Cap 6
Enfrentamiento —¡Tienes razón Sam!—¡Vamos por ese desayuno! Alegremente se sentaron a desayunar, tenía bastante tiempo que no compartía con su hija, así que aprovechando que la pequeña y el esposo de su hija, estaban aún dormidos, lo aprovechó para conversar un ratito con ella. Conversaron amenamente sobre cualquier tema, terminaron de desayunar, cuando Adam irrumpió en la cocina. —¿Quedó algo de comer para mí?—preguntó —¡Claro papá!—dijo Samantha— Ven siéntate a la mesa, ya mamá y yo terminamos—así que tienes la mesa para ti solo. Él las miró, se encogió de hombros y se sentó a la mesa, no sin antes decirle a Clara. —Apenas termine mi desayuno nos vamos a casa, sin esperar respuesta, empezó a comer olvidándose de los demás. — Vamos mamá, te ayudo a recoger tus cosas—dijo Samara— aprovecharé para despertar a mi dormilón allá arriba. Iban de camino a casa, Clara iba pensativa, Álvaro ni siquiera se preocupaba como ella se sentía, sólo conducía el auto sin iniciar ningún tipo de conversación, ella pensó: —«¿Cómo he podido estar tanto tiempo atada a este hombre? Es un desconocido para mí; nunca deseó hablar del incidente en el colegio ,y de la injusticia que cometieron con él, ni siquiera quiso buscar ayuda profesional, a pesar de que siempre estuve dispuesta a escuchar y defenderlo, siempre se encerró en su mundo,sin importarle más nada. Una lágrima rodó por su mejilla, recordando cada momento,en el que intentó acercarse a él tantas veces, siempre recibió rechazo de parte de él. Se encogió en el asiento y se dispuso a borrar esos recuerdos tan tristes para ella. Al llegar a casa, ella se fue directamente a la cocina, era la hora de preparar el almuerzo, esa era la vida que había escogido, no entendía porque aún derramaba lágrimas por todo lo que le había sucedido, estaba completamente segura que ya no amaba a este hombre. Álvaro entró detrás de ella y dijo: — Clara ¿Que está sucediendo contigo? Te he visto algunas noches pegada al teléfono celular, te duermes muy tarde. —¿Qué? ¿Estás preocupado por mí?—preguntó extrañada — ¿Recuerdas que me dijiste la última vez que discutimos? —Cómo voy a recordarlo—dijo él— ¿Que tiene que ver eso con lo que te estoy preguntando? —¡Mucho Álvaro!— exclamó ella— Me dijiste: —“Mantente apartada de mi vida Clara, no deseo que me digas más nada; ¿entiendes?” Así que ahora soy yo la que te dice; ¡Déjame en paz!, así como tú decidiste estar en tu mundo de amargura, yo decidí, crear un mundo para mí; ¿Me entiendes? —¿Ya vas a empezar con lo mismo?— dijo él fastidiado. —No, sólo quiero aclararte que mi tiempo lo dedico a buscar amigos en las redes sociales—dijo ella con tristeza—porque no tengo con quien hablar, ni reír mucho menos pasar un rato ameno. Él la miró con burla para decir: —¿Y crees que allí encontrarás a alguien que se interese en ti?—dijo con crueldad— ¿Acaso eres idiota, mujer?— ¡Ni siquiera sabes si las personas con quiénes hablas son reales! —¡Y qué me importa si son reales o no!—dijo ella con enojo—Tú eres real y mírate, casi no me diriges la palabra, me ignoras la mayoría del tiempo, solo vives rumiando tu amargura como si nadie existiera a tu alrededor. —¿Para qué hablar de algo que no tuvo remedio?—dijo amargamente Álvaro— nunca valió la pena ni siquiera mencionarlo, además nunca has sido una buena compañía. —Debe haber valido mucho la pena—dijo ella puntillosa—pues te has convertido en lo qué eres ahora, un ser amargado y desagradable, si no soy buena compañía; ¿Qué haces acá conmigo? —¡Qué sabes tú!—dijo él— ¡Nunca me has entendido! Cuando busqué una noviecita para pasarla bien, te embarazaste, me forzaste a una vida que no planee. — ¿Te obligué? Álvaro, ¡Éramos unos niños jugando a ser adultos, los dos somos culpables; ¿O es que me hice a Samara yo sola? ¡Tú también participaste! Y en cuanto a escucharte o ayudarte en tus desafíos, jamás me has dado la oportunidad de ser parte de tus problemas—dijo ella amargamente— ¡Eres mi esposo, se supone que estamos para apoyarnos el uno en el otro. —¡No necesito la ayuda ni tuya ni de nadie!