—Para nada. Claro que te haré el peinado para tu gran día —respondió Ana con desenvoltura. —Será que puedes dominar estos rizos salvajes —presumió Maggi de su larga cabellera ondulada. Ana sonrió sintiendo una enorme opresión en el pecho. —Es muy hermoso tu cabello. —Es prematuro hablar de fecha de matrimonio aún —masculló Graham—. Primero se debe hacer la reunión. Las palabras de Graham solo echan sal a la herida de Ana, no ha negado que va a casarse con la hermosa joven, solo que no ha acordado los detalles. —Bueno, con permiso, Marisol me está llamando —se excusó Ana con una sonrisa. Ana dio un paso para alejarse y Maggi abrió espacio para que se fuera. — ¡Ana! —la llamó Graham y la interpelada volteó—. Te espero esta noche —dijo en portugués para que no entendiera nadie más. Ana no respondió nada, pero alcanzó a escuchar a la mujer, la nueva futura suegra de Graham como despotricaba por tener el clan lleno de gente indeseable. Graham apretó los puño
Maggi lloraba llena de pena y Graham no podía creer que Camila nunca le hubiera dicho nada. Al decir verdad ella había hablado muy poco de eso, era la única que se comunicaba con él y para Graham era el tesoro más grande no estar solo en el mundo. Adoraba a su hermana, se sentía agradecido que ella no lo hubiera olvidado y resulta que fue ella quien hizo que fuera expulsado. Maggi continuó su relato ajena a los sentimientos de Graham, solo sintiendo su propia culpa. —Por eso tu padre fue a la estación de tren y no Sofi, por eso el jefe Gavin la encerró, yo le dije a Camila que escaparían y me odié, porque por mi culpa te expulsaron. Pero el destino finalmente me ha traído al punto que soñé, me casaré contigo y no quiero comenzar ocultando algo tan importante. Aunque era irrelevante quien lo había delatado, las palabras de su padre aun escocia. “Aunque mereces que Gavin te mate no lo hará porque eres mi hijo, pero me avergüenzo de ello. Debes irte, quedas expulsado d
En la habitación de Cris no había risas ni anécdotas, el silencio de los presentes era ensordecedor. Marina estaba sentada en una silla junto a la cama de Cris, el pequeño estaba conectado a máquinas que era lo único que emitía sonido. Un “bep” pausado que daba pánico. Gavin no podía estar dentro de la habitación. Estaba de pie recostado del marco de la puerta, con las manos en los bolsillos lleno de miedo. El rostro de Cris estaba muy pálido, con un tono amarillento que era mucho más acentuado con el pasar de los minutos, sus labios estaban agrietados. Marina tomó la mano de Cris y esta estaba muy fría. —Por favor, traiga una frazada extra —pidió Marina a una enfermera y de inmediato lo cubrieron. Cris abrió los ojos. —Mamá, me duele mucho ¿Dónde está mi papá? Marina no podía hablar, Gavin caminó a la cama y se sentó en el borde y tomó sus manos dándole calor. —Aquí estoy hijo. Cris hizo un puchero y no pudo resistir más el llanto, lloró con hipidos
Graham había tenido que administrarle un fuerte sedante a Marina para que pudiera descansar. Gavin se había negado a recibir algún somnífero. Él mismo había llevado el cuerpo sin vida de Cris para prepararlo, lo había colocado en la mesa de acero para que el personal funerario se hiciera cargo. A diferencia de Anderson su primer hijo que murió en un hospital. En aquel momento había pensado que hubiera preferido ser él quien llevara el cuerpo y vistiera para el último adiós, pero ahora se daba cuenta que era mucho más difícil como le tocó con Cris. Todos en el clan recordaban la furia tan grande que sintió Gavin cuando murió Anderson, así que preferían mantenerse fuera de su vista. Pero Gavin esta vez no tenía fuerzas para expresar la ira e impotencia que llevaba dentro. Regresó a la habitación de Cris y se había sentado en el suelo con el camión de juguete favorito de Cris en sus manos y había visto el amanecer. Sabía por experiencia previa que el mundo seguiría su c
