Cap 4
Aclarando dudas Miguel Russell un tipo un poco menos alto que su amigo Nicolás, divorciado, tenía cuarenta años, cabello oscuro, piel blanca,labios delgados, nariz aguileña, ojos color marrón, mirada profunda; en general, no era mal parecido, tenía un cuerpo atlético, era de muy buen humor. Conocía a Nicolás,desde que eran niños, habían emprendido negocios juntos, ahora eran dueños de muchos negocios, aunque Miguel se ocupaba más de la red hotelera, no les iba nada mal. Susana Morgado, una rubia de 36 años; conocía a Clara desde la preparatoria, a pesar de los años que habían pasado, hablaban con regularidad, era de rostro duro, ojos vivos, muy verdes, con sonrisa maliciosa, labios carnosos, siempre fue llenita de cuerpo, pero de figura proporcionada, no muy alta, divorciada, sin hijos, trabajaba como gerente comercial en la red de hoteles de Nicolás Jeppsen y Miguel Russell. Clara marcó el número de su amiga, esperó unos segundos para escuchar la agradable voz al teléfono. — ¡Hola Claire! — saludó Susana —Espero no estés tan ocupada—respondió Clara por saludo,— ¿cómo estás? —¿Yo? ¡Divina amiga! ¡Cómo siempre!— le respondió, entre risas. -—¡Jajaja jajaja! — también Clara le acompañó en su risa, —amiga la razón de mi llamada es porque deseo saber de alguien. — ¡Dime, dime!— le animó ella. —¿Conoces a Nicolás Jeppsen?—preguntó Clara. —Es uno de mis jefes, ¿por qué?— preguntó Susana, intrigada— aunque personalmente no le he tratado, solo por redes. —¡Es el amigo que sugeriste en las redes, no te hagas!—dijo Clara. —¡Claro, lo había olvidado!— dijo con sinceridad— ¿Hice mal?— le preguntó. —¡Oh no! Sólo que no se mucho de él; ¿Qué sabes tú?— dijo con algo de timidez Clara. —¡Ah ya entiendo—dijo Susana— tú siempre queriendo saber— le regaño con cariño su amiga— no te compliques, él es un recontra millonario, uno de mis jefes, soltero empedernido, muy mujeriego, pero muy buena gente. —Está bien amiga, gracias por los detalles. —Bueno, bueno—dijo Susana— ¿Cuándo nos reunimos para tomarnos un buen café? —¡Vamos a planificarlo!— respondió Clara— recuerda que no estamos tan cerca. Se despidió de su amiga, se sintió más segura al escuchar de Nicolás, antes de colgar nuevamente le volvió a reclamar: —¿Cuándo vas a dejar al saco de resentimientos? ¡Estás enterrada en vida, con ese hombre que no te valora chica— le había dicho nuevamente—¡Vente de una vez conmigo! Clara, se justificaba diciendo para sí misma: —«Es que le tengo algo de compasión». Luego pensaba «¿Compasión? ¿Acaso los matrimonios se sostienen por la compasión? No, definitivamente ella estaba allí por cobarde, era una tonta al creer que un día Álvaro la iba a querer de verdad, solo se había casado porque ella se había embarazado, lamentablemente después vinieron dos más, ese había sido su peor error. Clara, se quedó pensando un buen rato en lo que le había dicho su amiga de su esposo, tantas veces le había pedido que dejara a Álvaro en su mundo, que se fuera con ella, que allí tendría trabajo, pero nunca se atrevió a considerar siquiera tal posibilidad; luego pensó en lo otro que le había dicho de Nicolás Jeppsen: —«¿Un millonario? ¿Qué significaba aquello? ¿Acaso ese tipo de personas tenían tiempo para perder en las redes?» Por más que este pensamiento dio vueltas a su cabeza no pudo conseguir una razón válida; había aceptado pasar un día con Samara su primera hija quien le había dado una nieta, la pequeña Clara quien estaría cumpliendo su primer añito ese sábado, allí también estaría su hijo Álvaro, quien vivía fuera de casa por no llevarse con su padre, detestaba estar en la casa materna, por eso apenas cumplió los 18 decidió vivir solo. Samara, extrovertida, de ojos muy parecidos a los de su madre, pero de un color más hacia el verde que el avellana, cabello castaño claro, esbelta, de hermosas facciones, se parecía bastante a su madre. También estaría Rachel, era más extrovertida que su hermana, en carácter de parecía más al de su padre, pero sin la amargura; ojos marrón claro, hermosa, era la