Gavin recibió en su despacho a Alistair Cameron y a Liam MacTavish. —Es preciso que lleguemos a un convenio, las carreteras están derrumbadas, proscritos vagan por nuestras tierras, estamos incomunicados, no podemos seguir así. Liam intervino. —Estoy de acuerdo y lamentablemente es a mi clan quien más ha sufrido con los renegados, ya que no tengo suficiente vigilancia por mis tierras, pierdo ganado y mi gente vive en zozobra. —Los trabajos para la reparación de la carretera principal comenzarán mañana mismo, no basta con quitar las piedras, la vía es un verdadero peligro —Precisó Gavin. —Convenio dices —murmuró Alistair—. Gavin MacLeod al rescate —rio con ironía. Gavin dejó salir el aliento. —No tienes que volver todo un maldito debate, Alistair. —Liam está casi en bancarrota, y ahora quieres que nos endeudemos contigo para acabar con nuestros clanes. — ¿Estás loco Alistair? —Inquirió Gavin con impaciencia. —Yo pagaré una parte de lo que me corresponde a
Camila abrió la boca para refutar, pero entonces vio que Ana y Marina cruzaron por el corredor caminando hacia ellos. — ¿Estás feliz? Si ella le dice a Gavin no te lo perdonaré. Camila vio a Marina, pero ella venía conversando con Ana y Graham había hablado en voz baja. Marina los miró a ambos. —Buenas tardes —murmuró Marina—. Graham, quería saber de la salud de Marisol. —Tuvo algunas complicaciones, pero me comuniqué con una buena amiga obstetra y me guío en el tratamiento. — ¿Puedo verla? Graham sonrió negando con la cabeza. —Está descansando. —Bueno más tarde —respondió Marina y una chica del servicio se acercó a ellos. —Permiso, buenas tardes, señor Graham, el jefe quiere saber si tiene tiempo de ir a su despacho para la reunión que lleva a cabo con los jefes Cameron y MacTavish. —Iré en un momento, muchas gracias. La chica sonrió. —También quiere que vaya la señora. Camila dio un paso con la cara en alto para dirigirse al despacho del
Gavin y Graham llegaron en el mismo momento que Marina y Fiona. Camila y Ana peleaban como verduleras. —Lo que faltaba —se quejó Gavin. Graham corrió hacia las mujeres y tomó a Camila por la cintura, Gavin tuvo que meterse en medio de ambas mujeres que seguían furiosas y dispuestas a pelear a muerte. — ¿Se puede saber qué está pasando aquí? —Preguntó Gavin con su voz autoritaria de jefe de clan. —Lo que pasa es que esta loca cree que puede comprarme —espetó Ana. Los días que la mantuvieron de reposo por el esguince los dedicó a estudiar inglés y ahora lo maneja de manera bastante aceptable. —De seguro has entendido mal —contestó Graham—. No tiene sentido… —Claro que estoy segura —respondió Ana—. No hay manera de interpretar mal lo que Camila me dijo, fue muy expresiva. Graham soltó a Camila y esta lo enfrentó. —Sí, lo hice, y no me arrepiento, a las personas se les trata como lo que son, y esta mujerzuela… Ana quiso de nuevo írsele encima y Gavin tuvo
Gavin no contestó, solo miró a Graham detenidamente, la pregunta no necesitaba respuesta, era algo evidente. —Eres un malnacido egoísta —espetó Graham—. Cada cosa que haces te beneficia sin tomar en consideración al resto del mundo. —No es así, ahora Marina no es la misma mujer que firmó ese contrato conmigo. — ¿Y cómo queda mi hermana entonces? —A Camila no le hice promesas. —Camila no es racional en cuanto a ti, ella en realidad no te ama, solo está obsesionada con ser la MacLeod perfecta. —Por eso quiero que se aleje de mí, ella entenderá, es demasiado orgullosa para quedarse esperando por mí, antes se comprometió con Alistair. —Lo hizo para darte celos y lo sabes perfectamente. —Yo estaba casado con Sofi. —Y Camila estaba convencida que te ibas a divorciar en cualquier momento, lo mismo que ahora. —Hablaré con Camila, te lo prometo. Graham levantó la palma y negó rápidamente. —No me prometas nada a mí, no me interesa, Camila está grandecita para