Gavin alzó la mirada y puso sus dedos en sus ojos, rogando al universo por paciencia y Marina continuó. —Entiendo que es complicado, pero es algo que necesito y pronto me encargaré de eso. —Es muy complicado, todo a su tiempo Marina, ahora debemos ir y enfrentar esto, debemos dar el último adiós a nuestro hijo. —Pero en nuestros corazones seguirá presente —Marina se puso de pie y le ofreció la mano a Gavin—. Juntos —pidió con voz solemne. Había tantas personas que el párroco decidió llevar a cabo la ceremonia fuera de la capilla. No solo los pertenecientes al clan MacLeod querían rendir sus respetos, también lo querían hacer los integrantes del clan Cameron que estaban en el castillo, el jefe Liam del clan MacTavish también estaba presente con su familia. El clan MacLeod estaba de luto y como era de esperarse todos rendían tributo con vestimenta acorde, las mujeres con mantos tejidos negros sobre sus cabezas y los hombres con un listón prendado a la camisa, sin emba
Gavin en cualquier otro momento hubiera reaccionado ante este muchacho que no traía buenas intenciones con inteligencia y estrategia de jefe, pero en este momento poco le importa su clan y las estrategias. Simplemente está de duelo, ve detrás de él buscando a Graham, pero no está. De haber estado Fergus vivo, el hijo de Lachlam no hubiera entrado a territorio del clan sin que él lo supiera. Gavin regresó la mirada al jovencito que lo mira impertérrito. —Angus MacLeod —murmuró Gavin. —En realidad Angus Smith, usted expulsó a mi padre ¿Recuerda? Me he visto obligado a usar el apellido de mi madre. Según las reglas del clan, Lachlam había perdido el derecho a ser MacLeod, no su hijo Angus y era justo lo que quería Angus, la aceptación que Gavin debía darle ahora. —Te ha llamado por tu nombre —contestó Gavin sin darle el gusto de hacerle una invitación. Angus sonrió de lado y luego observó a Marina poniendo cara de pena. —Lamento su pérdida señora, de haber imag
Los ancianos se acercaron a Graham. Como siempre, en silencio y con las manos juntas al pecho, no les importaba la dureza en las palabras de Graham. Los ancianos no mostraban emoción alguna… jamás. «Como si fueran estatuas» Pensó Graham con amargura. Detrás de los ancianos venía el padre de Maggi y Graham se llenó de rabia. — ¿Acaso no pueden darme un momento? Estamos en el panteón familia por todos los cielos. No estoy de ánimo para dejar que manejen mi destino ahora. Al menos esperen que se enfríe el cadáver de Cristiano MacLeod. — ¿Crees que estoy contento con darle a mi única hija a un traidor? ¿A un hombre con el mal gusto por las extranjeras tan arraigado que no respetó a su propio jefe? —Espetó el padre de Maggi. — ¡Entonces háganos un favor y no la obligue a casarse conmigo! —Gritó Graham lleno de impotencia. —No estás en posición de exigir favores —espetó el líder de los ancianos. — ¿Qué es lo que quieren de mí? ¿Algún día será suficiente los sacrif
—Nosotras solo queríamos ver los arreglos de la ceremonia para Cris —se excusó Ana con voz entrecortada—. No quisimos, es decir… Graham sonrió, dentro se había sentido asfixiado, fuera al ver a Ana sintió libertad, pero ella no sabía todo de él. Era hora de contarle. —Vámonos de aquí. Graham las tomó a ambas y salieron a paso rápido. Fuera del panteón Marisol sonrió. —Debo ir a la casa de mi suegra. —Te acompañamos —se ofreció Graham… —No es necesario, yo solo estaré con mi bebé para alimentarlo y regresaré con Marina. Ustedes tienen mucho que conversar. Graham y Ana quedaron solos. Al oeste tenían el castillo, pero a ninguno de los dos les apetecía ir allá. Aunque era su deber. —Teníamos una cita la noche que Cris… —No iba a ir —le interrumpió Ana—. Sé que después de irte con Maggi fuiste a tu oficina. —Se comunicaron conmigo del laboratorio, la condición de Cris… —No quiero hablar de Cris —susurró Ana sin poder frenar las lágrimas—. Q