más pequeña, pero vivía por su cuenta, tampoco deseaba vivir con sus padres. Su segundo hijo, Álvaro; en el carácter era como Clara, muy guapo, ojos del mismo color que los de su madre, su rostro era una mezcla entre su mamá y su papá, era muy protector con su madre, por eso era quien vivía más cerca de la casa materna, quien la visitaba con mayor frecuencia. Clara observaba a su familia, se sentía satisfecha de verles a cada uno en su entorno, adultos, no entendía porque Álvaro nunca buscó integrarse para disfrutar con ellos, había permanecido casi todo el día encerrado mirando la televisión, sin importarle nada de lo que sucedía a su alrededor. Ya sus hijos estaban acostumbrados a verlo así. Todo giraba en torno a la fiesta del primer cumpleaños de la pequeña; cantaron al son de los payasos que animaron la celebración, bailaron, Clara se sentía bien de tener un día diferente en su vida, pero a pesar de todo lo que implicaba estar en el cumpleaños de su nieta, Nicolás Jeppsen el recontra millonario, según su amiga, no salía de su cabeza. —Mama,—dijo su hijo;—te he estado observando, te noto pensativa, ¿sucede algo? Ella evasiva respondió: —¿Que habría de suceder hijo?— contestó—es lo de siempre; tu papá y sus grandes ganas de compartir con la familia. —¡Ay mamita ya deberías estar curada de la actitud de papá ante la vida!— dijo su hijo,— él es feliz así, deja de pensar y vamos, que van a cortar el pastel. — ¡Si vamos! Se unió a la algarabía de los niños; ya vería cómo dejaba de pensar en su nuevo amigo virtual, además ya hacía varios días que no enviaba señales de vida, si era millonario y mujeriego seguramente estaba bien ocupado en sus farras y reuniones de negocio. Trato de estar concentrada en la fiesta, disfrutar de lo que quedaba de ella; bien entrada la tarde, los invitados satisfechos regresaban a sus hogares; ahora tocaba recoger toda evidencia de que en algún momento hubo una celebración infantil. Junto a sus hijas empezó la tarea de limpiar todo, estaba agotada ese día, quería meterse en la cama, dormir profundamente para recuperar energías, así seguir con su aburrida vida. Llegó la hora de despedirse, Samara insistió en que pasaran la noche en su casa, ella accedió, estaba realmente deseando tomar un buen baño y descansar; después de tomar un baño, preguntó al esposo: —¿Vienes Álvaro? — Él, sin siquiera voltear a mirarla, movió su cabeza negativamente, siguió concentrado en el programa de televisión. Clara subió al cuarto que le había asignado su hija, tomó su celular, decidió revisar sus notificaciones, para su sorpresa había un saludo de Nicolás. —Hola amiga cómo estás?— Ella se quedó un momento pensando si debía responder o no; decidió responder, vió que estaba conectado. —Hola, estoy bien–se atrevió a preguntar— ¿Estuviste algo ocupado? —Si —respondió él,— estuve en un viaje de negocios,— reconoció a medias,—¿por qué, me extrañaste?— Dijo con picardía —Bueno, realmente me intrigó que no me hablaras,— dijo ella— pero si, extrañé nuestras conversaciones. —También yo— reconoció Nicolás —¿Cómo has estado? —¡Bien, bien, gracias!— dijo ella escueta . —Te siento retraída; ¿sucede algo?—preguntó él . —¡Oh no!—respondió ella, evasiva— además, ¿cómo sabes? ¡No me estás viendo! —Soy brujo querida,—bromeó él— mentira, la verdad es solo una intuición. Ella rió suavemente. —Puedo preguntarte algo personal?— dijo él. —¡Claro!— respondió ella. —Eres soltera, divorciada, viuda?— preguntó abiertamente Nicolás. —Soy casada—respondió ella. —¡Aah,casada!— dijo bastante decepcionado. Aunque reaccionó escribiendo: —¡Enhorabuena amiga! —¿Y tú? —preguntó ella. —¡Soltero y sin compromiso! jajaja jajaja —rió él— ¿Tienes hijos? —Si, tres—respondió Clara— una nieta—soy vieja, como verás. —¿Esa foto en tu perfil es reciente?—preguntó él. —No tanto, hace 6 meses, creo— respondió ella. —¿En serio?—se sorprendió él— ¡Mujer! si así son las viejas, quiero varias!