—exclamó tercamente él—¡Y no te preocupes; puedes seguir creando amigos, es tu problema! —¡Claro es mi problema!—dijo ella— Te aseguro que lo voy a disfrutar sin importarme nada ni nadie; ¿Entiendes? —¡Haz lo que te venga en gana!—le respondió él —¡Al final me importa un pepino lo que hagas! —¡Ok, eso haré!—dijo Clara bajando el tono—como tú dices lo que me venga en gana, y para no molestar más tu sueño, recuerda que me cambié a otra habitación. —Si ya lo ví— al cabo que ni me importa—dijo—saliendo rumbo a la parte trasera de la casa. Ella apretó la mandíbula y sus puños, dejando que amargas lágrimas rodaran por sus mejillas, las limpió con enojo diciendo en voz alta: —¡Prometo que no volveré a derramar una lágrima por ti, Álvaro Maxwell, desde hoy, y lo voy a cumplir, te lo juro! Limpió su rostro con el dorso de su mano con rabia hacia ella misma, por ser tan tonta, decidió no hacer almuerzo, si sentía hambre que se preparara algo él o muriera de hambre, pero ella se declaró en franca rebeldía, pensaba: —“¿Que se creía éste? ¿Que ella era su esposa solo para criar hijos, cocinar, atender la casa; y no para ser parte de los problemas?” “Siempre quiso ser parte de lo que él había vivido, de lo que sintió al ser tratado injustamente, pero él siempre la ignoró; ¿Acaso no confiaba en ella? ¿No creía que era lo suficientemente empática para comprender, apoyar y aliviar sus cargas?” “Estaba harta de Álvaro, de su amargura, de su ensimismamiento, ya era suficiente, ahora, empezaría a pensar en ella ,como le había dicho su amiga Susana, aún como se lo dijo esa misma mañana su hija Samara ¡Sí, empezaría a vivir!” Marcó el número de Susana nuevamente, repicó varias veces, pero la envió al buzón, entonces pensó unos instantes y siguió un impulso, le escribió a Nicolás. —¡Hola!— escribio— Sé que no es nuestra hora de hablar, disculpa por escribirte, ojalá puedas ver mi saludo. Se sintió tonta, pero no borró lo que escribió, decidió subir a la habitación compartida con su esposo por años, empezó a recoger sus cosas, pasaría todas sus pertenencias a su nueva habitación, era la que había usado Samara y Rachel hasta que se fueron de casa. Estaba llena de luz, decorada para jovencitas ,con dos camas, cómodas a cada lado de la cama, con veladoras y cortinas color rosa cubriendo altos ventanales. Todas las habitaciones estaban en la parte alta, ésta quedaba al fondo, era la más alejada de la habitación que compartía con Adam, organizó sus pertenencias en los muebles destinados para ello, reorganizó el nuevo lugar donde dormiría de ahora en adelante, se prometió comprar una buena pintura para las paredes y así imprimir su personalidad allí. Recorrió la habitación con la mirada y se sintió liberada de algún modo de su esposo, de su estado de amargura; había empezado a hacer cambios en su vida, se sentía muy bien, nunca había experimentado está sensación de libertad. Alivio, mucha paz dentro de ella, respiró profundo, se encaminó hacia la cocina a prepararse algo de comer, vio hacia la parte trasera de la casa dónde se suponía que debía estar Álvaro, allí tenía su pequeño taller, no lo vio, se encogió de hombros, decidió cocinar algo rico y sencillo; consentirse, se dijo: — ¡Me lo merezco! Él entró a la cocina, miró lo que ella comía, miró si había algo que comer para él, al no ver nada, se encogió de hombros, salió rumbo a la calle, ella sonrió con satisfacción. Terminó su almuerzo, subió de nuevo a su nueva habitación, pasó el resto de la tarde reorganizando todo para estar lo más cómoda posible, luego fué hasta la puerta de la habitación mirando desde afuera, le causó satisfacción, solo faltaba cambiar ese color rosa, sonrió con ternura, evocando a sus hijas cuando estaban aún pequeñas. Se sentía bien por lo que había decidido ese día, estaba tomando decisiones, que la hacían sentir verdaderamente libre de la amargura que Álvaro