— ¡¿Cómo que no tengo derecho a decidir sobre lo que está en mis aposentos?! —Inquirió Marina igualando el tono de voz de Gavin. Gavin sentía tanta ira que le faltaba el aire, jamás alguien había osado desafiarlo así, mucho menos una mujer. —Todo lo que decidas hacer en mi clan primero debes consultarlo conmigo… —O con Camila, no lo olvido, ¡ves como mi memoria no es un completo desastre!... Pero espera un momento, también recuerdo que soy la señora de este clan, así que si quiero mover el mobiliario de “mi habitación” No tengo que pedir permiso a nadie. —Sabes perfectamente que me refiero a las cosas de Sofi y de lo que yo he dispuesto esté aquí. —Pero o está ese retrato o estoy yo, porque ambas no estaremos aquí. —Después de que te conté de Sofi, me abrí contigo y tú regresas haciendo esto… —Mandé a sacar ese cuadro ayer en la mañana, antes de ir al clan MacTavish, no es manipulación, es que sencillamente no puedo dormir con el retrato de Sofi frente a mi cam
—Te deseo tanto —masculló Gavin contra sus labios y Marina abrió su boca para responder a su beso con pasión y entrega. En cuanto Gavin la probó supo que no había marcha atrás. La deseaba. Lo que Gavin sentía podía ser resumido sencillamente a eso. Pero había más… Hasta ese momento fue consciente de algo que no le era del todo placentero, pues le llenaba de vergüenza reconocerlo, pero desde esa noche que Fergus la metió en su cama la ha buscado. Y ahora la tenía. Gavin dio pasos atrás, arrastrándola a la cama, a esa cama en donde la conoció. Que Dios lo ayudara, no se sentía culpable. Se sentía emocionado, libre. Se sentía feliz… Cuando Gavin miró hacia arriba la vio a ella, al fondo el ladrillo desnudo sobre la chimenea y lo sintió correcto. El pensamiento de que en realidad ella no era correcta dado su pasado cruzó su mente, pero por un fugaz segundo. Lo que tardó Marina en buscar sus labios y besarlo. De haber tenido libre elección no la ha
Graham escuchó que tocaron a la puerta de su habitación. Abrió y era Ana. — ¿Qué haces aquí? —Preguntó él. —No viniste a mi habitación —respondió ella. El sonido de pasos acercándose por el pasillo los sorprendió y Graham la metió a su habitación antes de que alguien los viera. Ana miró a su alrededor, nunca había estado en la habitación de Graham, desde que estuvieron la primera vez casi todas las noches él iba a su habitación. Ana aparentaba ser una chica liberal, y lo era, hablaba sin tapujos y a menudo era cínica, pero en realidad escondía los sentimientos de una chica sensible y demasiado romántica. Se concentró en el crucifijo que tenía sobre la cama y el rosario que él llevaba en la mano. — ¿Estabas rezando? —Preguntó ella desconcertada. Graham por un momento no entendió, entonces se dio cuenta que no había soltado el rosario. Le hizo señas para que se sentara en el sofá, él se quedó de pie y puso el rosario en la mesa de noche y lo cambió por el
Gavin despertó sintiendo un cuerpo suave y cálido pegado a él, sin abrir los ojos recordó los acontecimientos de la noche pasada y sonrió feliz. Abrió los ojos y vio el cabello oscuro enmarañado sobre la almohada, apretó su cintura y se regocijó cuando Marina aun dormida echó su trasero atrás. Ella era adecuada para él en todo sentido carnal, su cuerpo se amoldaba a él, su pasión lo avivaba, solo de sentirla su entrepierna reaccionaba Deslizó su pierna entre las de ellas y se estremeció cuando ella escondió sus pies fríos debajo de sus piernas. — ¿Tienes frío? —Le preguntó pegado a su oreja, Marina asintió. Gavin se sentó en la cama y observó la chimenea. Se veía tan ajena sin el retrato de Sofi. No pudo evitar que un destello de tristeza ensombreciera su buen humor, pero fue reemplazado por felicidad cuando sintió la mano de Marina deslizarse por su espalda. Encendió la chimenea con el mando a distancia y volteó a ver a Marina, la razón que lo hacía sonreír d