Conversando con Nicolás

Cap 7

Conversando con Nicolás

Decidió dar una vuelta por su jardín, darle un poco de cariño a sus plantas antes de que el sol empezara a declinar, le relajaba; habló con sus rosas, con sus lirios, los consintió un buen rato; así era ella, conversaba con sus matas como si fuesen personas, quizás por eso no se sentía tan abandonada. A pesar de lo tedioso que hasta ahora había vivido con Álvaro, siempre busco un motivo para no caer en depresión o sentir ansiedad, primeramente su trabajo al llegar a casa, sus hijos quienes le daban motivación para ser fuerte.

Al culminar con la tarea de revisar su jardín, dejó todo en orden, así que decidió sentarse en su sala y leer un buen libro, era domingo, siempre ese día prefería leer en las tardes, generalmente nunca hacía ejercicios, prefería relajarse y meditar. entrada la noche, se preparó algo para comer e ir a dormir, disfrutar de sí misma; después de tantos años de dormir al lado de un esposo, sabía que no sería fácil habían sido veintidós años durmiendo en la misma cama, a todas éstas aún no había visto a Álvaro, se encogió de hombros, realmente no le importaba donde andaba.

Eran más de las nueve y media de la noche cuando lo sintió subir, esperó un momento, quería ver si se atrevía a tocar en su habitación, pero no sucedió.

Tomó un baño caliente para relajar un poco los músculos de su espalda, se metió en su cama a disfrutar de las redes, que era cuando decidía dar de su tiempo libre. Vio que tenía varios mensajes de W******p; uno era de su amiga Susana quien le había escrito disculpándose por no atender su llamada; sonrió levemente y le envío un mensaje .

—¡Hola Susan! Quería saludarte solamente,— le escribió— no te preocupes, otro día hablamos.

También Rachel, su hija, le había escrito.

—¡Todo está bien mi niña, cuídate!

Así también le respondió a su hijo Álvaro, amaba a sus hijos, sonrió con ternura al ver cada mensaje que ellos le mandaban a diario. Dedicó saludos a todos los que se acordaron de ella, revisó todas sus redes sociales, no tenía muchos seguidores, pero era felíz así, solo le gustaba dedicar algunos minutos en participar de la poca distracción que tenía; revisó sus mensajes en messenger allí vio que Nicolás estaba conectado a esa hora, sintió un cosquilleo en su estómago , suspiró y decidió iniciar la conversación habitual con su amigo.

—Hola, ¿cómo fue tu día?— escribió— espero no molestar

—¡Hola amiga!— ¿Molestar tú?—dijo con picardía— ¡Jamás amor, siempre eres bienvenida a mi vida, eso sí, me sorprendió un mensaje tuyo muy temprano, pero debe haber una buena razón para ello, ¿me equivoco?

Ella sonrió con lo que le escribió él, con cierta timidez respondió:

— Sí, hubo una buena razón, necesitaba hablar con alguien, estaba un poco deprimida, pero es etapa superada — escribió ella tratando de imprimir una calma que no sentía

—¡Ay amiga, cuánto lo siento!— escribió Nicolás con decepción—¡Desde hoy en adelante no voy a esperar hasta la noche para dedicarte más tiempo, lo prometo!

—Está bien, sé que eres una persona muy ocupada—dijo apenada— además no tienes ninguna obligación conmigo, por eso después de escribirte me arrepentí.

—Nada de arrepentimientos querida— dijo él galante— desde hoy usted es la dueña total de mi tiempo.

—¡Ay Nicolás, tampoco necesitas ser tan exagerado!—escribió Clara, mientras sonría— somos amigos, gracias más bien por estar ahora.

—¿Qué te pasó querida?— dijo sinceramente— ¡Soy todo oídos!

—¡Gracias de verdad!—dijo ella con sinceridad—¡Me hace tanta falta tener con quién desahogarme!

—Bueno, bueno—dijo él, con ternura— acá estoy, es muy en serio cuando te digo, que puedes escribir a cualquier hora, cariño.

—¿De veras?—preguntó ella con un destello de esperanza—¡Mira que voy a tomarte la palabra!

—¡Por favor!—se quejó Nicolás— ¡Claro que sí cariño, soy un hombre muy serio, es más, éste es mi número personal, regístralo, así hablamos por W******p, en vez de Messenger, ¿te parece?

Ella bastante apenada le respondió:

—¡Gracias! Ya te escribo para que también registres el mío, eres muy amable —dijo Clara— Con las ocupaciones que debes tener y haciendo de psicólogo conmigo.