emanaba, que muchas veces la asfixiaba.Cap 7Conversando con Nicolás Decidió dar una vuelta por su jardín, darle un poco de cariño a sus plantas antes de que el sol empezara a declinar, le relajaba; habló con sus rosas, con sus lirios, los consintió un buen rato; así era ella, conversaba con sus matas como si fuesen personas, quizás por eso no se sentía tan abandonada. A pesar de lo tedioso que hasta ahora había vivido con Álvaro, siempre busco un motivo para no caer en depresión o sentir ansiedad, primeramente su trabajo al llegar a casa, sus hijos quienes le daban motivación para ser fuerte.Al culminar con la tarea de revisar su jardín, dejó todo en orden, así que decidió sentarse en su sala y leer un buen libro, era domingo, siempre ese día prefería leer en las tardes, generalmente nunca hacía ejercicios, prefería relajarse y meditar. entrada la noche, se preparó algo para comer e ir a dormir, disfrutar de sí misma; después de tantos años de dormir al lado de un esposo, sabía que no sería fácil habían sido veintidós
Cap 8Propuesta inesperadaClara se quedó por unos instantes sin decir nada y Nicolás le preguntó—¿Te molesta?—¡No, claro que no!—dijo ella—solo que no me lo esperaba ¿Entiendes?—No quiero que pienses que me estoy aprovechando de ti — dijo él sinceramente— Cuando empecé a usar la red de facebook, no sabía lo que encontraría, aunque soy nuevo usando las redes, tampoco soy neófito en tecnología.—Te entiendo—dijo ella.—Al ver tu foto de perfil, no voy a negarlo, me llamaste la atención—dijo él sinceramente—eres hermosa.—¡Gracias!—dijo ella— de verdad me halagas.—¡No es halago, Clara!—dijo Nicolás— es en serio lo que te digo; espero no ofenderte, pero deseaba que tuvieras cualquier estado civil, menos casada.—¡Lo siento!—dijo ella con sinceridad— estoy casada.—¿Casada?—le dijo él— tú eres todo, menos casada, cariño, en tu estado civil, estás más en el limbo que en el mundo real. Eres una especie de mujer con marido, pero sin derecho a tener sexo ¿Me entiendes?—Creo que es t
Cap 9¿Cambios?Ella colgó la llamada apretando el celular contra su pecho, jamás imaginó vivir una experiencia como ésta, sintió que su corazón latía a mil por la emoción extraña que sentía.—«¿Tendría razón Nicolás? ¿Sus hijos podrían ayudarle a tomar esa decisión a la que tanto le temía?»Decidió llamar a cada uno para averiguar; marcó primeramente él número de Samara:—¡Hola mami, buenos días!—Escuchó la voz de Sam — ¿Y esa grata sorpresa? ¿Sucede algo mamá?Clara respondió—¡Buenos días hija, necesito hablar contigo—le dijo— quiero tomar ciertas decisiones y me gustaría que pudieras venir.Samara intrigada— respondió—claro mami, ¿cuándo necesitas que vaya?—Lo más pronto posible hija—respondió Clara.—Pues, lo más pronto para mí es el sábado o domingo—que no trabajo.Clara quedó de acuerdo con su hija de que el próximo sábado a las diez de la mañana se iban a encontrar en un centro comercial cercano a la casa materna.Después marcó el número de su hijo Álvaro, al igual que el de
Cap 10No serás libre.Clara lo miró con sorpresa respondiendo:— ¿No entiendo tu pregunta? ¿Eso es lo que se te ocurre decir ante mi petición de divorcio? ¿Que me picó un mosquito y me enamoré de otra persona?Álvaro abrió sus ojos con sorpresa ante las palabras de Clara:— ¿Qué quieres que piense ?—dijo Álvaro— has estado conmigo durante todos éstos años a pesar de mi; y hasta ahora ¿me pides el divorcio?Clara suspiró profundamente y abruptamente dijo:— ¡Pues me cansé de ser una sombra a la que ni siquiera notas; ahora te pregunto yo—dijo ella— ¿Sabes, cuánto tiempo tienes que no me haces el amor, que ni un abrazo me das?Álvaro se levantó de su asiento y dijo:— ¡No creo que ese sea el problema!Ella no podía creer lo que escuchaba:— ¡Por favor!— dijo — ¿Y cuál cree el señor que será mi problema? Estaba muy enojada.Él sin inmutarse exclamó:—¡Qué te gusta otro hombre!Clara sé le quedó mirando por unos instantes y dijo muy suavemente:—¿ Y si fuera así? ¿Tendrías algo que r
