héroe.—¿Por qué no quieres dejar que lo vea? —interrogó en tono bajo.—Él tuvo quemaduras en su cuerpo… y deben ser tratadas, los médicos están haciendo lo posible, envíe a pedir equipos médicos necesarios, no puedo llevarlo a una clí