— dijo sin poder contenerse—disculpa, es que te ves muy joven! ¿Puedo preguntar tu edad? Ella respondió: — Voy a cumplir 40 dentro de unos meses. —Clara, haz el favor de botar a ese que te dice que estás vieja— dijo él— son 39 querida. —No te burles— dijo ella.Cap 5Mi historia…—No me estoy burlando, eres aún muy joven, en serio—dijo él—¡Te ves genial! Eres muy bella mujer! Empezaste muy joven a ser madre, imagino.—Gracias de verdad—respondió ella— sí a los 16.—¿Y tu esposo no se molesta por qué estás hablando con un amigo?— dijo —¿por estar a esta hora metida en las redes?—¡Yo estaría celoso!—¿Álvaro?—dijo Clara,—a él no le importa si estoy viva o si muero—dijo con tristeza.—Así se llama tu esposo ¿Cómo es eso?—replicó Nicolás— ¿Están separados? Y disculpas por mí intromisión!—Separados, como tal no—dijo ella—es un poco engorroso hablar de esto.—Entiendo, se que soy un desconocido—dijo él— Voy a entender que no quieras hablar de tu privacidad conmigo.—No, no es nada de eso—dijo Clara—tardaría bastante tiempo contarte; es una larga historia, no deseo aburrirte.— ¿Aburrirme? Tu nunca serás aburrida para mi cariño; empieza querida— dijo él— soy todo oídos, eso sí deseas confiar en mí.Ella suspiró y dijo:—Álvaro no me quiere Nicol
Cap 6Enfrentamiento —¡Tienes razón Sam!—¡Vamos por ese desayuno!Alegremente se sentaron a desayunar, tenía bastante tiempo que no compartía con su hija, así que aprovechando que la pequeña y el esposo de su hija, estaban aún dormidos, lo aprovechó para conversar un ratito con ella. Conversaron amenamente sobre cualquier tema, terminaron de desayunar, cuando Adam irrumpió en la cocina.—¿Quedó algo de comer para mí?—preguntó—¡Claro papá!—dijo Samantha— Ven siéntate a la mesa, ya mamá y yo terminamos—así que tienes la mesa para ti solo.Él las miró, se encogió de hombros y se sentó a la mesa, no sin antes decirle a Clara.—Apenas termine mi desayuno nos vamos a casa, sin esperar respuesta, empezó a comer olvidándose de los demás.— Vamos mamá, te ayudo a recoger tus cosas—dijo Samara— aprovecharé para despertar a mi dormilón allá arriba. Iban de camino a casa, Clara iba pensativa, Álvaro ni siquiera se preocupaba como ella se sentía, sólo conducía el auto sin iniciar ningún tipo
Cap 7Conversando con Nicolás Decidió dar una vuelta por su jardín, darle un poco de cariño a sus plantas antes de que el sol empezara a declinar, le relajaba; habló con sus rosas, con sus lirios, los consintió un buen rato; así era ella, conversaba con sus matas como si fuesen personas, quizás por eso no se sentía tan abandonada. A pesar de lo tedioso que hasta ahora había vivido con Álvaro, siempre busco un motivo para no caer en depresión o sentir ansiedad, primeramente su trabajo al llegar a casa, sus hijos quienes le daban motivación para ser fuerte.Al culminar con la tarea de revisar su jardín, dejó todo en orden, así que decidió sentarse en su sala y leer un buen libro, era domingo, siempre ese día prefería leer en las tardes, generalmente nunca hacía ejercicios, prefería relajarse y meditar. entrada la noche, se preparó algo para comer e ir a dormir, disfrutar de sí misma; después de tantos años de dormir al lado de un esposo, sabía que no sería fácil habían sido veintidós
Cap 8Propuesta inesperadaClara se quedó por unos instantes sin decir nada y Nicolás le preguntó—¿Te molesta?—¡No, claro que no!—dijo ella—solo que no me lo esperaba ¿Entiendes?—No quiero que pienses que me estoy aprovechando de ti — dijo él sinceramente— Cuando empecé a usar la red de facebook, no sabía lo que encontraría, aunque soy nuevo usando las redes, tampoco soy neófito en tecnología.—Te entiendo—dijo ella.—Al ver tu foto de perfil, no voy a negarlo, me llamaste la atención—dijo él sinceramente—eres hermosa.—¡Gracias!—dijo ella— de verdad me halagas.—¡No es halago, Clara!—dijo Nicolás— es en serio lo que te digo; espero no ofenderte, pero deseaba que tuvieras cualquier estado civil, menos casada.—¡Lo siento!—dijo ella con sinceridad— estoy casada.—¿Casada?—le dijo él— tú eres todo, menos casada, cariño, en tu estado civil, estás más en el limbo que en el mundo real. Eres una especie de mujer con marido, pero sin derecho a tener sexo ¿Me entiendes?—Creo que es t