Cap 11Decisiones.— ¡Eres una cobarde! Hasta mañana—dijo él sonriendo.Cerró la llamada, se quedó pensando en la respuesta de Álvaro y en las palabras optimistas de Nicolás, por primera vez tuvo miedo de que su esposo no le dejará ser libre. Esa noche no durmió nada bien, ella no quiso entrar en detalles con Nicolás acerca de la discusión que había tenido con Álvaro, no quería que él se viera involucrado. A la mañana siguiente se levantó con el cuerpo pesado por el mal dormir, aún así necesitaba resolver su relación matrimonial.Claire pensó por unos instantes si llamaba nuevamente a Nicolás o a uno de sus hijos; lo pensó detenidamente; él posiblemente estaría en pleno vuelo, pues le había dicho que saldría muy temprano por unos días en su viaje de negocios, así que optó por marcar el número de su hija mayor y no inquietar a su amigo —¡Buenos días mamita! ¿Cómo te sientes?— dijo la muchacha al otro lado de la línea— ¿Estás bien?—No hija, no estoy bien— dijo ella— ¡Me siento terri
Cap 12 Mis promesas Clara estaba triste, iba pensando en todo lo que acarreaba, aquella decisión tan drástica, sintió pena por Álvaro, por ella y por sus hijos, a pesar de sentir el apoyo de ellos, tenía un nudo en su garganta.Apenas fueron veinte minutos de recorrido hasta la casa de Samara, al llegar a casa la vió esperándola, había pedido un permiso en su trabajo tenía a su nieta en brazos, sintió una honda tristeza en su corazón por todo aquello que vivía.Bajó del taxi, su hija la abrazó cariñosamente, entraron a la casa en silencio; una vez adentro, Samara se volvió a su madre, la abrazó fuertemente y las dos lloraron como niñas.—¡Has soportado demasiado mami!— le dijo ella pasando sus manos por la cara de su madre, para limpiar las lágrimas— ya no llores más mamá, no vale la pena que estés derramando tantas lágrimas, por mi papá.Clara respiró hondo, pronto empezó a calmarse, luego dijo:— No es solo por tu papá, son tantas cosas que se rompieron hoy dentro de mí; ¿entien
Cap 13Oferta Clara meditó unos instantes las palabras y que le había hecho Nicolás scvczvz’y se dijo: —« Sí, he sido algo tonta todo éste tiempo, no entiendo porque no lo noté antes»Una honda tristeza la invadió, pero entonces recordó las promesas de él, su rostro resplandeció después de un largo suspiro de satisfacción, aunque tenía presente que este hombre era un mujeriego empedernido, escuchar frases hermosas dirigidas a ella, la habían hecho sentir viva.Samara llegó a tocar levemente la puerta y ella se preparó para decir:— Pasa hija.Ella al verla bastante animada le preguntó — Ahora te veo con mejor semblante mamá, ¿será que ya sientes la influencia de estar cerca de mi y de las personas que realmente le importas? Ella sonrió para decir:—Me imagino que sí, también es, porque ya no amo a tu padre, Álvaro no es una prioridad en mi vida, ahora pienso más en mí y él está en segundo plano.Samara suspiró profundamente, las palabras de su madre penetraron su mente, asistió co
Cap. 14Enamorados…—También lo creo Migue, ella es una mujer sola, a pesar de tener un marido, ¿Sabías que este hombre no la ha tocado en años? ¡Eso para mí es increíble!— dijo Nicolás suspirando. —Si, realmente es increíble, yo creo que ésta dama llamada Clara, vino para quedarse en tu vida; lo peor, ya entró y tú ni siquiera te habías dado cuenta; solo te digo, que jamás te había visto suspirar de esa manera.— ¡Me siento tan idiota!— dijo Nicolás.Miguel rodó sus ojos, no le dijo nada más, sabía que su amigo ya estaba reconociendo que lo que sentía era un sentimiento único, estaba enamorado por primera vez en la vida.Quiso saber algo y le preguntó:— De verdad no comprendo ¿Qué es lo que buscas en Clara? Se supone que querías encontrar una chica para dejar tu aburrida vida— le recordó Miguel— Ella, ¿Está hecha para tí, o solo deseas una aventura de unos meses?Nicolás miró a su amigo por unos instantes y dijo sinceramente:— ¡Ya te dije que Clara es una mujer única! Me tien