—No es por amabilidad cariño—dijo él— Voy a esperar tu mensaje para que hablemos.

Ella fué a su W******p y lo saludó.

De repente entró una llamada, él había marcado su número, sus manos temblaron, pero trato de sonar lo más natural.

—¡Hola de nuevo cariño!— escuchó la voz de él.

—¡Hola!—dijo ella.

—¿Es más personal así, verdad?— refirió él.

—Si— dijo Clara— ¿Ahora te puedo molestar a cualquier hora? ¡Te aseguro que te vas a arrepentir de darme tu número personal!

Rió con una risa cantarina que fascinó a aquel hombre; él suspiró y dijo:

—¿Qué? ¿Piensas hacerme la vida imposible?— le dijo pícaramente él.

Los dos rieron al mismo tiempo.

—¡No, solo bromeaba!—dijo Clara— No soy tan abusadora.

—Bueno, bueno—dijo él— depende del tipo de abuso, yo estoy dispuesto a someterme a tus abusos—dijo con picardía.

—¡Si eres loquito!— exclamó ella— dices cada cosa, eres un poco tremendo, Nicolás.

—¡No chica, si yo soy un pan de Dios!—le dijo—muy calmado y comedido.

¡Jajajajaja! Rieron de nuevo, después él dijo:

— ¡Mira, tú te estás haciendo la loca, no me has dicho la razón de tu mensaje a media mañana—le refirió él.

—¡Si, es cierto!—respondió ella— Es que tuve una discusión con Álvaro ésta mañana, una vez más diría yo, tomé una decisión definitiva.

—¡Wow! De verdad cuánto lamento no haberte respondido cuando me escribiste—dijo él con pesar.

—Ya no te preocupes por eso—manifestó ella— como te dije es una etapa superada.

—Dijiste que habías tomado una decisión—le dijo Nicolás— ¿puedo saber, cuál?

—Pues, desde que Álvaro se volvió amargado y se aisló de la familia, yo seguí durmiendo con él en la misma cama—dijo ella con dolor—a pesar de su rechazo constante, yo como una boba seguía esperando que recapacitara, que volviera de alguna manera a la vida.

—¡Qué difícil ha sido para ti cariño!— dijo él con empatía.

—¡No tienes idea!— dijo ella con tristeza— fueron largas noches esperando que Álvaro me hiciera el amor, alguna vez llegué a pensar que al despertar sentiría que sólo era un mal sueño lo que vivía, pero fueron pasando los años y todo seguía igual o peor—recordó ella— las peleas eran constantes.

Claire empezó a llorar con tristeza y Nicolás se sentía atado de manos, por no poder estar allí para consolarla.

—¡Disculpa!—dijo ella entre lágrimas—

—No tienes porque disculparte cariño—dijo él tiernamente—desahógate, a veces llorar, ayuda.

Dijo aquella frase y se sintió ridículo, él dando ese tipo de consejos.

—Voy a cambiar a vídeo llamada—dijo él— sin esperar a que ella dijera algo— Clara, quiero que sepas que estoy contigo.

Al verla reflejada en la pantalla exclamó:

—¡Wow! ¡Eres más hermosa de lo que te ves en la foto de tu perfil, cariño.

Ella sonrió y Nicolás dijo:

— ¡Bueno por lo menos te hice sonreir mujer! Siempre es bueno llorar, sacar el dolor o la rabia, cualquier sentimiento que te ahogue ¿Te sientes mejor, querida?

Ella secó sus lágrimas suavemente y dijo:

—¡Si, gracias de verdad! Me cambié de habitación y ahora dormiré sola—le dijo impulsivamente— Voy a divorciarme.

Él abrió los ojos con sorpresa diciendo:

— ¡Excelente decisión cariño! Ya era hora de que pensaras en tí, me alegra eso y te felicito de corazón.

—¡Gracias!—dijo ella— me siento tan libre ahora, pase toda la tarde reorganizando mi nueva habitación, moviendo muebles y acondicionando todo a mi gusto, solo debo cambiar el tono rosa que no me gusta mucho—dijo sonriendo.

—Me alegra mucho cariño—le dijo Nicolás— ese es el primer paso para tu independencia; ¿Y sabes algo? Al verte a través de ésta vídeo llamada—le dijo— confirmo lo que sentía, sólo al hablar contigo por messenger.

Ella preguntó con cautela—¿Qué es eso?

—¡Me gustas mucho Clara!—dijo sin ambages— ¡Hablo en serio!

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