Cap 9¿Cambios?Ella colgó la llamada apretando el celular contra su pecho, jamás imaginó vivir una experiencia como ésta, sintió que su corazón latía a mil por la emoción extraña que sentía.—«¿Tendría razón Nicolás? ¿Sus hijos podrían ayudarle a tomar esa decisión a la que tanto le temía?»Decidió llamar a cada uno para averiguar; marcó primeramente él número de Samara:—¡Hola mami, buenos días!—Escuchó la voz de Sam — ¿Y esa grata sorpresa? ¿Sucede algo mamá?Clara respondió—¡Buenos días hija, necesito hablar contigo—le dijo— quiero tomar ciertas decisiones y me gustaría que pudieras venir.Samara intrigada— respondió—claro mami, ¿cuándo necesitas que vaya?—Lo más pronto posible hija—respondió Clara.—Pues, lo más pronto para mí es el sábado o domingo—que no trabajo.Clara quedó de acuerdo con su hija de que el próximo sábado a las diez de la mañana se iban a encontrar en un centro comercial cercano a la casa materna.Después marcó el número de su hijo Álvaro, al igual que el de
Cap 10No serás libre.Clara lo miró con sorpresa respondiendo:— ¿No entiendo tu pregunta? ¿Eso es lo que se te ocurre decir ante mi petición de divorcio? ¿Que me picó un mosquito y me enamoré de otra persona?Álvaro abrió sus ojos con sorpresa ante las palabras de Clara:— ¿Qué quieres que piense ?—dijo Álvaro— has estado conmigo durante todos éstos años a pesar de mi; y hasta ahora ¿me pides el divorcio?Clara suspiró profundamente y abruptamente dijo:— ¡Pues me cansé de ser una sombra a la que ni siquiera notas; ahora te pregunto yo—dijo ella— ¿Sabes, cuánto tiempo tienes que no me haces el amor, que ni un abrazo me das?Álvaro se levantó de su asiento y dijo:— ¡No creo que ese sea el problema!Ella no podía creer lo que escuchaba:— ¡Por favor!— dijo — ¿Y cuál cree el señor que será mi problema? Estaba muy enojada.Él sin inmutarse exclamó:—¡Qué te gusta otro hombre!Clara sé le quedó mirando por unos instantes y dijo muy suavemente:—¿ Y si fuera así? ¿Tendrías algo que r
Cap 11Decisiones.— ¡Eres una cobarde! Hasta mañana—dijo él sonriendo.Cerró la llamada, se quedó pensando en la respuesta de Álvaro y en las palabras optimistas de Nicolás, por primera vez tuvo miedo de que su esposo no le dejará ser libre. Esa noche no durmió nada bien, ella no quiso entrar en detalles con Nicolás acerca de la discusión que había tenido con Álvaro, no quería que él se viera involucrado. A la mañana siguiente se levantó con el cuerpo pesado por el mal dormir, aún así necesitaba resolver su relación matrimonial.Claire pensó por unos instantes si llamaba nuevamente a Nicolás o a uno de sus hijos; lo pensó detenidamente; él posiblemente estaría en pleno vuelo, pues le había dicho que saldría muy temprano por unos días en su viaje de negocios, así que optó por marcar el número de su hija mayor y no inquietar a su amigo —¡Buenos días mamita! ¿Cómo te sientes?— dijo la muchacha al otro lado de la línea— ¿Estás bien?—No hija, no estoy bien— dijo ella— ¡Me siento terri
Cap 12 Mis promesas Clara estaba triste, iba pensando en todo lo que acarreaba, aquella decisión tan drástica, sintió pena por Álvaro, por ella y por sus hijos, a pesar de sentir el apoyo de ellos, tenía un nudo en su garganta.Apenas fueron veinte minutos de recorrido hasta la casa de Samara, al llegar a casa la vió esperándola, había pedido un permiso en su trabajo tenía a su nieta en brazos, sintió una honda tristeza en su corazón por todo aquello que vivía.Bajó del taxi, su hija la abrazó cariñosamente, entraron a la casa en silencio; una vez adentro, Samara se volvió a su madre, la abrazó fuertemente y las dos lloraron como niñas.—¡Has soportado demasiado mami!— le dijo ella pasando sus manos por la cara de su madre, para limpiar las lágrimas— ya no llores más mamá, no vale la pena que estés derramando tantas lágrimas, por mi papá.Clara respiró hondo, pronto empezó a calmarse, luego dijo:— No es solo por tu papá, son tantas cosas que se rompieron hoy dentro de mí; ¿entien